"... No estoy triste...
sólo tengo un poco
cansada la alegría..."
Cuando abrí los ojos y desperté, esperaba encontrarme la típica escena cliché de las películas románticas.
Seguro Wooyoung estaría en la silla sentado al lado de mi cama, con una sonrisa enorme sosteniendo y acariciando mi mano, emocionado por verme vivo.
Pero no había nadie.
Apenas entraba algo de luz natural a la habitación que permanecia en penumbras.
Estaba solo.
Ni siquiera había señales de que alguien hubiese pasado por allí.
Fue duro de digerir.
Estuve a punto de morir, y no había absolutamente nadie, preocupado por mí.
Una enfermera mayor muy amable me trajo la comida y abrio la ventana para que el sol entrase por el cristal.
El doctor llego después, me revisó desinfectando y cambiando las gasas de mis heridas.
Contento me dijo que todo estaba en orden y prometió darme el alta esa misma tarde.
Después de estar poco más de un día entero inconsciente realmente había tenido suerte.
Si bien las heridas eran muchas ninguna había alcanzado mis órganos, por lo que me recuperaría rápido y sin secuelas.
Mi teléfono estaba apagado obviamente sin batería, y me di cuenta que ni siquiera tenía ropa para marcharme de aquí.
Un rato más tarde Beom entró a la habitación despacio, con una bolsa en las manos que dejó con cuidado en mi regazo.
-¡Despertaste, bella durmiente!- dijo animado.
-¿Cómo está Wooyoung?-. pregunté incluso antes de decirle hola.
-¡¡Eee, tranquilo!! Él está bien, ocupado... pero te envía esto-. dijo señalando el bulto sobre mis piernas.
Abrí la bolsa...
Suspiré...
Ahí estaban: mis brownies de chocolate y la infaltable lata de Coca-Cola.
Me picaron los ojos de repente e hice fuerza para no llorar.
-¿Vino a verme?- pregunté con las palabras atoradas en la garganta.
-¡Si!, claro- dijo. -estuvo rezando por ti sentado aquí ayer por la mañana- afirmó sonriendo.
-San, sé que soy un crío, pero no soy ciego ¿sabes?- soltó.
-¿Qué quieres decir con eso?- increpé dudoso.
-Ya he visto esto antes, en la otra iglesia anterior éramos seis chicos que cumplíamos condena y pasó esto mismo, quiero decir, que si alguien aquí perderá el corazón, ese serás tú-
Se encogió de hombros con pena al explicarme todo eso.
Otra vez la realidad abofeteándome la cara sin piedad.
Ni siquiera sabía que contestarle.
Beom se quedó un par de horas, era agradable hablar con él, aunque en el fondo yo le tenía envidia.
Él había logrado convertirse en buena persona, enorgullecer a Wooyoung, cuando yo hice precisamente todo lo contrario.
En su vida yo solo significaba problemas.
ESTÁS LEYENDO
El pecado Woosan Sanwoo
FanfictionLas tentaciones como tú, merecen pecados como yo... Temas malsonantes de religion, sin animo de ofender a nadie.