[Zeldris]
Soy un estúpido, ver llorar a Gelda anoche y por mi culpa me hizo darme cuenta de lo idiota que fui.
Y también de que ya no siento nada por Elizabeth. A la quien yo amo es a ella, pero soy tan cobarde que me cuesta admitirlo.
—Y lo peor sabes que fue... Que yo me enamore perdidamente de ti en ese tiempo...
"Yo también sentí algo por ti en ese tiempo Gelda", hubiera deseado decir eso, pero las palabras no salían. Quisiera resignarme a perder su amor, ¡Pero no puedo! Simplemente no lo puedo hacer. Todo me recuerda a ella.
Solo hay una cosa que puedo hacer, y esa es terminar definitivamente con Ellie. Aunque la quiero, no puedo quedarme con ella, sabiendo que ni corazón le pertenece a otra persona.
Así que decidí ir a casa, ya que me encontraba en el parque, distrayendo mi cerebro para poder pensar mejor. Y al parecer funcionó.
Al llegar, abrí la puerta principal y subí a la segunda planta. Pero al entrar al corredor, justo en la puerta de mi "novia" había una nota que decía:
"Zel, salí con Diane, llegaré más tardar a las 8. Preparas la cena. Te quiero, Ellie.
Gire lentamente y vi la habitación de mi hermano abierta. Así que no dude en ingresar allí. Y lo que ví me hizo estallar de cólera.
—¡Que hacen besandose!
[Gelda]
Me encontraba muy deprimida, lo de anoche fue devastador. Venía caminando en dirección desconocida, solo dejaba que mis pies me guíen, no queria pensar, no en él.
Pero sentí como me tomaban de los hombros y me asusté demasiado, tanto así que le propine un golpe en la nariz al susodicho, quien rápidamente cayó al suelo gritando de dolor...
—¡Argh, rayos!
Al escuchar ese grito, inmediatamente reconocí la voz de esa persona.
—¡Meliodas! ¿Que demonios haces aquí?
—Estaba camino a la casa de Zeldris, pero como no te vi a la salida decidí buscarte —forme una "o" con mi boca mientras lo ayudaba a levantarse y espere a que prosiguiera—Te ví por estas calles así que vine a saludarte, te tome de los hombros y lo demás ya lo sabes.
Ahora estaba apenada, y mire a mi mejor amigo tapando su nariz, así como gotas de sangre cayendo de su barbilla, ¿Tan fuerte le dí?
—Dejame ver tu nariz.
—¿Que? ¡No!
—Meliodas, déjame ver tu nariz.
—¿Para que? De seguro solo es un rasguño.
—¡Que me dejes ver tu nariz! —tan pronto como quite su mano pude ver cómo su nariz sangraba a montones, a simple vista no se la había fracturado, pero era más que obvio que le haya roto una vena—Vamos a tu casa, te ayudaré con esto.
—Gelda, enserio no es necesario —puse mi dedo índice en sus labios, callándolo de inmediato.
—Yo se lo que hago, ahora vamos.
30 minutos después:
—Gel, por décima vez, no era necesario —nos encontrábamos en su habitación, exactamente en su cama, mientras que yo limpiaba los restos de sangre en su nariz. Me sentía culpable, y como no, si yo fui quien lo golpeó.
—Y yo ya te dije que si es necesario. Por mi culpa estás así —mi voz se cortó un poco, y lágrimas comenzaban a formarse en mis ojos—¡Soy tan despistada!
Sin poder controlarlo llore, y Meliodas solo atino a abrazarme. Estuve un buen rato desahogandome; hasta que nos separamos del abrazo.
—Gelda, no es tu culpa. En todo caso yo sería el culpable por no avisarte y solo asustarte... —estabamos cerca, demasiado cerca. Mis mejillas comenzaron a calentarse de la nada, mientras él movía un mechón de mi cabello hacia un lado lado de mi cara—Gelda...
—¿Si?
—Perdoname
—¿Po... —y entonces paso, ¡Me besó! Y oh diosas, que bien besa. Yo estaba en shock, pero mis labios empezaron a moverse en sincronía con los suyos. ¡Me estaba besando con Meliodas! ¡Con mi mejor amigo!
Nuestro beso hubiera durado más de no ser por qué en ese instante se escuchó un grito de alguien que yo conocía muy bien...
—¡Que hacen besandose!
—¡Zeldris! —note como Mel se tensaba, mientras se levantaba rápido de la cama—Esto tiene una explicación.
—¡¿Sí?! ¡Pues la quiero oír!
¿Que? ¿Y este que tiene?, primero se burla de mí, y luego viene a reclamarme como si fuéramos algo.
—¡Anda, dime pues!
Meliodas iba a hablar pero yo me levanté y tome su mano para dejarle bien claras las cosas a Zeldris—Lo que yo haga o deje de hacer no es asunto tuyo. No vengas a reclamar como si estuviéramos haciendo algo malo.
—¿Ah, no?
—No, que yo sepa estamos solos, sueltos y solteros. Y podemos hacer con nuestra vida lo que se nos da la gana.
—Siempre que no afecten a nadie.
—¿Y a quien estamos afectando? —pude ver claramente como apretaba los puños. Está celoso. Pero no volveré a caer, nunca más dejaré que me lastime, lo perdone una vez, lo deje entrar de nuevo en mi vida, ¿Que hizo? Prefirió dejarme. Así que, mejor que se valla como lo hizo las otras dos veces.
—No tenemos que seguir soportando tus tonterías. Vete por favor.
—No, no me iré —¡que terco, por Dios!
—¿No te irás?
—¡No!
—Bueno, disfruta el espectáculo...
—¿A qué te refieres?
—A esto —me gire hacia mi rubio mejor amigo y tomándolo de los cachetes lo bese. Al principio no se movía, y cuando estaba a punto de separarme comenzó a mover sus labios.
Olvide por completo a Zeldris y me enfoque en el beso. Rodeé mis brazos en su cuello, y el tomo mi cintura. ¡¿Que locura estoy haciendo?! Pero Zeldris se lo merece, por todo lo que me ha hecho.
Nos separamos con un leve sonido de chupón, me gire hacia el pelinegro y le dije:
—¿Te quieres quedar ahora?
El solo se volteo y se fue. Me sentía feliz, claro que mi felicidad se vio interrumpida por un pequeño detalle.
—Gelda, necesitamos hablar de esto.
♡ ♡ ♡
¡Hola Ellielovers! Aquí con un nuevo capítulo, de su, al parecer, historia favorita. ¡Por Dios! ¡Hubo beso Geliodas! Zeldris se lo merece, si o no. Espero que les guste y ya veremos qué pasa entre nuestros personajes. Los adoro.
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EL HERMANO DE MI NOVIO
Fantasy"nunca pedí enamorarme de ti, pero desde que te vi sentí una conexión especial y no pude evitar caer rendida a tus pies"