De primeras veces: primeros años de relación.
- Nany ¿Podrías pasarme la sal, por favor? -
- Huh, si bebé - Dijo el alto pelinegro antes de pasarle lo pedido a su novio.
Chimon, completamente helado, no sabía si revolver la comida, tomar la sal, respirar, mirar a Nanon o desmayarse ahí mismo.
Tomó la decisión de respirar, tomar la sal, revolver la comida y mirar a Nanon, aunque esta vez prefirió no desmayarse.
Nanon no se veía afectado por lo que había dicho, tenía la misma cara inocente de siempre con ojos de bambi que lo ignoraban olímpicamente, distraídos en la pantalla de su celular.
El pequeño pelinegro, continuó con lo suyo, quizá solo fue mi imaginación, decidió pensar.
Pasada la tercera y cuarta vez, Chimon se dio cuenta que el apodo dicho por su novio no era ninguna imaginación.
Luego de haber cenado, con un pelinegro con sus pensamientos en el espacio y un el otro pelinegro neutro, o eso quería aparentar, porque sabía que estaba dando un paso más en su relación, un paso que algunas personas deben pensar que es inútil. Pero para ellos no. Fueron a recostarse al sillón del departamento de Nanon para matar el tiempo antes de ir a dormir y pasaron 30 minutos viendo canales al azar. Pero los ojitos de Nanon se comenzaron a cerrar solos de tanto en tanto, eso le dio el aviso de que ya era hora de dormir.
- Bebé, podemos-
-¿Qué?- Impuso firme.
Y el pelinegro se achicó un poco en su lugar antes de responder, se sentía presionado y era justamente porque Chimon se había dado cuenta de su descaro al haberlo llamado por ese apodo, hay que decir que a su pequeño no le agradaban los apodos porque sentía que eran muy bobos y cursis.
-¿Podemos ir a dormir?
-Dilo de nuevo- Demandó el pelinegro, ambos sentados en el sillón del departamento de Nanon.
Pero el más alto solo se quedó quieto pensando lo peor ¿Su novio se habría molestado de verdad por lo que dijo? No quería que fuese así, incluso si fuese por algo insignificante.
-Sabes qué decir Nanon- Su mirada era filosa y eso a Nanon lo ponía nervioso, porque sí, su novio podía ser pequeño, delicado. Pero realmente no lo querías ver nunca enojado.
-B-bebé- Trataba de apartar la vista de los ojos de Chimon, juraba que sí, pero en el momento en el que su pequeño novio se acomodó como canino en el sillón, con ambas palmas y rodillas en el material suave del mueble, más su bonita espalda levemente arqueada, justo en ese momento, las alarmas en su cabeza comenzaron a sonar.
-Dilo de nuevo-
-Bebé-
-De nuevo- Con cada palabra se iba acercando a su novio, sin dejar de
-Bebé-
-De nuevo- Cada vez era más bajo el tono de su voz, un murmullo.
-Bebé- Nanon sentían que el sofá era eterno, estaba tan embobado en Chimon y la sensual manera en la que movía sutilmente las caderas al dar cada gateo, sentía sus orejas calientes y sus ojos secos por no parpadear, no quería perderse ningún detalle.
-Otra vez- A centímetros de su novio, casi arriba de él, ambos brazos apoyados a los lados de las caderas del pelinegro y ojos bonitos fijos en los labios contrarios esperando el momento correcto.
-Beb..- Los belfos de su novio lo callaron en un beso suave, lento. Sentía que su corazón latía más rápido de lo debido y Chimon se dio cuenta de su estado al posar ambas manos en su pecho, sentándose en sus talones para no perder el equilibrio.
Chimon no cerró los ojos en ningún momento, quería ver la bonita cara de su acompañante, sus pequeñas pestañas reposando. Y Nanon se debió haber dado cuenta, porque con toda su voluntad mientras el beso seguía trató de abrir sus ojos y Jesucristo, Chimon era tan malditamente hermoso.
El de cabellos pelinegros se separó, un chasquido siendo el final del acto.
-No me gustan esos nombres, pero viniendo de ti y de tu linda boca, se oyen tan...bien- Suavemente pronunció el más pequeño, se sentía en las nubes el poder poner nervioso a su novio.
Y Nanon realmente pensó que iba a desmayarse, dejó incluso de sentir su corazón.
No sabía qué decir ni hacia dónde mirar, no sabía dónde poner sus manos ni si iba a poder contener esa sonrisa boba que se quería escapar de los labios. Los ojos de Chimon dejaron de ser demandantes, se volvieron dulces y terminó por mirar a su gran novio y sonreír bonito.
-Si, tienes razón, vamos a dormir...conejito- Habló con parsimonia, dando, por último, un pequeño beso esquimal.
Nanon completamente rojo no pudo evitar sonreír avergonzado y mirar inquietamente a su novio como tranquilo se dirigía a su habitación, a su paso apagando las luces que ya no ocupaban. Tan doméstico.
Luego de asearse y cambiarse pudieron finalmente envolverse en las cómodas sábanas, ambos de frente al otro, algún que otro beso y caricias dulces.
-Si quieres quedarte aquí mañana sabes que no hay problema, tienes algo de ropa y también puedes usar la mía, hay comida y sabes que puedes usar lo que quieras-
Chimon lo escuchaba atento mientras se sentía derretir por la delicadeza con la cual Nanon acomodaba sus cabellos con sus dedos - Mañana debo trabajar por la mañana, así que volveré para almorzar contigo--Lo sé, traje mis cosas para trabajar así que no hay ningún problema, solo debo avisarle a papá que me quedaré un día más aquí- Una bonita sonrisa sin dientes se hizo presencia en el rostro de Nanon, que su novio pasará cada vez más tiempo con él lo ponía feliz, se sentía cómodo porque Chimon también lo sentía. Llevaban alrededor de 2 años saliendo, se conocían hace bastantes años, luego de reencontrarse en Bangkok una vez terminados sus estudios comenzaron a salir casualmente como amigos, incluso si ambos sabían que había sentimientos entre medio decidieron tomárselo lento. De salidas casuales comenzaron a haber citas, una tras otra por alrededor de unos 5 meses hasta ser oficialmente pareja.
Ambos habían comenzado a confiar plenamente en el otro y a sentirse cada vez más cómodos, sus amistades, en especial sus familiares hacía poco se enteraban de su relación, por lo tanto, era todo nuevo. Esta era la primera relación seria de ambos, obviamente habían vivido su juventud saliendo con otras personas, pero nada más que eso, salidas.
Su relación era diferente, era completamente sincera.
-Bien, entonces esperaré ansioso a que pase la mañana para poder ver de nuevo a mi bonito novio-
-Te esperaré con la comida lista, cariño- Chimon guiño el ojo juguetón.
-¡No digas esas cosas como nada! Eso suena tan matrimonial- Chillo Nanon tapándose el rostro entre el cuello de Chimon, de paso disfrutando el aroma de su pequeño.
-¿Disculpa? Tu empezaste- Picó los costados del cuerpo de su gran novio para que saliera de su escondite.
-Pero es diferente porque.... porque...- Avergonzado y como si fuese un niño se escondió más en su "cueva" y se restregó contra la longitud del suave cuello del pelinegro.
-¿Ves? No tienes excusa-
-¡Pero!-
-Deja de avergonzarte solo, conejito-
-¡No estoy avergonzado!-
-Bien-
-No lo estoy..-
-Nanon-
-Bueno-
Chimon tiene un novio tan quisquilloso y bonito. Que envidia.
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Pequeño~NaMon
Fanfic♡; 𝐍𝐚𝐌𝐨𝐧. ❝Donde a Nanon le encanta su pequeño novio Chimon o donde a Chimon le encanta su gran novio Nanon❞ -Esta es una adaptación la historia originas se llama "LITTLE" y le pertenece a @coconoxx.