CAPÍTULO 8

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―¿Crees que realmente lo dijo en serio?

―¿Quién? ¿Qué?― preguntó Boun, mirando a Prem mientras regresaban a su casa.

―Tu Alfa ―respondió Prem―. ¿En verdad habló en serio cuando me aceptó dentro de tú manada?

―Sí. ―Boun contestó sin dudar.

―¿Por qué?― preguntó en voz alta Prem. Que el Alfa lo aceptara parecía ser demasiado fácil.

Boun se rió entre dientes. ―Porque eres mi compañero.

―¿Y eso es todo lo que se necesita?

―Nos tomamos muy en serio el acoplamiento, Gordito―dijo Boun―. Ya deberías haberlo notado, mi reacción debió haberte dado una idea.

Prem bufó. ―Tú reacción me demostró lo idiota que fui al mentirte. Créeme, nunca sucederá otra vez. No me importa cuál sea la situación. Siempre te diré la verdad. Eso te lo puedo prometer.

―Y yo prometo no volver a dejarte bajo ninguna circunstancia.

Prem se detuvo cuando Boun le tiró del brazo, girándolo hacia él. Brevemente se preocupó de que Boun aún pensara que le mentía, hasta que Boun ahuecó sus manos alrededor de la cara de Prem.

―Lo siento, Gordito ―dijo en voz baja Boun―. Estaba enfadado, pero no tenía derecho a poner en peligro tu vida de la forma en que lo hice. Nunca sucederá otra vez, sin importar lo enfadado que pueda estar. Yo siempre estaré ahí para ti.

El aliento de Prem quedó atrapado en su garganta.

―¿Crees que volverás a enfadarte tanto conmigo?

―No tengo ninguna duda de eso. ―Sonrió Boun―. Los dos somos personas muy obstinadas, Prem. A ambos nos gusta hacer las cosas a nuestro modo. No tengo ninguna duda de que vamos a discutir y pelear. Pero en tanto recordemos que somos un equipo, podemos hacer que funcione.

La sonrisa sensual que apareció en el rostro de Boun envío un golpe de lujuria directo al pene de Prem, endureciéndolo como el acero en cuestión de segundos.

―Además, el sexo de reconciliación es parte de la diversión.

Los dedos de Prem apretaron la tela de la camisa de Boun mientras él acercaba a Prem. Sabía sin lugar a dudas que Boun Noppanut lo tenía comiendo en la palma de su mano más rápido que nadie que hubiera conocido.

Boun no tenía que decir nada, ni siquiera tenía que tocarlo. Sólo el estar en presencia de Boun le hacía sentir que podía lograr cualquier cosa. Sin embargo, cuando Boun lo tocaba, sentía como si pudiera volar.

―¿No mencionaste algo sobre castigarme?― Prem siseó mientras Boun barría con su lengua un lado de su cuello.

Boun se rió entre dientes. ―Te dije que rogarías.

―No estoy rogando ―dijo Prem―. Te lo estoy recordando.

Las rodillas de Prem temblaron cuando los dientes de Boun mordieron un lado de su garanta.

―¿Has oído hablar del acoplamiento de luna llena, mi Príncipe?

―N-no.

―Cada luna llena, un hombre lobo tiene la necesidad de reclamar a su compañero ―Susurró Boun―. Tendré hambre de ti, arderé. Morderé barras de acero para llegar a ti. Te cazaré y cuando te encuentre, y créeme que te encontraré, te follaré tan fuerte que no vas a ser capaz de caminar.

―Oh joder. ―Prem pudo sentir como sus rodillas se debilitaban.

No sabía por cuánto tiempo podrían sostenerle. Las palabras de Boun lo excitaban demasiado y enviaban ardiente lujuria a través de su cuerpo.

ᴩʀɪɴᴄíᴩᴇ ᴅᴇ ꜱᴀɴɢʀᴇ//𝓑𝓸𝓾𝓷𝓟𝓻𝓮𝓶 ♡ 4 ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora