-Vale chicas, pues eso es todo - finalizo la presentación. - Ahora decidme en que departamento estáis más interesados en trabajar. Lo ideal es que cada uno se centrara en un departamento, pero entiendo que lo que os interesa es aprender de todas las áreas, así que el último mes os doy la opción de elegir dos departamentos y así también los veis. ¿Qué os parece?
-Entonces, los primeros meses estaríamos trabajando en el que más nos interese, ¿y el último mes estaremos durante dos semana en uno diferente? - pregunta una chica.
-Exacto, creo que es lo mejor para vosotros porque así os podéis convertir en especialistas en una área, pero también tener una pequeña idea de las otras.
-Vale, me parece genial. ¿Pero qué pasa si más de una persona quiere trabajar en algún departamento?
-No os preocupéis, tenemos a mucha gente trabajando en cada departamento, en ese caso se se os asignará un tutor diferente a cada uno de vosotros y ya está, no hay problema.
-De acuerdo.
-Bien, ¿os parece si ahora me decís en qué departamento queréis trabajar y os voy asignando un tutor? - ellos asienten - genial, empezamos por ti - miro a la chica de mi izquierda.
-Me gustaría trabajar en dirección - dice María.
-Genial, trabajarás conmigo entonces - sonrío.
Los otros me van diciendo donde quieren trabajar, hasta que le toca a Dídac.
-Yo también quería trabajar en dirección... - dice nervioso, sabiendo que María ya lo ha cogido.
-Umh, pues vaya justo en dirección solo necesitaba una persona - me pongo a pensar como solucionarlo - vale, ya sé, como estoy metida en dos proyectos cada uno se encargará de uno. Genial, siguiente.
Me van diciendo y por suerte con los otros becarios no hay ningún problema. Hasta que llega el último.
-Quiero trabajar en dirección - dice Ángel con firmeza.
Este chico no se si ya lo hace para tocarme las narices o realmente está interesado en dirección.
-Umh, pues como he dicho antes ya no caben más personas. ¿Estás interesado en otro departamento y el último mes te vienes conmigo?
-No - dice seco.
Yo flipo y me quedo callada por primera vez en la vida. No quiero ser borde con él. Al ver mi cara de sorpresa, el chico sigue hablando.
-Perdona eh, pero es que estoy MUY interesado en aprender de ti - se da cuenta de que ha sonado un poco mal - em... digo... creo que ya me has entendido - hace una sonrisita de pillín.
-Es un honor para mi, pero no os puedo llevar a todos a la vez, no sería justo para ninguno de vosotros. ¿Podrías pensar por favor en otro departamento y el último mes te apunto para estar en dirección? - pregunto intentando no sonar molesta.
-Está bien, lo pensaré - dice sin más.
-¡Genial! Pues os presento a vuestros tutores. María y Dídac quedaos aquí con Ángel.
Dejo a cada becario en su lugar y vuelvo a la sala de reuniones.
-Ángel, ¿ya has pensado dónde quieres estar?
-¿Podemos hablar un momento?
-Claro dime, te puedo ayudar a decidir...
-No - me corta a media frase - quiero hablar contigo - mira a sus dos compañeros - a solas.
-Está bien - miro a los chicos - pues deja que les cuente a ellos - Ángel asiente y yo les explico a los otros dos lo que van a hacer. - Estoy metida en dos cosas ahora mismo, por una parte está la de dirección de esta empresa y las del resto de Cataluña y por la otra parte estoy haciendo un proyecto económico sobre cada una de las empresas de las otras comunidades. Sería genial si os pudierais poner de acuerdo y cada uno se dedicara a una cosa. Ah, y para lo del proyecto económico, necesitaría que fuerais unos genios en mates, eso os puede ayudar a decidir.
-De acuerdo - dicen los dos.
-Genial, Ángel vamos - nos levantamos y vamos a mi despacho. - Dime.
-Me tienes manía por lo del móvil, ¿verdad? - dice directo.
-Claro que no - me defiendo - es sólo que a otros compañeros les ha pasado lo mismo y han llegado a un acuerdo, y tu ni siquiera tienes intención de hablar con ellos.
-Eso no es verdad, no me has dado la oportunidad. A María le dices que sí, a Dídac en teoría tampoco le necesitabas y le has colado porque te ha hecho la pelota, se nota a kilometros que es tu favorito y a mi me tienes manía.
-¿Perdón? - dugo alucinando - primero: no tienes derecho para hablarme así ni en ese tono de gallito. Segundo: no tengo ningún favorito.
-Tu tampoco tienes ningún derecho a decirme que soy un gallito si no me conoces.
Lo miro levantando una ceja y haciendo una mueca.
YO FLIPO.
Aradia, actúa como una adulta, no dejes que un niñato te pisotee.
-Tienes razón, te debo una disculpa, pero creo que tu también me debes una.
-Sí, yo también lo siento - lo veo reflexionar - Perdona, soy muy impulsivo.
¿No me digas? No me había dado cuenta...
El chico intenta buscar las palabras adecuadas
-Es que me he esforzado muchísimo para entrar en ésta impresa y me parece injusto que a los otros dos les dices que sí y a mi no. Si hubieras empezado por la derecha entonces yo habría entrado y María no. Y sinceramente, dudo de que a ella le hubieras dicho que no.
Ai va, pero si tiene educación y todo...
Si me hubiera hablado así desde un principio las cosas habrían sido muy diferentes.
Entonces me doy cuenta, tiene razón.
-Está bien, te entiendo. Tienes razón - asumo la culpa. - Ha sido totalmente arbitrario que empezara por la izquierda.
Él sonríe, pero espera que siga hablando.
-Me habría gustado que hubierais llegado a un acuerdo, pero como os veo a los tres muy interesados voy a buscar la manera de que tengáis las mismas oportunidades...
Me pongo a pensar.
-Gracias - dice Ángel.
Yo sonrío. Al fin hemos llegado a un acuerdo.
-¿Prefieres trabajar en dirección como tal o te interesa el proyecto económico?
-Me da igual, mientras pueda aprender de ti me parece bien.
-¿Porqué tienes tanto interés en mi? - pregunto ya curiosa.
-Eeeem... - piensa bien sus palabras - porque eres la mejor, por eso tu estas de directora y los otros no. O sea, digo yo que tendrás algo que los otros no tienen. Y yo quiero tener eso.
-Interesante... - lo miro - eres observador. Me gusta.
-Me lo tomaré como un cumplido... - ríe.
-Genial, pues si ya hemos acabado, ¿puedes ir a buscar a tus compañeros por favor?
-Sí, jefa.
-Señorita Martínez - lo corrijo.
-Sí, jefa Martínez - se ríe.
-No tienes remedio - me río.
Va a buscar a sus compañeros.
-¿Ya habéis decidido dónde estar?
-Soy el de las mates - sonríe Dídac.
-Genial, trabajarás codo con codo conmigo.
Veo a Ángel de fondo rodando los ojos. Sigue pensando que Dídac es mi favorito, pero la verdad es que no tengo ningún favorito.
-Bien, vosotros dos, vais a trabajar en equipo.
María y Ángel asienten.
-Genial pues, ¡manos a la obra!
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Los secretos de la jefa
SachbücherÉsta no es la típica historia de un empresario multimillonario súper joven que se siente atraído por su aún más joven e inocente secretaria. Esas historias no son más que pura ficción. Si estáis cansadas y cansados de ver siempre el mismo concepto d...