Bad Boys VS Good Girls [En edición]

Capitulo 6: If i am the doctor ¿you're my nurse?

Jay.

Horas y horas en la habitación de las dorks esperando a que llegasen de comprar quien sabe que cosas, mientras nosotros observábamos a Alex, esa dork rubiecita fue muy torpe. No es como si nosotros hayamos causado este accidente.

— ¿A que horas piensan llegar estas dorks?. — Me cruce de brazos en la silla donde me encontraba sentado.

Collin estaba acostado en la única cama sola de la habitación y West estaba sentado en la litera de arriba.

— Tranquilo Jay. — Dijo West. — Que esto ha sido nuestra culpa. — Dejo de verme volteo abajo a ver a Alex, quien dormía. Ojala no este en coma.

— Claro que no. — Me levante. — Estas chicas son unas cínicas ¿Como se les ocurre meterse con nosotros? ¿entiendes la gravedad de eso? Son un trio de desadaptadas.

— Te estoy escuchando. — Escuche la débil voz de Alex, mientras abría ligeramente los ojos.

— No es algo que no sepas. — Respondí.

West bajo inmediatamente de la litera de un salto y se acercó a ella.

— ¿Estas bien? — Le preguntó.

Alex iba a responder pero la interrumpí. — ¿Desde cuando te importa?

— Desde que fue nuestra culpa que se desmayara. — Contestó West irritado.

— Voy a buscar a las chicas. — Salió Collin de la habitación, dejándonos a nosotros dos con Alex.

— Estoy bien, gracias. — Parecía estar apenada cuando hablaba.

Volví a sentarme poco a poco mientras veía a mi mejor amigo estar al pendiente de una dork, a quien jamás le habíamos hablado, hasta hace unos cuantos días. Lo estoy perdiendo.

— West voy por agua ¿Vienes? — Pregunte con la esperanza de que dejara de prestarle tanta atención.

— Puedes ir solo. — Respondió sin siquiera mirarme, estaba tan centrado en Alex que no se tomo a molestia de voltear a verme.

Gruñí y salí de la habitación. Ya era de noche, no había nadie en el lobby, nadie sabia que nosotros estábamos dentro del edificio con las dorks, ni los consejeros. Esto seria como misión imposible, nadie debía verme.

Camine sigilosamente hasta la barra donde estaban las bebidas, me acerque a la maquina expendedora y metí una moneda sin hacer mucho ruido.

Uff.

— ¿Que demonios haces aquí? — Preguntó alguien, haciéndome saltar del susto.

Entonces mire hacia mi costado y era Sam. Llevaba un botiquín de primeros auxilios, y me miraba con enfado, como normalmente suele hacer.