01.
Londres Inglaterra
2023.
Me encuentro sentada en uno de los vagones del el tren, regreso a casa con una terrible sensación amarga por todo lo que sucedio durante este ciclo escolar.
Miro por la ventana, ya es de noche y esta lloviendo. Las gotas de lluvia decoran el cristal, el calor interno y el frio del exterior la empañan cubriendo la vista.
Observo mi mano contemplando la delicada pieza de metal de oro blanco de diez y ocho kilates con un zafiro verde esmeralda que lo decora y que mi prometido viene presumiendo desde que me lo entrego.
Sigo recordando ese día, por supuesto que debo de estar feliz por ello. Pero sigo preguntandome a mi misma si en verdad fue buena idea haberle dado el si.
Mis padres quedaron totalmente satisfechos con la noticia, al igual que su familia. Era de esperarse que terminaramos siendo marido y mujer tras pasar cinco años juntos.
El silencio me invade por unos segundo y solo se puede notar el sonido del motor de dicho tren. Para mi suerte la señora del carrito de golosinas y postres aparece en el pasillo ofreciendo sus productos en los vagones con ayuda de su campana.
Me levanto y con una sonrisa le pido una dos tartas de zanahoria, la segunda para compartirla con mi prometido. Amablemente la señora me atiende y yo entusiasmada espero la entrega.
En momento en que la mano de la dulce mujer se extiende para entregarme las tartitas llega mi prometido que habia ido al baño e interrumpe la compra.
—No compres nada, quiero que te veas bien en el vestido.
—Tengo hambre, Scorpius.
—¿Quieres lucir tu vestido?—Hago una mueca tras su pregunta y el entorno se vuelve incomodo.—Entonces deja de comer esa mierda llena de azúcar.
Miro a la señora que por su aspecto no parece haberle agradado lo que Scorpius habia dicho y le agradezco por la perdida de tiempo que tomo conmigo.
Cierro la puerta y regreso a mi asiento con el estomago vacio, no volteo ni un poco para verle y regreso mi vista hacia la ventana.
—Te estoy haciendo un favor, deberias agradecerme.—Añade mientras reviza su celular.
—Claro.
—Por cierto una vez llegando a la estación iremos a casa, nos quedaremos las vacasiones hasta el día de la boda ahi.
Cuando menciona a casa se refiere a la mansión Malfoy, cuyo hogar oscuro y tenebroso alejado de la ciudad. Fue la primera impresión que tuve cuando me invito a pasar un fin de semana ahi.
La mansión es habitada por gente del servicio y el padre de Scorpius el señor Malfoy, un hombre frio al cúal no le he dirigido la palabra desde que salgo con su hijo.
Como decia, el primer fin de semana al que asistí no pude conocer de mejor manera a su padre, tiende a ser muy ocupado por su trabajo y se queda todo le tiempo en su despacho.
En cuanto a la madre de Scorpius, ella fallecio años atrás antes de que le conociera y evita tocar el tema así que asumo que su padre se volvio solitario por lo mismo.
