El día siguiente llego y los jóvenes, como siempre, se levantaban temprano e iban a la escuela. Cierto rubio tenía muchas ganas de faltar, sentía que no podría ver a la cara al de cabellera negra por lo que paso el día anterior y no solo porque le da vergüenza, sino porque quería volver a besarlo, oficialmente acepto la noche anterior que le gusta el atleta, pero no se lo contaría a nadie, quizás a nieves, pero a nadie más.
Reuniendo fuerzas sacadas de un café al desayuno se dispuso a ir a la escuela. Por más que quisiera evitarlo debía ir y encararlo, estaba preparado mentalmente para cualquier cosa, si el otro insistía en volver a besarlo se haría el difícil, pero terminaría cediendo. Su mayor problema era Willy, el cual lo vigilaba en la escuela y temía que el azabache se pusiera coqueto en público, aunque lo dudaba ya que sabía que este trataba de mantener una buena imagen frente a los demás.
Una vez allá se encontró con lolito y mangel en la entrada entregando folletos, el pelirrojo llevaba uniforme formal y un sombrero de copa, llamando la atención de los que pasaban. El rubio al ver que aún le quedaba tiempo para entrar a clases decidió acercarse.
- Lolo, Mangel ¿qué están haciendo?
- Estoy haciendo mi campaña para la presidencia de esta porquería de escuela, aunque mi encanto sea suficiente necesito asegurarme de ganar, ten -le entrega un folleto-
- ¿Por qué hay una foto de una pizza en la portada?
- es la voz del pueblo, querían pizza y les daré pizza -sonríe triunfante-
- tienes mi voto
- lo sé, sé que ganare esto y podre reírme en la cara de Luzu cuando eso pase -sonríe psicópata- ¡se arrepentirá por el resto de su vida ningunearnos a mí y a mi niña jaja!
- ¿Y tú estás de acuerdo con esto Mangel?
- Hare todo para que mi niña sea feliz, y si quiere ser presidente, entonces lo será -sonríe-
- ¡ese es mi hombre! -agarra a Mangel de las mejillas y lo besa-
- ¡oigan cálmense! No quiero verlos tan acaramelados
- Me recuerda a alguien -dice una voz detrás-
El rubio se sobresalta al reconocer esa voz y se da vuelta inmediatamente viendo al chico que le quitaba el sueño frente a él. Inmediatamente se pone rojo al recordar lo de ayer y siente que el otro incluso se ve más guapo, además... ¿se puso perfume? Todo eso estaba dando vueltas a mil por hora en su mente, pero solo atinó a decir unas pocas palabras.
- hola... tu... bien... ayer... pizza... -trabándosele las palabras-
- ¿pero que tienes chaval? No se te entiende nada -se ríe divertido- bueno, nos vemos en clases -saluda a los otros chicos y se va al edificio principal-
- Oye tonto... si tu intención era que el tío no se diera cuenta que te gusta pues lo estás haciendo de puta madre eh -le dice lolito en tono sarcástico-
- yo... -se pone completamente rojo al darse cuenta lo idiota que debió verse y se va corriendo-
- no era necesario destruirlo lolo
- está bien... se nota que esos dos tienen química, estoy seguro que dentro de poco ya habrán hecho lo que me hiciste anoche en el sofá de tu madre -ordenando sus folletos-
- no era necesario decirlo así... -se apena un poco-
Rubius antes de ir a la sala debió ir al baño a lavarse la cara con agua fría, necesitaba mantener la mente ordenada y fría o volvería a hacer el ridículo. Estuvo mirándose al espejo unos minutos mientras se sujetaba al lavamanos, no podía dejar que sus emociones tomaran el control, se repitió una y otra vez que debía mantener la calma hasta que logro convencerse a sí mismo de ello. Se decía a si mismo que era fuerte y que podía manejar la situación, que no era una adolescente enamorada kawaii, que era un hombre y que trataría de ser lo más maduro posible. Ante tales palabras de aliento a si mismo partió rumbo a la clase.
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Erase una escuela llamada Karmaland
RomanceKarmaland es una escuela donde se dice que el Karma rige. Rubius, niño problema con peores las calificaciones de la escuela es emparejado con Vegetta, estudiante modelo, hijo del director y atleta. El odio es lo primero que aparece entre ambos, pero...