12. Final

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Un tiempo despues...


"Eros, cariño, es hora de despertarse, debes ir a la escuela"

Jungkook sonrió cuando su hijo se revolvió sobre si mismo varias veces antes de suspirar y mirarlo con mala cara entre el nido de mantas y sabanas que habia formado. Sus hermosos ojos adormilados parecian enviar dagas en su dirección pero finalmente, con una pequeña queja, se sentó en la cama y lo miró.

"Buenos días, papi" susurró antes de inclinarse y poner sus manitos sobre el hinchado abdomen de Jungkook, dejando un beso en el mismo. "Buenos días, hermanito"

Sonriendo, se inclinó y acunó su rostro con sus manos, dejando un sonoro beso en su mejilla. "Buenos días, tesoro"

"¿Cuanto falta para que salga?" esa pregunta era clásica, Eros la hacía todas las mañanas desde que le informaron que iba a dejar de ser hijo único.

"No lo sé, cariño" respondió sinceramente, ya que habia cumplido los nueve meses hacia solo un par de dias y el bebé aun no habia hecho ningun movimiento para venir al mundo. "¿Quieres que te ayude a bañarte?"

Eros parecio meditarlo. "¿Puede hacerlo papá?"

Eso le picó un poco. "Tu padre aún esta durmiendo, puedo ayudarte yo"

Parandose en la cama, Eros se irguió en toda la altura que sus cinco años le permitian y le sonrió antes de abrazarlo. "Te amo, papi, pero estas gordo y te cansas mucho" besó su mejilla. "Papá puede ayudarme"


Sin dejarlo defenderse de esa acusación, el pequeño castaño dio un salto fuera de la cama y corrió a la puerta, seguramente para ir en busca de su otro padre. Girando la alianza en su dedo distraidamente, Jungkook miró a su alrededor, notando cuanto su vida habia cambiado. Taehyung le habia propuesto matrimonio poco después de que empezaran a pasar las noches juntos, ellos se habian mudado a una casa más grande despues de la boda y ahora, dos años despues, estaban a punto de recibir a su segundo hijo. Era increible y Jungkook amaba cada aspecto de ello.

Taehyung entró a la habitación, luciendo adormilado en unos pantalones de pijama grises. Parpadeo repetidamente para alejar el sueño y le dedicó una sonrisa perezosa que Jungkook devolvió al instante. Taehyung habia sido más que maravilloso, se habia asegurado de que no olvidaran nunca cuanto los amaba y que daria cualquier cosa por ellos. Después de todo, el queria ser el principe que Jungkook necesitaba, y lo era.

"Tu hijo quiere sus patitos de hule" murmuró con voz ronca, arrastrando los pies en su dirección.

Jungkook se aferró a su cuello cuando los brazos fuertes del ahora Rubio  lo rodearon, su prominente abdomen los mantenia separados pero eso solo lograba que la sonrisa en los labios de Taehyung fuese más grande. Aceptando el beso tierno de los labios del mayor, Jungkook suspiró. "Dile que no tendrá sus patitos, tiene que ir al colegio y no llegará a tiempo si se pone a jugar en la ducha"

"Sabes que enloquecera, ¿verdad?"

Sonrió maliciosamente. "Estoy seguro de que su papá sabra como controlarlo"

"Mhm, me estas enviando a la guerra sabiendo que voy a perder" gruño suavemente, mordisqueando su cuello y haciendolo reir. "¿Por qué estas despierto tan temprano? Últimamente no despiertas hasta que Eros se marcha"

"El bebé ha estado volviendome loco, no me dejó dormir"

"¿Están bien?" puso su mano sobre su abdomen.

"Estamos perfectamente" dejo un pequeño beso en sus labios. "Encargate de Eros, haré el desayuno"

"No te excedas, amor, siempre puedo comprarle algunas galletas en la tienda"

Sobreviviendo a Eros [KTH&JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora