Confesión.

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Quiero que sepas que últimamente he estado leyendo en todos lados que no está bien reprimir emociones, y no sé si tomarlo como una señal del universo, pero luego de pensarlo y meditarlo mucho, y cuando digo "mucho" me refiero a meses, me he dado cuenta que no está bien para mí, no es sano, y no me deja tranquilo por más que trate de ignorarlo.

Intentaré explicarlo en palabras así que el asunto es el siguiente: desde que te ví en la universidad el año pasado me pareciste muy bonito, pero yo pensé que sería tipo otro chico guapo más que veo en ese lugar, así que no le tomé importancia hasta que, días después, haciendo mi labor de stalker, y tras varias personas encontré tu perfil de facebook y pude darle un nombre a ese rostro desconocido hasta ese entonces.

Y pasaron semanas hasta que te mandé la solicitud de amistad, cuando la aceptaste fue tipo OMG. Pero mi negatividad nunca me hizo pensar más allá de que serías mi crush, y pues un crush es un crush y nada más. Mi sorpresa fue que interactuamos en comentarios hasta que no recuerdo cómo nos agregamos a WhatsApp y podía jurar que mis niveles de felicidad + impacto estaban súper altos, y subieron más cuando, ese día pasamos toda la noche hablando. Pero, de nuevo, mi pesimismo hacia que me diera cachetadas mentales así como: "no te ilusiones por eso".

Y así mismo yo me ponía frenos porque no quería terminar ilusionado, supongo. Hasta que, pasó el tiempo y nos hicimos amigos y yo me auto introduje a la friendzone porque ahora no solo era el miedo de que no sintieras lo mismo, sino que se sumaba el hecho de perder la amistad que había surgido. Cuando nos conocimos por primera vez todos mis esfuerzos valieron nada, en definitiva no podía ignorar lo que sentía.

El día de tu cumpleaños fue la cúspide de mis sentimientos, confusiones y miedos porque por más que no quería mencionar lo que pasó tengo que hacerlo porque luego de eso pasé días en conflictos mentales pensando en que había cometido un error súper grande y, aunque en la actualidad debo agradecer por eso para darme cuenta que verdaderamente me gustabas, también ví tu reacción y me dije: "olvídalo y continua".

Así que decidí alejarme por mi mismo, y sirvió por un momento, pero también me di cuenta de que extrañaba hablar contigo y cuando volvimos a hablar más seguido me sentía feliz de nuevo hasta que cometí la tontería más grande de salir con XXXXXXX pensando que podía olvidarte pero no sirvió de nada y terminé arrepintiendome de eso.

Hasta que simplemente no sales de mi cabeza, y cuando te veo estoy por dentro en una lucha contra mis impulsos, el día que fui a tu casa llegué a la mía con una sonrisa enorme, pues el tiempo que paso contigo es maravilloso, también cuando tuvimos esa reunión de amigos, no paraba de verte y trataba de ocultarlo, -espero que haya resultado-, hasta he soñado contigo y cuando veo alguna notificación que tenga tu nombre, así sea para cualquier cosa, me emociono. Cada vez que accedo a internet lo hago con la esperanza de ver algún mensaje tuyo. De alguna manera te convertiste en esa persona que dejo de última para responderle porque o no sé que decirte, no quiero que la conversación muera, o simplemente para centrar mi atención en ti. Por eso siempre te ando compartiendo algo por Instagram, pero no mucho porque no quiero ni molestarte ni verme súper intenso... Y muchas cosas más que no describiré porque suficiente cursilería hasta ahora.

Cabe destacar que, a veces en mis locuras mentales, prefiero ignorarte buscando una manera de ocultar todo lo que siento y sino sirvió, y si lo sospechabas o si llegaste a pensarlo pues no importa. También debo mencionar los celos -que tóxico suena y lo menos que quiero es sonar de esa manera- que me daban cuando me contabas de tus cosas con XXXXXX o cualquier otro, pero no los mostraba y llegaba a interesarme porque quería ser tu amigo y quería que te sintieras escuchado y que cualquier cosa tuya, asi sea eso, me importa.

Ahora que lo dije tengo que también admitir el miedo que siento de ser rechazado, porque es obvio. Y también de perder la amistad porque conociéndome; por pena y timidez lo más seguro es que, pase lo que pase, yo mismo me alejaré y me sentiré súper sad. Y si tú te alejas pues ni modo no puedo hacer nada.

EL ARTE DE DEJAR IRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora