Tan frágil como una flor.

¿serendipia de qué? pt. II

28 de marzo, 2021.

ya van varias lunas en las que
busco tu presencia en mis sentidos;
cómo que siempre estuviste ahí,
a pesar del tiempo y sus detalles,
paciente y pasivo,
como si hubiera el tiempo suficiente
para hacer todo.

pero particularmente hoy
has estado presente,
desde el camino en metro,
hasta mi sonrisa inextinguible
que se impregnó en mi rostro
desde que nos despedimos de lejos.

y aunque las cosas pasaron como una neblina borrosa,
considero esto como un sello de lazos,
porque lo nuestro comenzó en la cafetería,
continuó camino al ángel
y toma su punto clave en algún lugar con
la palabra petróleo en su nombre,
frente a unos columpios solitarios,
un testigo y tú tomándome de la mano.

aquello que idealice la primera vez que nos vimos,
dónde me encontraba, y cito,
"...enferma de amor y traicionada como nunca..."
en aquel escrito llegué a la conclusión de que
cierta parte de nuestras existencia compartida
me dejaba un buen sabor de boca,
pero en gran medida era el esclarecimiento
que me habías traído.

me embarcó en este nuevo viaje que da comienzo hoy,
dejando fluir lo nuestro,
sin idealizaciones y sólo dejándome sentir.

porque lo nuestro sólo es una parte de las realidades de cada uno,
dejando demasiado espacio para meter
nuestros sueños,
aspiraciones,
miedos y todo lo que nos conforma.

sin cadenas que aprietan,
y no dentro de una caja transparente,
aquella dónde se alcanzan a vislumbrar
todas nuestras inseguridades.

simplemente siendo nosotros mismo en conjunto,
sin arrastrar, ni aflojar,
sosteniendo mutuamente las semillas
de esto que podría ser un gran árbol.

dejando de lado las presiones
y las falsas ideas del amor romántico.

reflejandonos mutuamente.

debo dejar en claro que me encanta cómo miras,
cómo besas
y cómo sientes.

esa mirada acompañada de sonrisas,
incrédulo de lo que se avecina.