Capítulo 51 DALIA DICHOSA Y FELIZ, DELIA EN PELIGRO LATENTE.

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Fernando y Dalia conversaron acerca de decirle la verdad ó no a los niños acerca de su padre biológico, ambos habían acordado en que sería un trauma horrible para los niños saber la verdad.

Dalia: Entonces, no le diremos que ese tipo no es verdadero padre. Pero estás de acuerdo qué van a querer una tumba para llorarle a su verdadero padre ¡Ya no van a conformarse con decirle que "está muerto"! Ellos van a querer saber quién es su padre biológico.

Fer: Tienes razón mi Dali, por eso ya pensé que le diré a los niños. ¿Recuerdas que alguna vez te conté del señor que me enseñó mecánica y también a tocar la guitarra?

Dali: ¡Claro! No me acuerdo muy bien del nombre, pero sí recuerdo que me comentaste algo así.

Fer: Se llamaba Arnold Palma era una gran persona, yo creo que los niños se sentirán felices si saben que él era su papá. Es preferible decirles eso a que sepan que ese maldito asesino que los secuestró es su padre biológico.

Dalia (lo abraza): Estoy de acuerdo contigo mi Fer, sabes que lo que decidas yo te apoyo. Todo sea por el bien de los niños ¡Cuenta conmigo!

Fer (la besa): Gracias por apoyarme mi Dali, te amo muchísimo.

Dali (sonriendo): Y yo a ti amor, siempre voy apoyarte en todo.

Después de esto vuelven a besarse, ambos se abrazan y se quedan dormidos así.

Era el otro día, Dalia y Fernando llevaron a los niños a la tumba del señor Arnold Palma para explicarle que él era su padre biológico.

Ambos niños regresaron a ver a Fernando algo incrédulos, sobre todo Richie ¡No podía creer que su verdadero padre estuviera tan "viejito"! Dalia solo regresó a ver a Fernando y río un poco, éste se encogió de hombros, lo importante era que los niños estuvieran a salvo y que no cargaran con el peso de tener "un padre desalmado".

Una vez que Fernando les contó todo lo que el señor Arnold hizo por él y su madre de ellos, empezaron a interesarse más en él. Sandy y Richie la pusieron las flores que llevaban con una sonrisa, habían tenido un padre muy sabio y bueno (decían los pequeños) después abrazaron a Fernando, él les correspondió el abrazo con una sonrisa y Dalia se unió al abrazo enseguida besando a los pequeños y a su esposo Fernando.


La familia se retiraba a su hogar, mientras tanto Quique se encontraba en un casino como de costumbre, apostando hasta "la conciencia". Su vicio ya lo dominaba y lo peor es que no era el único, también tomaba mucho. Delia veía como poco a poco su amigo y ex-amante se iba hundiendo cada vez más, ella intentaba de hacerle ver qué no estaba  bien; sin embargo, Quique parecía no escucha, decía que "era la última vez" pero parecía no tener fin y mucho menos control.

Delia (furiosa): ¡O nos vamos ó te quedas! ¡Ya me tienes harta Quique!

Quique (embriagado): ¡Ya espera! Shhh que no vez que ya voy a ganar ¡Está es la buena mamacita!

Delia quitó su brazo que acomodó encima de ella, si está vez perdía ya no tendrían ni para la gasolina del auto ¡Y cómo rayos se iban a regresar!

Enfadada se aproximó a la salida, resignada a qué pediría un "Rai" para regresar a su casa. Quique decepcionado al ver que volvió a perder, angustiado le dijo a su contrincante que "no fuera malo, que le prestara y que mañana le pagaría". El tipo regresaba a ver a la chica que ya se encontraba en la salida del casino y le propuso que "la apostara a ella a cambio de todo el dinero que habían jugado parte de la tarde y noche".

Quique decepcionado se puso de pie y se aproximaba a retirar, el hombre le dijo que además del dinero le apostaría su caballo que valía una fortuna ya que era uno de los campeones en las carreras, era cotizado, ganador y hermoso. Quique reconoció de que caballo le hablaba, claro era ese hermoso corcel llamado "Tormenta".

El hombre le dijo que le daría oportunidad de tirar tres veces los dados, él miró a Delia y después a Tormenta y terminó por aceptar el reto. Todos los presentes estaban atentos ya que está vez no solo el dinero estaba en juego, los dados cayeron ganó Quique dió un grito de emoción e iba a tomar todo el dinero cuando el hombre lo detuvo y le dijo "faltan dos tiros amigos, recuerda que dijimos que a las de tres tiradas".

Quique bufó molesto y tiró ¡Perdió! Volvió a tomar los datos, era su última tirada, sopló los datos y le pidió a "sus amigos" hacer lo mismo, estos lo hicieron y tiró...uno de ellos no dejaba de girar cuando Delia volvió a entrar y le dijo a Quique que "ya era suficiente, que ella se iría a casa y que si le preguntaban por él, no mentiría".

Él asintió, ella se dió media vuelta cuando el dado por fin cayó... él había perdido y ahora tendría que cumplir su apuesta.

El tipo gritó triunfante, los presentes celebraban al ganador ¡Quique gritaba porque le diera otra oportunidad! Le pedía de favor que olvidará el caballo y a Delia, que él le pagaría mucho dinero mañana. El tipo les dijo a sus hombres que lo tomaran, que él iba a reclamar "su premio".

Delia estaba subiendo al taxi cuando de repente sintió una mano que la tomó del brazo bruscamente, ella regresó a verlo molesta y le dió una bofetada. El hombre le dijo al taxista que "había peleado con su mujer pero que lo arreglarían".

Él la sacó del taxi y Delia empezó a gritar cuando el tipo le dió un fuerte golpe en la cara, Quique salió corriendo a su encuentro casi cayéndose llegó como pudo.

Quique (preocupado y molesto): ¡Dejala imbécil, ella no es parte de esto! ¡Es mi amiga!

Hombre (sacó una navaja y la puso cerca del cuello de ella): ¿Amiga? ¡Ja, si fuera tú amiga no la hubieras apostado a ella idiota!

Delia (vió a Quique aterrada): ¿Qué hiciste imbécil? ¡Quique te lo advirto, haz que esté tipejo me suelte!

Hombre (cerca del oído de ella): ¡No se va a poder mamacita, una apuesta es una apuesta!

Quique (llorando): ¡Por favor, te pagaré el doble! ¡Yo te lo consigo, solo déjala ir!

Él tipo ya enfadado hizo que sus hombres acompañantes se encargarán de Quique y uno de ellos le acercó el auto, él metió a Delia con él pese a los gritos de ella, no la escuchó y tampoco a Quique... simplemente se la llevó del lugar.


Dalia se miraba en el espejo y veía como su vientre seguía pequeño a pesar de los meses que tenía, no parecía embarazada. Será porque se trata de "su primer hijo" (se decía a ella misma), cuando Fernando entró y la tomó de la cintura besando su mejilla y diciéndole lo hermosa que se veía.

Dalia (sonriendo): Oye mi Fer, nuestro bebé no crece porque mi vientre sigue estando pequeño para el tiempo que tengo ¿Será normal?

Fernando (se arrodilló besando su vientre): Supongo que es un bebé muy pequeño como tú mi niña hermosa, por lo tanto es normal. Ya vez que el doctor te checa constantemente, si hubiese algo malo ¡Ya nos hubiera dicho algo el doctor! Pero igual, mañana le pediré que venga y te revise a ti mi bella Dali y a mi hermoso bebé.

Dalia (acarició su cabeza y besó su frente): Como tú digas mi Fer, mi amor, mi todo.

Fernando (mirándola fijamente): Tú eres mi todo, siempre lo fuiste y siempre lo serás.

Ambos se besan completamente enamorados, él la cargó con cuidado llevándola hasta la cama para demostrarle cuanto la amaba y deseaba como nunca había amado y deseado a nadie jamás.










Nota:

¿Extrañaban mi historia? 👀

Lamento no haber actualizado en un buen de tiempo, pero mis ocupaciones y la falta de inspiración 🙈.

Pero aquí estoy de nuevo, espero que les haya gustado el capítulo. Actualizaré más seguido, gracias x seguir apoyándome con sus votos y comentarios 🌟✍🏻 ¡Saludos cordiales para ustedes corazones!♥️🤗.


Vuela lejos de aquí 🕊️(Fly away from here) (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora