Cap 19

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Por fin el último día tan esperado y necesitado por los alumnos de Hogwarts, había llegado. Las vacaciones empezarían tan solo un día, los nervios, las ansiedades, el estrés, ya se había ido de mucho. Sobretodo de aquellos quienes habían aprobado todo.

Graycee era una de aquellas personas, había aprobado todas sus materias con notas de admirar. Pero aún tenía cierto nervios acumulados en su estómago, quienes iban creciendo a medida que se acercaba al salón de Pociones. En donde estaría la nota final de aquel examen.

Nunca había desaprobado alguna materia al final del año, pero Pociones era algo que todos los años la aterraba. Porque precisamente si había algo en lo que no era muy buena, era esa materia.

Sus nervios se vieron despistados en cuanto vio a una reconocida, nuca con cabellos castaños, estatura alta y una espalda muy bien reconocida por ella misma.

Sonrió sin poder evitarlo, al verlo tan distraído. Si hay algo en donde más le gustaba ver a Cedric Diggory, es cuando estaba distraído. Como en este momento, que al parecer salía de un aula con una hoja en su mano, mientras la examinaba con atención y precisión.

Se acerco en puntillas para no hacer ningún ruido, pero aunque no hiciera aquello, Cedric no iba a escucharla. Ya que había algo de ruido a su al rededor, de alumnos hablando entre ellos, o profesores caminando por los pasillos.

En cuanto llego hasta pararse de atrás suyo, sus manos se dirigieron a sus ojos, haciendo que no pudiera ver nada a su al rededor. Contuvo su risa al notar como el chico se había asustado un poco, pero ya luego estaba sonriendo. Estaba claro que se había dado cuenta de quien era.

–¿Quien soy?–Pregunto haciendo el esfuerzo por cambiar su tono habitual de voz.

Cedric sonreía sin poder ver, en cuanto sus ojos fueron tapados pensó enseguida en ella. Aunque... siempre pensaba en ella, solo que ahora se veía concentrado en su examen aprobado, claro.

–Pues... sino me equivoco... es la chica más linda que he visto...–Empezo a halagarla haciendo que Graycee sonriera aún más.–Tiene cabello largo y castaño, con rulos preciosos en ellos...

La chica soltó una risita y continuó escuchándolo, aún sin quitar sus manos de sus ojos.

–Es un poco bajita a comparación de mi, pero igual adoro que sea así. Tiene unos ojos miel hermosos, y es una chica la cual me tiene muy enamorado...–Finalizó sintiendo como su corazón iba a todo ritmo.

Graycee finalmente soltó su rostro suavemente, y Cedric al instante se dio la vuelta, apoyando sus manos en su cintura estando cerca de ella.
Viendo aquella sonrisa en su rostro que tanto le gustaba que tuviera, y sobretodo si era por su culpa.

–Acerté. ¿O no?–Pregunto juguetón sin dejar de mirarla.

–Si... acertaste.–Respondió de repente sintiéndose tímida. Le costaba mantener su mirada en la suya.

Graycee sin poder contenerse una de sus manos fue hacia su cabello, llevando hacia atrás a aquellos que interrumpían, y molestaban su rostro.

–Entonces... ¿Cual es mi premio, Señorita Rosier?

Graycee soltó una risita viéndolo, dejando luego su mano apoyada en su hombro. Mientras la otra estaba en su cintura, al igual que como el Hufflepuff la sostenía.

–¿Y que le gustaría de premio, Señor Diggory?–Pregunto usando su mismo tono juguetón.

–Con un beso me puedo conformar, Señorita...–Contestó empezando a acercar su cara a la suya, incapaz de esperar más.

No me voy a enamorarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora