CAPÍTULO 10

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Boun miró detenidamente a su compañero mientras entraban a su nueva habitación. Prem había estado tranquilo desde que dejaron el gran salón. Boun no sabía si era por algo que él había dicho o algo que no dijo.

¿Tal vez fue su reacción? Boun no tenía ni idea qué requería de él la etiqueta de los vampiros. Siguió sus instintos y tocó a Prem cuando sintió la necesidad de hacerlo, pero tal vez había ido en contra del código del aquelarre.

―¿Gordito?

―¿Sí, mi amor?― Prem preguntó sin darse vuelta.

―¿Hay alguna manera en la que se supone deba actuar?― preguntó―. ¿Alguna regla de conducta que deba seguir?

Eso llamó la atención de Prem. Se giró, con una mirada sorprendida en su rostro.

―Bueno, hay recepciones en el aquelarre a las que tendremos que asistir, por supuesto. Y como mi consorte, se espera que estés a mi lado. Aparte de eso espero que actúes de la forma en que siempre lo has hecho.

―¿Entonces se me permite tocarte cuando quiera hacerlo?

La sonrisa en el rostro de Prem era tan sensual como la oscilación de sus caderas mientras caminaba por la habitación para estar en frente de Boun.

 ―Yo insistiría en ello ―dijo Prem.

Boun se derritió ahí mismo. Su pene se llenó, su cuerpo le dolió, y toda la sangre que alimentaba su cerebro se fue hacia su ingle. La sonrisa sexy en el rostro de su compañero encendió su deseo, iluminando la llama que Boun no tenía ninguna intención de apagar.

―Prem ―susurró Boun.

Prem no dijo ni una palabra. Sólo moldeó su cuerpo contra el de Boun, pecho contra pecho, muslo contra muslo, y pene contra pene. Boun gimió. Y así sin más, estaba listo para rasgar las ropas de Prem y follarlo contra la pared.

―Aún no te he tomado, mi amor ―susurró Prem, con su voz llena de promesa―. No he sentido tu apretado cuerpo a mí alrededor mientras me empujo dentro de ti, mientras mi cuerpo llena el tuyo una y otra vez.

Sip, Prem podría matarlo antes de que alguno en el aquelarre pudiese hacerlo. Sólo así, unas pocas palabras sexys habladas en un susurro, y Boun se convertía en el esclavo de Prem. Haría lo que fuera por su compañero.

―Sí ―murmuró Boun―. Por favor, mi Príncipe.

Boun le sacó la ropa a Prem mientras se inclinaba para devorar sus deliciosos labios. Besar al hombre prácticamente era una experiencia religiosa. Prem no sólo besaba. Él acariciaba con su lengua, mordía con sus labios, haciendo que las rodillas de Boun temblaran cada vez.

En el momento en que sus manos encontraron la carne desnuda, Boun comenzó a explorar. Había cubierto en las últimas semanas el cuerpo desnudo de Prem más veces de las que pudiese contar, pero cada vez se sentía como la primera vez. Parecía que siempre había un nuevo lugar que descubrir, un nuevo gemido que escuchar, una nueva manera de amar a su compañero.

Boun meció a Prem entre sus brazos y lo llevó hacia el dormitorio. Su compañero no era mucho más pequeño que él, pero le hacía sentir bien saber que era lo suficientemente fuerte para cargar con Prem, lo suficientemente fuerte para obtener una suave sonrisa por la sorpresa.

Cuidadosamente recostó a Prem en la cama, luego dio un paso atrás para sacarse su propia ropa. Boun podía sentir los ojos de Prem devorándolo. El aroma de la excitación de su compañero llenó el aire, haciendo que Boun acelerara el paso.

Dejando caer lo último de su ropa en el suelo, Boun se movió a un extremo de la cama y comenzó a arrastrarse por el colchón hacia Prem. Al alcanzar su cuerpo, Boun comenzó a besar y lamerlo, mordisqueando, lo que fuera de carne desnuda que pudiese alcanzar.

ᴩʀɪɴᴄíᴩᴇ ᴅᴇ ꜱᴀɴɢʀᴇ//𝓑𝓸𝓾𝓷𝓟𝓻𝓮𝓶 ♡ 4 ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora