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Y si, me encontraba destrozado, roto, llorando en una esquina de mi habitación, pensando en ella, en la chica que robó y rompió mi corazón...
–Por qué me tuve que enamorar de ti.... Elizabeth...
Al recordar sus palabras, más lloraba, ¿Por qué tenía que ser así? ¿Por qué me enamore de ella?... Esas preguntas rondaban en mi cabeza mientras más sollozos míos resonaban en mi habitación...
Escuché la puerta abrirse, supusi que erá Zeldris, por lo que baje el volumen de mis sollozos intentando hacer el menor ruido posible, cosa que funcionó...
Al escuchar la puerta del cuarto de Zel abrirse y cerrarse, destape mi boca, volviendo a sollozar... Ya eran las tres de la mañana, pero las lágrimas no paraba de salir de mi rostro...
Agarre mi celular, ya que escuche que estaba vibrando, era una llamada de mi mejor amiga, por lo que conteste...
–A... aló- intenté sonar normal, aunque no funcionó...
–Mel! Que te paso, por que suenas así!- hablo desde la otra línea Gelda, y se notaba por su voz que estaba muy preocupada...
–N...nada n..no te preocupes snif snif por mi...
–Cómo que no! Estás llorando! En 20 minutos estoy en tu casa...
–snif snif pero y...ya es ta..tarde snif..
–Pero nada! Soy tu amiga y siempre estaré para ti, te veo en 20- y colgó.
Por un lado quiero que venga, pero por otro me preocupa que le pase algo si sale a estas horas...
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Después de lo que pasó con Zeldris, el se fue y yo me fui a cambiar con mi pijama para dormir...
Ya era las tres de la mañana y yo seguía inquieta por el beso, así que decidí llamar a Meliodas para que me diera un consejo...
–A... aló- contesto el pero su voz sonaba quebrada como si hubiese llorado
