Difusa, algo dramática, así iba ella por la calle, su cara denotaba tragedia; ella sentía que las miradas de las demás personas la perseguían, una sensación bastante desagradable para cualquiera. Y yo iba en su interior, percibiendo lo que ella sentía, tratando de brindarle una caricia, una pizca de razón, borrar de su corazón toda confusión; pero sólo soy su mente, aquella voz interior que ha sido silenciada en múltiples ocasiones, y es bien sabido que uno a la mente sólo le obedece en las acciones que son pasivas, no en escenas de esta índole. Hoy me tuvo en cuenta en la decisión de salir a caminar, “distraer su mente ¿A mi?”, pero claro que el problema no soy yo, el problema es sentir y que se el corazón se acelera, porque las opciones de respuesta se reducen a dos: Felicidad o vienen las lágrimas. Pero creo que me estoy adelantando un poco, de antemano pido disculpas, comencé esta historia con el final.
…
Ella volaba entre las nubes, nada era inalcanzable… Luego bajaba y ponía sus pies en el suelo, pero no como un acercamiento a la realidad, sino porque le encanta caminar entre los árboles, mirar aquellos lagos y sublimes montañas a su alrededor; observar esa bella mariposa y sus múltiples colores, y esperar que tal vez, en algún momento de la tarde, ella se posara en su mano. En un momento un chirrido nubla todo, el paisaje se desvanece poco a poco18 de septiembre, son las seis de la mañana, acaba de sonar el despertador, “otra vez la rutina” me dice, mientras sus ojos se blanquean por un momento. Se levanta de la cama, y aunque su impulso pareció ser bastante fuerte al principio, su cuerpo volvió a caer en la misma, y levantantando un poco la vista me decía: “la rutina- la rutina”. Luego ella entra al baño, toma una ducha ligera, coge un pedazo de pan que se encontraba en la cocina, lo empaca en aquella vieja y desteñida maleta café y sale de prisa en busca del bus.
Una vez sentada en el bus, trata de recordar ese sueño. ¿No les ha sucedido? querer recordar algo y por más que lo intentan no lograrlo, y simplemente resignarse y pensar: tal vez lo recuerde luego; y puede que pase, pero tal vez no.
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La historia que nunca existió
Short Story¿Les pasa que huyen? -a ustedes mismos, a los demás, a su consciencia-. Karla huye sin sentido pero con razón, se adentra en lugares y en aventuras magníficas, vive a su manera con la música como fina expresión del sueño cumplido y el caos olvidado...