Donde hay humo

Capítulo 9

Parte 1
_________

Kurt estaba de pie en la acera fuera de la casa de bomberos. A la izquierda estaba su casa, a la derecha la de Blaine. Era tarde, estaba cansado y quería meterse en la cama y dormir durante horas, dejando que lo último de la adrenalina de la emoción de la noche se escurriera.

Giró a la izquierda.

Entró silenciosamente en su casa, para no despertar a Rachel, abrió los cajones y tomó un pijama. Y un atuendo para el día siguiente. Abrió silenciosamente los gabinetes del baño, agarró su cepillo de dientes y otros artículos de tocador, hizo una pequeña bolsa, sacó su teléfono y pidió un taxi en su aplicación de taxi. No tenía ganas de caminar varias cuadras hasta el apartamento de Blaine.

El taxi se detuvo rápidamente; Kurt dio las instrucciones y se dejó caer contra la puerta mientras se alejaban, nervioso ahora que su plan estaba claro y no tenía nada en qué ocupar sus manos o pensamientos. Antes, Kurt había estado actuando por instinto: se preocupaba por alguien, estaba en peligro, necesitaba asegurarse de que estuviera bien.

Cuando solo estaban él y su padre, cuidar a su padre, y hasta cierto punto, a sí mismo, era algo natural. Al principio fue por necesidad, pero se convirtió en quien era ahora, alguien que miró por encima del miedo y siguió adelante. No se le había ocurrido que podría haberse ido antes de que Blaine regresara; no había necesitado asegurarse de que Blaine hubiera sido atendido, simplemente ... lo hizo. Quería cuidar de Blaine, no porque Blaine no pudiera. podría. Y realmente, realmente quería hacerlo.

El taxi se detuvo en el edificio de Blaine. Kurt le entregó algo de dinero en efectivo, salió de la cabina y se armó de valor con una respiración profunda.

Admitió para sí mismo que se sentía un poco extraño entrar en la casa de Blaine, pero había otro lado de él que amaba la idea - que estaban diciendo algo sobre su relación. Eso no era una relación. Y en todo caso, podría dormir bien, sabiendo que no oiría a Rachel preparándose para su entrenamiento de las 5:30 am. Lo cual, mirando su reloj, era en poco más de una hora y algo.

Dejó las llaves en la mesa de la consola junto a la puerta principal, se quitó los zapatos, los alineó contra la pared y caminó de regreso a la habitación de Blaine, donde sabía que estaba la enorme y mullida cama. Se cambió rápidamente, hizo una versión rápida de su régimen de limpieza e hidratación facial y se deslizó bajo las sábanas frías, suspirando de felicidad por lo cómodo que era. Se acurrucó de costado, extendió una mano por el espacio vacío, cerró los ojos y respiró hondo. Cogió una de las almohadas y hundió la cara en ella; olía a Blaine. Sonriendo para sí mismo, rápidamente se durmió.

Volvió a la conciencia cuando sintió que la cama se movía. Abrió un ojo y vio a Blaine, desnudándose hasta quedar en calzoncillos antes de deslizarse bajo las sábanas junto a él. Kurt sonrió adormilado y extendió un brazo como invitación. Blaine suspiró y se acurrucó contra él, besando su cuello hasta que su respiración se niveló de nuevo, cálida sobre la piel de Kurt.

Antes de quedarse dormido, tuvo un pensamiento claro: Aquí es donde se supone que debo estar. Apretó su agarre sobre Blaine y dejó que el sueño se lo llevara.

Un olor increíble despertó a Kurt. Miró su reloj, sorprendido de que la mayor parte de la mañana hubiera pasado. El lado de la cama de Blaine estaba vacío. Kurt estiró los brazos por encima de su cabeza, bostezó e hizo una mueca cuando se dio cuenta de que podía saborear su aliento. Un discreto viaje a las instalaciones, y pudo saludar el día con un poco menos de vergüenza.

Se detuvo en la sala de estar, viendo a Blaine con el pelo revuelto por el sueño, los pantalones de chándal de la noche anterior bajo sus caderas, se volvió en la cocina preparando el desayuno. Kurt se dio la oportunidad de mirarlo realmente; hombros anchos, redondeados con músculos, espalda fuerte que se estrechaba en una cintura delgada, y un trasero que Kurt definitivamente definiría como mordí le.