Cuando eres joven, hablar las cosas o intentar dialogar a veces es algo vergonzoso y atenta hacia nuestro orgullo; mayormente si no tenemos la culpa de esto.
A veces, se forman enormes burbujas de incomodidad al rededor de jóvenes que se reconcilian, Venus y el misterioso chico no eran la excepción.
Sus miradas conectaron, conectaron de tal manera que parecía que producirían electricidad tan solo con estas.
Ambos lo predecían, y los narradores también lo hacíamos; era evidente que ambos se besarían en cualquier momento... ¿o no será así?Sus caras comenzaron a acercarse, acercarse tan lentamente que el silencio en el lugar se hacia eterno, y las manecillas del reloj corrían más rápido. Pocos milímetros, menos de eso, para que sus labios se juntaran en algo que habían esperado mucho tiempo, sin embargo, algo interrumpió aquel momento.
—¿entrenador?
Por la entrada, apareció una chica del equipo de Voleibol.
Su nombre era Hebe, una chica muy popular en el colegio por sus excelentes notas y habilidades deportivas, así que ambos no tardaron en saber quién era y claramente, separarse en cuanto la vieron entrar.—oh no, ¿interrumpo en algo?
Esta chica pelinegra de cabello corto, algo más arriba del hombro, se ruborizo muy levemente al ver que su imprudencia había echo de las suyas de nuevo, pero este vergonzoso momento cesó cuando Hebe noto quien era la chica en frente de ella.
—¿Eres Venus? La chica del drama del baile y la amiga de Skylar, ¿no es así?
Preguntó entusiasmada, en lo poco que llevaba en la Universidad, ella nunca había tenido el privilegio de toparse con nuestra protagonista; quien era famosa por aquella noche de terror.
Venus asintió con la cabeza mientras le regalaba una cálida sonrisa a la chica de pelo corto, no sabía exactamente como reaccionar en aquel momento.—creo que mejor los dejo, no quiero hacer esto más incómodo.
Nuestra chica se ánimo a hablar después de estar minutos callados, camino hasta la salida sin mirar al chico misterioso y sonriendole a Hebe.
Saliendo de aquel lugar, ella no entendía bien que había pasado antes, ni el porque ella había seguido semejante acto; aún odiando un poco al chico mayor.
Skylar, por su parte, estaba de regreso a su habitación, en silencio.
Los pasillos estaban vacíos debido a que todos en aquel momento se encontraban en clase.Su mente daba vueltas sobre lo que había ocurrido en la biblioteca con Sammuel. Había dos posibilidades: El no sabía sobre eso, o estaba pasando algo entre ambos.
Tantas cosas pensaba en ese momento, que ignoro cuando Angelo -el chico que la dejó plantada- pasaba por enfrente de ella. A Skylar no le importaba mucho
—me preocupa que no le prestas atención a lo que pasa a tu al rededor.
La figura masculina se paro en frente de nuestra protagonista.
Cabe recalcar que la familia Reinhardt es alta, Skylar también lo es por lo cual solo era unos pocos centímetros más baja que el chico de nombre Angelo.
Skylar soltó un bostezo largo.—no es tu problema -lo miro- me aburres.
Fue lo único que dijo, y lo esquivo para continuar con su camino, sin embargo Angelo tuvo la grandiosa idea de detenerla antes de que huyera.
—Fui la única persona que te invitó al baile, ¿y asi me tratas? deberías estar agradecida -el mayor se acercó a ella y la miro imponente- Te recuerdo quien soy, y si escribo una carta, tan solo con mi bolígrafo podría hacer que te expulsen.
Reinhardt, molesta, se dio la vuelta y lo miro. Acercándo su mano al cabello de este, y acariciandolo.
—También yo puedo acabarte con tu bolígrafo.
Esta, siempre había actuado sin pensarlo demasiado y dejándose guiar por sus sentimientos, tomó la pluma del bolsillo de el y río de manera sarcástica. Un impulso de la mano con la pluma en los aires; no estaba del todo claro que pretendía ella en aquellos momentos, pero inmediatamente se noto que buscaba hacerle daño físicamente.
Una apuñalada con el bolígrafo en el ojo de este terminaría con la pesadilla de la joven, pero sintió como alguién tomaba su brazo para impedir cualquier tontería.Sammuel, se encontraba detrás de ella impidiendo que le hiciera daño al chico de tez morena.
Aquellos tres chicos de primer grado, se quedaron parados sin responder por menos de diez segundos. Skylar, con brusquedad se safo del agarre de Sammuel, y Angelo dio unos pasos atrás para después gritarle a nuestra chica.—maldita perra, estas desquisiada.
Los ojos de Sky reflejaban sin duda mucha impotencia, y Sammuel destras de ella cuidaba que no pasará a mayores. Angelo por su parte salió corriendo después de concluir con un "verás que pagarás".
—no planeaba hacerle daño.
Dijo la pelinegra en un tono bastante bajo y suspiro, pero nuestro chico la interrumpió antes de que pudiera decir algo más.
—eso no era lo que parecía -suspiro- no te conozco Skylar, pero desde que te ví por primera vez supe que no eras normal.
Skylar se dio la vuelta para mirarlo y le sonrió, ella estaba cansada de todo lo que sucedía al rededor, y de pretender que estaba tranquila.
—¿por qué te preocupa lo que hago? ¿por qué te molestas?
Después de que ella dijo eso, miro a otro lado y volvió a hablar.
—Sammuel, procura no verme nunca más. Cada que tenemos encuentros, pasan cosas extrañas.
Skylar lo esquivo y le alejo, emanando su aire de superioridad y haciendo que el ruido de sus zapatos retumbara en las paredes del solitario lugar.