Confusión

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Desperté en la cama de Axel y aún permanecía lloviendo. Miré la hora en mi móvil y apenas eran las cinco, busqué a Axel por toda la habitación y no estaba.

Bajé y la casa parecía vacía, me quedé pensando unos minutos y luego unas pisadas fuertes invadían el silencio que quedaba.

__¿Aún te duele?__ una voz gruesa me asustó.

Axel se veían cansado y con ojeras, solo llevaba un jean negro dejando a la vista su pecho desnudo. Descalzo, se acercó a mi para observar mi muñeca.

__Oh, sí...aún duele.__ trate de fingir mucho dolor.

Axel me extiende mi uniforme perfectamente doblado, incluyendo mi panty, Al verla me sonroje.

__Gracias.__ le sonreí.

Él hizo una mueca de medio lado y se recostó acariciando su nuca. Creo que el estrés lo acompañaba.

__¿Estas cansado?__ le pregunté dulcemente.

__Si...bueno___ me dijo cerrando sus ojos.

__¿Quieres unos masajes?__ me acerqué a él cuidadosamente, coloqué mi pequeña mano en su espalda y pude sentir esa electricidad extraña de nuevo.

Axel se sobresaltó otra vez.

__No Bela...porfavor...__ aparta mi mano.

Dios, este hombre tiene serios problemas con el contacto físico.

__¿No quieres ser mi amigo?__ le pregunté casi con la voz quebrada, tenía apenas 14 años, no sabía cómo enamorar a un chico. Y acostumbrada a ser consentida por dos hombres, no soportaba la idea de uno que me interesaba muchísimo no me prestara ni la más mínima atención.

__Ven aquí.__ él hizo un gesto para que me sentara en el sillón de enfrente.

__Me incorpore con la mirada baja__ Axel me miraba compasivo.

__Bela...entiende que yo solo soy un amigo de la familia, tu y yo no podemos ser siquiera amigos. Tú deberías estar pensando en tareas, salir de compras, yo que sé!, pero en chicos jamás. Ni mucho menos uno que te dobla la edad.__ me dice a punto de encender un cigarrillo, noté por su tono de voz, que casi le costaba trabajo decirme esas palabras. __y claro que me gustaría ser tu amigo, en este poco tiempo he notado que eres una chica maravillosa.__ me acalara con algo de confusión.

Voltee a verlo y sus ojos expresaban una mirada Confusa, ese brillo inexplicable. Los hombres se defraudan solos, pensé.

__Esta bien, yo igual quiero ser tu amiga. Me disculpas?__ mi voz se agudizó.

Axel sonríe.

...

En una hora ya habíamos llegado a mi casa, eran un poco más de la seis y media y papá aún no llegaba. Por suerte ya estaba yo en casa.

__Gracias Axel...__ le dije aún en el asiento de la camioneta. Él solo miraba para ver si había llegado alguien a casa.

__ Okey Bela, creo que ya puedes entrar__ me dice un poco preocupado.

Yo asenti sonriendo y antes de bajarme, un pico inocente salió de mis labios hacia los suyos. Casi parecido al que le había dado la primera vez en la cocina.

Axel no se lo esperaba, me miró impactado y con ese semblante de enojo que lo caracterizaba.

__Adios bebé__ bajé del auto victoriosa y con una gran sonrisa.

Entré a mi casa y todo estaba en silencio, me quedé pensando en el beso, fue hermoso.

Me dirigí a la cocina bailando y dispuesta a hacerme un emparedado. Bailaba como una de esas chicas que hacían strippers mientras que sacaba la mayonesa del refrigerador, en cuanto lo cerré allí estaba Axel de pie mirándome.

La mayonesa cayó al suelo, mis ojos quedaron como platos al verlo.

__Oh...Hola...__ traté de sonar despreocupada.

El me extiende mi celular sin decir ni una palabra.

__¿Gracias?__ le dije dudosa, y aún un poco asustada.

Su mirada era fría, calculadora.

En un impulso me dieron ganas de abrazarlo, sentía que lo quería, siempre queria tocarlo, estar cerca de él.

Me acerqué y lo abracé tiernamente, mi cabeza daba con su pecho, mis brazos rodeaban su cintura y podía oler ese perfume.

Él me apartó molesto, y luego se giró para irse.

Lo veía marcharse desde la ventana, donde él antes de montarse en su camioneta, encendió y cigarrillo y me dio una última mirada.

...

Axel

Lleve a Bela a su casa, aún su padre no había llegado, mucho menos había señales de Tony. Era lunes, un día ocupado para ambos.

Miré a todos lados para ver si la casa sola era segura para ella, luego recordé toda la seguridad a la cual yo solo tenía acceso y me tranquilice solo un poco.

La pequeña me veía algo extraño, parecía feliz. En un descuido sus suaves labios llegan a los míos para darme un pico inocente. No me dio tiempo de reaccionar, así que solo quedé petrificado en la escena.

Ella se fue triunfal, había logrado lo que tanto quería, y yo solo me quedé como un idiota.

En mis andetros me sentí intimidado por ella. Como era de costumbre, nunca tuve amoríos con mujeres, solo las usaba. Aunque lo mío era pagar por prostitutas, no era tan patán como para andar con esas que se enamoran a la primera y luego dejarlas y ser yo el malo del cuento.

Pero esta jodida niña era diferente, es tan atrevida, no le tiene miedo a la muerte. Yo me consideraba la mismísima muerte, mi historial no era bueno, tenía secretos que solo Alan y Tony sabían, y otras que algunas cosillas que me guardaba solo para mí.

El sonido de una llamada me sacó de mis pensamientos, el celular de Bela sonaba sin parar con la imagen del joven  nazi en la pantalla.

Mierda.

Decidí contestar.

__Eh...hola Bela, estaba preocupado.__ dice el chico creyéndose no se quién.

__Si si que lindo, por cierto ella esta estudiando, no quiere que la molestes.__ le dije en tono de advertencia, luego colgué.

Idiota.

Me bajé de la camioneta a devolverle el estupido celular. Entré cuidadosamente,  ella me sorprendió bailando como una loca en la cocina, sonreí en mis adentros.

Estaba inclinada buscando algo en la nevera, no pude desviar mi mirada de su precioso culo Moreno debajo de esa falda. En cuanto me vio la pobre se asustó, la mayonesa cayó al suelo.

Le entregué su teléfono, ella me veía aún muy asustada, pero luego sus brazos me rodearon a lo que creo que estaba abrazandome.

Se sentía bien tenerla cerca, era tan suave y olía tan bien.

La aparté para luego irme, no quería estar más tiempo con ella antes de que fuese demasiado tarde, o creo que ya lo era.

La nena me veía con un aire triste desde la ventana, encendí un cigarrillo para aplacar toda emocion que sentía en mi cabeza, y también en mi miembro.

...

Llegué a casa, y aún la jodida tormenta hacia de las suyas, me cambié para irme al gimnasio.

Termine la rutina y me dirigí a la cocina para comer algo, mis ojos se enfocaron en la panty rosada que estaba en el mesón, al lado tenía una nota:

Gracias por todo cariño, te dejo este regalo por aquí ❤.

Pd: Tu novia.

Apreté la panty entre mis dedos, luego me la llevé a la nariz para aspirar su aroma.

Dios Bela...

Mi mano llegó a mi miembro, y lentamente comencé a masturbarme pensando en esa pequeña niña.

Pensando en su voz, en su olor, en el beso. En una última jalada dejé salir un gemido fuerte, y me vine con el nombre de Bela en mi cabeza.

ERES MIA (HOT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora