Me encontraba descansando, reposada sobre la mesa de su estudio; estaba feliz y tranquila, hasta que comenzó a acariciarme el abdomen. Nunca he comprendido el estúpido vicio y placer que encuentran los humanos en ese acto, ¡es simplemente ridículo! Esperé con poca paciencia a que se detuviera, pero no fue el caso, así que decidí abrazar su delgado brazo y morderlo lo más rápido que pude, para que entendiera el mensaje. Lógicamente apartó su mano y se molestó un poco, es obvio que entendió mi intención, pero gracias a ello mi dueña continuó con su trabajo, y yo soñando a su lado.
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Crónicas y relatos de un mundo inmenso
RandomEl universo tiene sus misterios y aciertos. Aquí podrán encontrar pequeñas historias acerca de cotidianidades de la vida vueltas leyenda; las vivencias contadas en relatos cortos son pan de cada día, y cada capítulo, contiene un poco de todo aquell...