Cap 20

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–Quiero que seas mi novia, Gray...

Graycee se quedó perpleja al escuchar aquella frase, no pestañeaba e incluso podría jurar que su respiración se había detenido.

No esperaba para nada aquello, era cierto que habían pasado varios meses en los que ellos no habían dejado de verse. Ni tampoco experimentar sexualmente entre ellos.

Graycee esperaba que en algún momento Cedric Diggory le planteara ser su pareja, pero no creería que fuera ahora, justamente ahora después de haber follado en el escritorio de Snape.

No dejaba de ver sus ojos grisáceos, como si estuviera procesando lo que el chico le había dicho. Y es que si lo hacía, su frase no dejaba de repetirse una y otra vez en su mente.

Sentía nervios, emoción, felicidad, náuseas. Eran sentimientos que iban de un extremo a otro al ser tan diferentes entre sí.

Le gustaba Cedric, claro que lo hacía, estaba enamorada de él. Pero... ¿Estar en una relación? ¿Llevar el título de novios? Era algo que hacía que su corazón se acelerara de nervios.

–Gray...–Soltó una risita viéndola aún callada. Dirigiendo sus manos hacia su rostro para acariciar sus mejillas.–Dime algo...

Fue entonces cuando ella volvió a la realidad, al escuchar su voz hablarle y su tacto en ella. Bajo su mirada aún así cuando él la sostenía por su rostro, su miedo a estar nuevamente en pareja volvía a inundarla.

No sabía que hacer, tenía tantas dudas, que la hacían abrumarse. A tal punto de querer salir corriendo de allí.

–¿Por qué me preguntas eso?–Dijo en un susurro aún sin levantar su vista del suelo, sintiendo sus pulgares acariciarla.

Cedric sonrió al escucharla, pensando en que aquello era una pregunta bastante tonta. Ya que creía haber dejado en claro muchas veces cuán enamorado estaba.

–Te lo pregunto porque... en principio estoy enamorado de ti Graycee. Pero creo que eso ya lo sabes...–Empezo a hablar sin quitarle sus ojos de encima.–Y porque... me enloquecería si estuvieras con alguien más. Porque no quiero compartirte, quiero tenerte solo para mi, algo que puede sonar egoísta. Pero... es lo que siento. Quiero que seas solo mía.

Graycee volvió a subir su mirada a la suya, aún viéndolo con dudas en sus ojos. Aquellas palabras la habían hecho sentir sumamente especial, hacían que su pulso se acelere, y que su amor por él creciera el doble.

La hacía sentir tan bien, como si fuera la única chica del mundo. Era caballeroso, se preocupaba por ella, le decía cuanto le gustaba, la acompañaba a su cuarto todas las noches, la cuidaba, la quería.

–Cedric yo...–Empezó a hablar ella sintiendo su angustia crecer en su pecho.–No puedo...–Soltó finalmente sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas.

El brillo de los ojos de Cedric al mirarla se fue apagando al oír aquello. Estaba confundido, acaso... ¿No estaba enamorada de él? ¿No era lo que le había dicho antes?

–Pero... ambos nos gustamos. Estamos enamorados...–Afirmó mostrando su confusión en su tono de voz. Mientras dejaba de sostener su mejillas, sintiéndose ciertamente herido.–¿O no lo estás?–Pregunto esto último con cierto temor, bajando su mirada.

Graycee se paro en el suelo, apurándose a tomar sus mejillas en sus manos. Sintiéndose desesperada al ver que Cedric tenía ideas erróneas en la cabeza.

–No, no, Cedric. Estoy enamorada de ti, estoy realmente enamorada de ti.–Confeso una vez más haciendo que la mirara a los ojos.–Yo... tuve una pareja solo una vez en mi vida. Y... nada salió bien de aquella relación.–Explicó intentando no entrar en detalles, porque en verdad no quería hablar de aquello.–Me hizo realmente mucho daño a nivel físico, y mental. Es por eso que n-no quiero pasar algo así de nuevo...

No me voy a enamorarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora