Expectativas/Respuestas.

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Había esperado meses para aceptar que me gustaba, casi el mismo tiempo transcurrió para decírselo. Nunca sabremos cómo responderá una persona, pero la esperanza nos hace pensar lo mejor. Y es ahí cuando nos damos cuenta que no es así y salimos lastimados, porque sí; más duele que las cosas no resultarán como esperábamos que el propio hecho en sí. 

Me agradeció por habérselo contado y me dijo que amaba nuestra amistad, también mencionó que, como yo, había pasado por luchas internas y luego de pensar mucho se dió cuenta de que se tenía que concentrar en él. Por último me aclaró que éramos buenos amigos y que nuestra amistad no se arruinaría... Decidí no responderle, y más allá de querer decirle muchas cosas, preferí no hacerlo porque, ¿qué le respondería? A estas alturas se me ocurren varias cosas, pero en ese momento me dejé llevar por la tristeza, supongo.

No puedo evitar sentir tristeza al recordar que solo fui su amigo, y que nuestro único acercamiento quizás no le importó en absoluto. También no puedo evitar sentir nostalgia al recordar los buenos momentos que, a ciencia cierta, no estoy seguro si se repetirán. Pero sobre todo, no puedo evitar sentirme estúpido por hacerme ilusiones, por pensar que podíamos vivir una historia diferente, a pesar de que habían señales claras que me indicaban lo contrario.

Mi refugio es la música y admito que en ocasiones es un arma de doble filo porque le da rienda suelta a mi imaginación y el resultado es una larga noche de lágrimas. Troye Sivan es uno de mis cantantes favoritos, y en esta ocasión, cuando escuchaba algunas de sus canciones lo imaginé siendo feliz, riendo y jugando, horneando, cocinando e incluso nadando, pero con una gran sonrisa la cual apreciaba desde la primera fila. Lo imaginé en mis piernas revisando su teléfono mientras le peinaba su suave cabello y miraba sus labios con ganas de juntarlos con los míos. Nos imaginé cantando nuestras canciones favoritas de Taylor Swift en un concierto íntimo dónde solo estábamos él, ella y yo.

Al final todo se resume en ilusiones falsas que me seguirán haciendo daño si no acepto la realidad: Tomamos caminos diferentes; yo fui a la derecha y él a la izquierda, pero así es la vida a veces, ¿no?.

EL ARTE DE DEJAR IRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora