Cap.2 -Bienvenida

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Quería llorar, debía llorar urgentemente

—(...) Ya por último, mañana se le asignará algún estudiante, quien será su guía por una semana, para que se acostumbre adecuadamente a las instalaciones

Cuando escucho la puerta cerrarse y a la ayudante de la secretaría murmurar lo raro que era, alejándose más por extenso pasillo, hasta estar en un ambiente donde no percibía ni un sonido, agarró una de las almohadas perfectamente puestas, respiró hondo, ahogando el grito más fuerte que pudo dar, para luego tirarse de lleno en esa cama y reír hasta que sus mejillas se sintieran adoloridas

Estaba en un puto cuarto de hotel 5 estrellas, esas que vez en las películas americanas y cuestan un ojo de la cara (¿¡Que ojo!? ¡Un riñón, mas bien!)

Pulcras paredes de blanco, pintadas por la luz dorada de un candelabro, todos los muebles hechos de roble oscuro, que en conjunto valdría más que las casas de toda su cuadra, baño propio, finalizando con una gran ventana, donde podías apreciar la preparatoria en todo su esplendor, con el astro rey, descendiendo para ir a descansar y dar paso a la luna, un espectáculo inolvidable

—Es bellísimo— sollozo, le había tomado casi media hora poder creer que aquí estaría por un largo tiempo—

Terminando de acomodar sus pertenencias, teniendo ya memorizado el reglamento y las clases extras que querría tener, se acomodó frente a su portátil, para jugar al menos una partida, no sin antes, decirle a su hermano que llegó bien y que se cuidara

🔸

Academia millonaria, estudiantes millonarios, no había mucha lógica, por eso tomar desayuno temprano y tener tiempo suficiente de buscar su salón, sin miradas de por medio, es todo un alivio

Encontrando al fin susodicho salón y sin señal de vida humana, eligio su asiento en el centro, lado izquierdo, con todas las estanterías repletas de libros, lo cual agradeció, mientras mataba tiempo

Poco a poco empezo el ruido, apenas leve, cuando pasaban alumnos solos o en pareja de amigos, unos cuantos ingresando, sorprendiéndose al verlo, pero que ignoraban cuando la sorpresa o curiosidad se esfuma

—¡Matanga dijo la changa!

—¡Inosuke!

—¡Maldito cerdo, devuélveme mi comida!

De la nada, un grupo apareció como tornado queriendo destruir un pueblo, apenas había alzado la mirada del libro, percatándose tarde, cuando choco de lleno con ese chico, haciéndolo caer del pupitre

—¡Ay por dios, lo mataste!— dijo angustiada una chica de dos coletas, deteniendo la persecusión—

—¿Estás bien?

Pestañeo adolorido, viendo a un chico de grandes y gentiles ojos burdeos, ofreciendo su mano en ayuda, tomándola rápidamente

—¡Vaya si que eres resistente!— dijo desinteresado el agresor, empezando a comer como si nada un delicioso enpaderado—

—¿¡Me has querido matar o que!?

—¿Ah?

—¡Eres un bruto, Inosuke!— apoyo la chica, frunciendo más el ceño pues se estaba devorando su comida—

—¿Eres nuevo?— pregunto, sin querer alguna otra discusión, captando toda atención del rubio, aquel chico de apariencia agradable, lo ayudo a recoger su mochila, mientras una chica de una coleta a un costado, ponía mejor su pupitre, pero aún se sentía incómodo— mi nombre es Tanjiro, Kamado Tanjiro— se presentó al no recibir respuesta directa, sentándose justo a su lado— ella es Kanao— señalando a la de una sola coleta, que asintió en silencio, dejando sus cosas en respectivo pupitre— Aoi e Inosuke— señalando al par, que seguía en una pelea verbal, causando una incomoda risa de su parte—

𝐋𝐎 𝐐𝐔𝐄 𝐇𝐀𝐆𝐎 𝐏𝐎𝐑 𝐓𝐈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora