Capítulo 3: Rendirse no es una opción

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En tan solo segundos, lo que era un bonito glaciar helado se convirtió en segundos en un lugar lleno de escombros, sacudido por grandes explosiones y vagones incendiados. Para cualquier persona que viese el accidente del tren de Hyperion, habría pensado que nadie habría sobrevivido. Pero estamos en Pandora, y allí lo que de verdad se piensa es la llamada de botín.

Por ello, un grupo de merodeadores se acercaron al tren y, con un poco de valor, se adentraron en los escombros del destrozado tren.

- Si tenemos suerte, ya no tendremos que ir a saquear en semanas - dijo uno de ellos. 

- Querrás decir, si tengo suerte... - Y en ese momento el líder bandido le pegó un tiro a bocajarro.

Los demás bandidos se le quedaron mirando estupefactos, y en una sacudida de adrenalina, le apuntaron con no muy buenas intenciones.

- ¡¿Y vosotros qué miráis?!, ayer me llamó incompetente, y NADIE me llama incopetente.

A todo esto, los agradables pandorianos no se dieron cuenta que, dentro de un vagón a su lado, se encontraban nuestros héroes, inconscientes y muy malheridos.

- Pero mira qué tenemos aquí... - Una sonrisa terrible recorrió la cara del bandido, descubriendo el paradero de los buscacámaras. 

- POR FIN. Ya empezaba a impacientarme... - Dijo el líder bandido 

- ¿Esperad, no oís algo?

En ese momento, en el desolador ambiente se escuchaba a... ¿alguien cantando?

- Wub, wub, wub, wub... Oh genial, otro buscacámaras menos gracias a Jack el Guapo. - Se pudo oir a lo lejos.

- ¡A por él chicos! - Gritaba el bandido a pleno pulmón.

Ya sea por el destino, o gracias a la suerte, este hecho permitió dar a nuestros héroes un poco de tiempo

Mientras los bandidos se alejaban, en los restos del vagón Axton empezó a despertarse lentamente, pero no tenía buena pinta. Exhaló un grito de dolor, casi sin fuerza, y con un descomunal esfuerzo se intentó levantar, pero las heridas que tenían provocaba que cualquier esfuerzo fuera en vano. Vio a sus amigos desperdigados por el vagón, con un montón de sangre esparcida por el suelo.

- Joder... Como no nos rescaten estamos muertos.

Con la vista profundamente borrosa, pudo ver a lo lejos a los bandidos que venían a lo lejos, y rápidamente comprendió la situación.

- Je, ahora sí que estamos muertos. - Suspiró casi sin alma el comando.

Y en ese momento, el antiguo soldado de Dahl, junto al grupo de buscacámaras, se desmayó, asumiendo su muerte definitiva.

*****

- Bueno, con esto ya está.

Gaige, la mecanomante, empezó a dar signos de vida, respirando abiertamente. En un momento, se fue despertando, sin saber qué estaba pasando. Cuando empezó a recordar lo último que había vivido, se intentó incorporar, sin resultado.

- Un momento, ¡estas viva! ¡¡¡SIIIIIIIIIIIII!!! ¡Al fin podré salir de este maldito glaciar! - Escuchó de una irritante voz

Gaige, todavía malherida, no pudo hablar.

- Me llamo CL4P-TP, pero me puedes llamar Claptrap como mis hacen mis amigos, o al menos si los tuviese... Pero tú... Serás mi esbirro, y juntos dejaremos este glaciar - Y el Claptrap se empezó a reir de manera muy demente.

Borderlands: La lucha por PandoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora