𝐁𝐚𝐛𝐲

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A veces después de una jornada estresante de trabajo a nuestros protagonistas les gustaba descansar en un momento de paz.

Aunque muchas veces esa paz es completamente opacada por terceros.

Sabemos desde ya que ellos viven en un departamento, bastante cerca de la ciudad, pero siendo una zona lo completamente neutra como para que los ruidos de autos y de más no llegasen a molestar. Pero en este caso los vecinos del departamento de al lado eran quienes se encontraban redactando una maravillosa acústica de insultos y palabrerías. Si, básicamente los vecinos estaban discutiendo.

Para Nanon y Chimon esto era casi cotidiano, pero debían admitir que en las últimas semanas estos acontecimientos habían sido más ocurrentes.

- ¿No crees que esta vez sí se están matando? - Mencionó el alto pelinegro comenzando a cambiarse de ropa para estar más cómodo en casa. Se le hacía gracioso en cierto modo, aunque sí le preocupaba un poco al nivel en el cual la pareja podía llegar a gritar, las paredes no eran precisamente de cartón y el edificio estaba bien construido por lo tanto era raro escuchar ruidos de parte de los demás departamentos.

- No lo creo, seguramente va a ser la misma rutina de siempre - Respondió el más bajo mientras terminaba de servir dos tazas de café para después llevarlas a la mesa ratona enfrente del sillón - Van a discutir hasta que se les partan las cuerdas vocales para después resolver todo con un polvo - Se encogió de hombros dejándose caer en el suave material del mueble. Cómodo.

- ¿Un polvo?... ¿Ellos acaso...? - El alto pelinegro algo consternado se sentó a la par de su novio finalmente tomando su taza, el tosco y dulzón sabor del café terminó por ingresar a sus fosas, sintiéndose completamente entumecido.

- Supongo que nunca los has escuchado, pero digamos que no son muy silenciosos a la hora de reconciliarse - Una pequeña risa salió de sus labios mientras tomaba el primer sorbo de café.

Prefirieron seguir hablando de cualquier cosa mientras disfrutaban de su café, pero todo momento de tranquilidad no dura para siempre, menos cuando alrededor de unos veinte minutos se comenzaron a escuchar sonidos de muebles y cosas caer. En ese momento decidieron quedarse en silencio sepulcral ¿Y si era verdad lo que había mencionado Nanon y tal vez la pareja estuviese descargando su ira de forma no amigable?

¿Y en realidad a quien le importaba que estuviesen haciendo los vecinos a las 9:15 de la noche? Pues fácil, a las viejas vecinas chismosas de Nanon y Chimon.

- ¿Deberíamos llamar a alguien? – Nanon no sabía si estaba bien o mal, pero quizá la vida de alguien si estuviese en peligro en esos momentos.

El pequeño de cabellos ceniza negó con la cabeza - Solo espera unos minutos y comenzará el show- Y tal como el de baja estatura mencionó, luego de unos minutos y un silencio ensordecedor, un repetitivo sonido de golpes suaves en la pared hizo que ambos estallaron en carcajadas al entender de inmediato. Al parecer ahora viene la reconciliación.

Gracias a la bizarra situación y después de una buena sesión de risas se quedaron quietos, con el sonido insistente de la pared cerca de la cocina ser golpeada. Muchas veces a ellos no les importaba ser discretos cuando intimaban, pero muy diferente era escuchar a otras personas hacerlo.

- Ahora definitivamente está comenzando a molestarme - Y sin esperar más Nanon decidió pararse del sillón para buscar su celular y conectarlo a los parlantes Bluetooth que se encontraban junto a la televisión.

Mientras Chimon risueño miraba a su novio mientras terminaba de conectar todo para poner una canción al azar y subirle el volumen casi al máximo, haciendo que los sonidos exteriores se vieron opacados.

Pequeño~NaMonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora