Capítulo 5

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Kurt pasó una noche estresado, dando vueltas y vueltas en su cama, su mente incapaz de solo pensar en los dulces momentos que habían pasado, si no terminaba recreando todos los horribles pensamientos donde personas salían lastimadas. No podía dejar de pensar lo peor. Tontamente, el lo sabía, pero no podía dejar de pensar en eso.

Se sentó en la mesa con su café, apenas enfocándose en el crucigrama de ese día. No podía dejar de pensar lo maravilloso que había sido poder abrirse con Blaine. Lo conmovido que había estado cuando Blaine compartió sus recuerdos. Conectándose con alguien a un nivel tan personal era emocionante y atemorizante al mismo tiempo, porque debajo de todo había preocupación real. Podemos morir. El no sabía que pensar de eso, apenas podía ajustarse al hecho de que cuando Blaine y sus compañeros salían a trabajar, había una posibilidad bastante real de que podrían no regresar.

Rachel salió de su habitación después de que Kurt ya había llenado su segunda taza de café. Finalmente había llegado a la casa como a la una de la mañana. Kurt la había oído entrar de puntillas, suponía que en caso de estar molestado a alguien. Kurt no es que fuera un mojigato, pero tampoco era como si fuera a colgar un letrero de "No molestar" en su puerta a la primera cita.

Me gusta eso de ti. Kurt sonrió ante su recuerdo. Rachel le dejo un beso en la cabeza cuando pasaba por la cafetera. "Después de que acaba de despertar, espero un reporte completo, señor." Rachel se dejó caer en su silla, descansando la cabeza en su brazo, todavía bostezando. Se estiró para alcanzar su taza a ciegas, Kurt ayudándole puso el asa en su dirección.

Después de unos minutos, se quiso poner al corriente. "Suéltalo. ¿Es un besador maravilloso? ¿Te agarro del rostro? Porque a veces eso es lindo, pero a veces cuando hacen eso, se siente como si te fueran a devorar, como en aquel cuadro de Goya."

Kurt parpadeó. "Yo... hmr… mejor bebe mas de eso," Kurt dijo, señalándole la taza. "Goya," murmuró. "Bueno, si resulta que si es un besador maravilloso—"

Tuvo que detenerse por el chillido de emoción de Rachel, sus manos soltando golpes en el aire mientras se agitaba toda en la silla. "Sabía que iba a serlo! Se ve tan… apasionado."

Rodando los ojos, Kurt le hacía gestos con la mano, quitándole importancia. "si, si, lo sabes todo." Suspiró tristemente, mordiendo la orilla de la pluma, distrayéndose en sus pensamientos sobre Blaine.

"Ok," Rachel dijo, en su voz autoritaria, voz tipo líder-que-debe-de-ser-obedecida."¿Qué más pasó? Esos no son suspiros de felicidad, esos no son suspiros de conocí-al-hombre-de-mi-vida-y-vamos-a-escaparnos-y-casarnos-y-adoptar-a-una-hermosa-niña-que-llamaremos-Rchael-por-mi-muy-querida-amiga-que-me-animó-a-salir-con-él."

"No voy a ponerle tu nombre a mi hija, Rachel."

"Traidor."

"Es... es que…" se detuvo, mirando a lo lejos. "Tú sabes que es lo que hace para vivir."

"…y?"

"Rachel." Tenía la boca abierta, irritado por su actitud despreocupada cuando él se estaba volviendo loco de preocupación. "Si, ignoremos el hecho de que es un héroe que desafía la muerte para vivir. Él es… Rachel… él es maravilloso."

Ella deslizó las manos entre las suyas, "Lo sé."

"Y pasamos un rato perfecto, pero todo está pasando tan rápido, todo es tan intenso. Es casi demasiado para poder aguantarlo."

Donde hay humo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora