🦋𝟏𝟓🦋

244 20 5
                                    

Taehyung siempre había tenido una idea fija en mente: quizás si algún día Jin y él se volvieran a ver después de tantos años, se daría cuenta de que sus sentimientos finalmente habrían desaparecido, esfumándose como las hojas secas cayendo de los árboles en otoño. Pero nada de eso ocurrió. Aquel día, después de tanto tiempo, al verlo de nuevo con su cabello ahora rosado, sus oscuros ojos brillantes y su perfecta sonrisa, los sentimientos de Tae se hicieron más fuertes que nunca. Sin embargo, se obligó a poner un escudo en su corazón e intentó dejarlos atrás.

Ahora, frente a la puerta de la casa de Jin, Taehyung sentía nervios. No quería ser rechazado, pero tampoco podía dejarlo solo sabiendo que estaba triste. Así que, sin pensar mucho, tocó el timbre y esperó. El sonido del timbre resonó en sus oídos y un leve escalofrío recorrió su columna. Cuando oyó los pasos de Jin acercándose, supo que la puerta se abriría. Jin apareció frente a él, más pálido de lo normal, pero sin perder ese aspecto hipnotizante ante los ojos de Taehyung.

—¡Jin-Hyung! ¡Estás aquí! —exclamó Taehyung con una mezcla de alivio y alegría.

—Tae... sí, estoy haciendo un dibujo para el proyecto de fin de año. Esto de graduarse es tan emocionante... —dijo Jin, como si no lo hubiera hecho decenas de veces. Su voz sonaba cansada, pero mantenía una sonrisa amable—. Pasa, pasa. ¿Quieres algo de café?

—Hummm, prefiero un té.

—Cierto, el café no te gusta... ¿Y tú cómo andas?

—Pues yo bien... la próxima semana empezaremos con los ensayos nuevamente. Ya sabes, tenemos que preparar todo desde cero. El director Min es algo exigente, pero estoy seguro de que es porque ve potencial en nosotros —respondió Taehyung, tratando de sonar casual mientras observaba cada detalle del rostro de Jin, buscando señales de su estado emocional.

—Eso tenlo por seguro. Lo noté cuando los vi en el teatro a ti y a Jimin bailando. Por un momento no te reconocí; tus movimientos eran tan ligeros que no me di cuenta de que eras tú. Pero... —No podía decir que había sentido su aroma en el teatro, pero no lo había reconocido—. Es increíble lo que haces, nunca lo pongas en duda.

—Lo sé... Jiminnie se fue a Busan y yo estoy muy aburrido, no tengo con quién hablar, y Hoseok, otro amigo, no sé por qué no responde mis llamadas —Taehyung suspiró, intentando ocultar su preocupación.

—Y aquí estás, ¿verdad?

—Pues sí, aparte quería saber cómo estabas —respondió Taehyung, recibiendo la taza de té que Jin le ofrecía. El calor de la taza era reconfortante en sus manos frías.

Jin suspiró, dejando escapar un largo y pesado aliento que parecía llevarse consigo una parte de su angustia. Ya habían pasado un par de semanas desde que estaba viviendo solo en ese departamento silencioso. Al principio, había temido que la soledad lo aplastara con su peso abrumador, que el silencio de las habitaciones vacías amplificara el eco de su tristeza. Sin embargo, la paz que sentía en su soledad no era triste como lo esperaba. Había algo reconfortante en no tener que mantener las apariencias, en poder dejar caer la máscara de fortaleza y simplemente ser él mismo, con sus pensamientos y emociones sin filtro.

Quizás, ese amor hacia Namjoon lo había cegado tanto que no podía ver la monotonía de sus sentimientos. Durante años, había idealizado esa relación, aferrándose a la esperanza de que algún día Namjoon se daría cuenta de sus sentimientos y correspondería. Pero en su ceguera, no había notado cómo su vida se había vuelto un ciclo repetitivo de esperanzas frustradas y sueños no realizados. Ahora, en la tranquilidad de su soledad, podía ver con claridad los patrones de su comportamiento, la monotonía que había aceptado como normalidad.

𝐁𝐮𝐭𝐭𝐞𝐫𝐟𝐥𝐲 || ➵ 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐦𝐢𝐧 [𝐑𝐞𝐞𝐬𝐜𝐫𝐢𝐛𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora