- Justin, ¿me oyes?. - comencé a escuchar una voz muy familiar y traté de abrir los ojos. Pude escuchar una maquina que emitía sonidos agudos y prolongados, yendo al compás del latido de mi corazón y de mi respiración. No sabía dónde estaba, me estaba poniendo nervioso y ese sonido irritante no me ayudaba para nada. Apenas pude abrir los ojos y noté que no era mi habitación.
- Veo que has despertado...- Un señor vestido de blanco había entrado a la habitación. - ¿Cómo te sientes? Soy tu doctor, ¿me recuerdas?. -
Asentí con la cabeza aunque no estaba totalmente seguro.
- ¿Qué.. qué pasó?.- Mi voz sonó ronca y sin fuerzas.
- Te desmayaste. Tuvimos que hacerte unos análisis de sangre mientras estabas dormido... - hizo una pausa. - Ya están listos los resultados, se los iba a informar a tu madre, pero ya que veo que estás despierto, prefiero dartelos a ti antes.-
Tragué saliva duramente. Ya me imaginaba por dónde seguiría la charla.
- Notamos un alto porcentaje de MDMA en tu organismo. Por si no sabías es un tipo de droga, mejor conocida como éxtasis. Es muy potente. El cuerpo humano puede tolerar esta sustancia, pero una dosis algo alta puede tener este tipo de consecuencias, o incluso más graves. Necesito que seas sincero, ¿estás al tanto de esto?. Es importante que respondas con honestidad, Justin. - Me miraba fijamente mientras se rascaba la barbilla.
- Eh, sí... yo...
- Está bien. - Me interrumpió. - no necesito que me expliques nada. Entiendo.
Trataba de verlo a los ojos pero me sentía tan agotado y me pesaba tanto la vista, que dejé de intentar. Sólo los cerré y continué escuchando lo que el doctor tenía para decirme.
- Parece que necesitas descansar.
- Asentí. - Está tu madre afuera, ¿quieres que la haga pasar?.
La idea de verla me aterró. Sinceramente no tenía fuerzas para enfrentarme a mi madre y sus reproches, pero más que nada, no quería ver su cara de decepción cuando descubra que había vuelto a hacerlo. No podría soportarlo.
El doctor me miró, esperando una respuesta de mi parte, pero creo que mi cara fue más que suficiente para que se diera cuenta que no estaba listo para eso.
- O puedo decirle que estás cansado para recibir visitas...
Afirmé con mi cabeza y el me dijo que iba a hablar con Scooter. Por último, me dio una mirada comprensiva antes de salir por la puerta. Me quedé solo en mis pensamientos. La angustia me invadía y no sabía qué hacer. Qué le iba a decir a mi madre. Diablos, ni siquiera sabía cómo iba a mirarla a los ojos. Habiamos hablado y le había prometido no volver a hacerlo. Fui un estúpido. Pero a veces quisiera que comprendieran un poco por qué hago esto. Simplemente quiero un respiro de todo esto.
Después de unos minutos, el doctor volvió a entrar.
- Por lo que entendí, hoy tienes un concierto... Pero tu estado físico no es el mejor, deberás cancelarlo.
¿¡CANCELARLO?!, ¿¡ESTÁ USTED LOCO?!-
Mi primer impulso fue levantarme de la camilla. Pero los cables que me habían conectado me lo impidieron, y antes de que pudiera hacer otra cosa, el hombre ya estaba muy cerca de mi y alerta a cualquier cosa que haga. Me retuvo sosteniendo mis brazos fuertemente. Me calmé por unos instantes y reí involuntariamente. - ¿Disculpa?. ¿Y tu quién eres para decirme lo que tengo que hacer?. Voy a dar ese concierto sea como sea.
- Tal vez no sea parte de tu vida como lo es tu madre o tus amigos, pero soy tu doctor y si tu cuerpo no está en condiciones, no puedes hacerlo. Lo siento. Creo que es mejor que le comente esto a tu madre, quizá debería hacerla pasar. -
