Pico x Tn (Friday Night Funky/ Pico's School).

Capítulo 3: El plan.

Ese día era el elegido. Al fin saldrías buscando respuestas a las incógnitas de la diversas ideas que te habías implantado.

Era tarde, aproximadamente casi medianoche. No era común de ti estar despierta a esa hora, mucho menos salir; aunque esta vez poco o nada te importaba si era común o no. Con paso rápido y ligero bajaste las escaleras, y luego fuiste a tu cocina. Sacaste de este lugar los dos cuchillos. No estaban afilados, pero era seguro que podían dañar a quién se te acercara.
Volviste a subir a tu recámara pues ya tenías lo que faltaba. Amarraste tus sábanas con un nudo lo suficientemente resistente para sostenerte , y también lo suficientemente largo para llegar al piso. De esta manera, nadie descubriría si te habías ido o no. Finalmente tomaste tu bolso, donde metiste los dos cuchillos y tu teléfono. Era ahora o nunca. Empezaste a bajar por las sábanas; Llegaste al piso, dando gracias de no haberte caído. Saliste del patio de tu casa, con mucho sigilo, mientras sacabas tu celular para darle una última mirada a un mapa de la ciudad.

"Debería tomar el camino al sur. No quisiera ir a la parte más peligrosa de la ciudad... por ahora".
Entonces seguiste la ruta, y caminaste durante una hora... luego dos. Veías los lugares en busca de una señal, un indicio, que te ayudara a encontrar a Pico.
Sabías algunas cosas de armas, y tenías buena memoria acerca del arma de Pico; eso te dió una idea.

—"Buscaré alguna bala en el piso que sea del modelo de arma de Pico; así sabré donde estuvo y mantener mi búsqueda en ese lugar. Tan fácil como seguir las migas de pan en un bosque".— Comentaste al aire, para tratar de calmar tus dudas.

Inmediatamente seguiste caminando, pero esta vez viendo al piso buscando alguna bala o algo así. Parecías una tarada, pero ¿Qué importaba? Esto ya era algo un tanto importante. No dejarías que esta trivia acabara así.
Pasó un rato de búsqueda y viste algo pequeño a lo lejos con una forma de bala.
"¿Qué es eso?"- Murmuraste. Al parecer ya lo habías hallado.
Te acercarse, pero te llevaste una ingrata sorpresa.
"Solo un clip hecho de metal... genial."
"Seguiré Buscando"
Encontraste tapas de botellas, unas monedas viejas, basura y al parecer un pedazo de espejo roto. No había ninguna bala.
¿Acaso pasarías toda la noche así? ¿Buscando una pista en medio de la calle, y solo llevándote decepciones; solo encontrando basura inútil?
En un par de horas amanecería; así que no quedaba tiempo. Aún así, decidiste tomar un pequeño descanso: Te sentaste en una vereda próxima a un poste de luz. Miraste el cielo y sus astros, tratando de pensar en tu siguiente movimiento.
—"Si no encuentro nada tal vez deba rendirme... al final, no tengo más pistas"—
Bajaste la cabeza, rendida...
Pero, espera, ¿Qué es aquel objeto que brilla, reflejando la luz?

Te acercaste y lo tomaste; viéndolo de cerca: Era una bala.
El modelo era exactamente el que estabas buscando. No sabías hace cuánto tiempo se había disparado el arma, y la bala yacía allí. La guardaste, y anotaste el lugar donde la encontraste. Todo parecía viento en popa, esa pista te ayudaría. Pensaste que era todo. . .
pero de la nada un sonido aturdió tus designios. 

*Bang, bang*.
Esos dos disparos resonaron en tu cabeza, análogos a un Eco. Reviviste tus recuerdos de la noche donde casi te mataron por tu imprudencia.
Casi como un acto reflejo, te escondiste en un callejón al otro lado de la calle, detrás de un basurero. 
¿Acaso era Pico, que aún terminaba algún trabajo encargado?, ¿O era algo mucho peor? Tal vez eran compañeros de esos delincuentes que deseaban por fin acabar con tu vida.

Entonces escuchaste pisadas yendo exactamente al lugar donde te hallabas escondida. El miedo te entumeció. Aun así, lograste sacar uno de los cuchillos. Lo lanzarías a la persona que osara en atacarte. Era casi un hecho de que no tendrías alguna posibilidad contra un arma de fuego... pero lucharías por tu vida. No querías morir de esta forma y no ahora , que lograste encontrar la pista que tanto habías buscado. Mientras esos pasos se hacían más fuertes, tu corazón comenzaba a palpitar más rápido y tus manos empezaban a sudar, por lo que el cuchillo de tus manos se deslizaba. ¿Qué te quedaba?, ¿Quién atacaría primero?