—No sabía que tenías un lado romántico.
—No he tenido la oportunidad de exhibirlo en mucho tiempo.–
Demasiado... Demasiado tiempo.
La sonrisa de Mikaela tembló. De repente, se sintió feliz de no haber ido nunca al baile de graduación. Ella no habría visto este lado de Optimus. Ella no habría descubierto eso, debajo de todo el metal, el manto de liderazgo y su cara valiente- sintió . No era solo una máquina inteligente, estaba realmente tan vivo como cualquier cosa de carne y hueso.
Ella apoyó la mejilla en su pecho y cerró los ojos, dejando que la música se filtrara en su conciencia. Me niego a sentirme culpable por esto... No puede después de una noche como esta...
Sería fácil amarlo después de esta noche, tan fácil... pero, ¿Qué pasa con él? Su vida fue un relámpago en comparación con la de él. Envolver el amor a su alrededor significaba causar más angustia cuando terminaba su vida natural. Ella no podía cargarlo de esa manera. No cuando ya había perdido prácticamente todo lo que amaba.
Pero sus sentimientos hacia él eran diferentes ahora. Ella simplemente no podía poner su dedo en...
—Mikaela.– la voz de Optimus irrumpió en sus pensamientos.
—¿Hm?
—La temperatura del aire está alcanzando un nivel perjudicial para tu estado de vestir.– hasta entonces, ni siquiera se dio cuenta de sus propios escalofríos. —Debería llevarte a tu casa.
—Supongo que si, debemos.– suspiró Mikaela. Se puso de puntillas y tocó con los labios los cálidos platos de su boca. —Gracias por esta noche, Optimus.–
El brillo levemente triste regresó a su óptica azul, una señal de que él también deseaba que esta noche no tuviera que terminar.
—Yo también te debo mi agradecimiento. Yo... lo necesitaba.–
Ella sonrió.
—Cuando quieras. Aún puedes buscarme si necesitas hablar.–
Él se hizo eco de su expresión, una extraña sonrisa robótica que parecía tan extrañamente perfecta contra sus rasgos irregulares.
—Me gustaría eso.–
Luego la ayudó a subir a la cabina de su cuerpo real. Su holograma desapareció cuando la puerta se cerró. No más música, solo el retumbar de su motor. Encendió el calentador al máximo. La cálida cabina y las suaves vibraciones rápidamente pusieron a Mikaela a dormir. Soñó agradablemente por primera vez en meses.
Lo siguiente que supo fue que se despertó con el silbido de sus frenos de aire. Estaban fuera de su casa.
Mikaela miró con tristeza su casa. Esta noche fue tan perfecta... ¿Por qué tenía que terminar?
Siendo el caballero que era, Optimus utilizó su holograma una vez más y la acompañó hasta la puerta.
—¿Oye, Optimus?– Mikaela dejó caer su bolso y zapatos en el escalón del frente.
Lagunas azules brillantes se fijaron en ella como si tuviera el universo en su mano.
Por alguna razón, sintió que se sonrojaba.
—Megatron fue un tipo con suerte.–
El rostro de Optimus se fundió en una sonrisa suave y metálica.
Mikaela lo besó por segunda y última vez esa noche en la puerta. Su yo real se apartó lentamente. Se movió fuera de su alcance. Mikaela se abrazó a sí misma mientras el recuerdo de su suave toque colgaba en el aire repentinamente vacío.
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Un baile para recordar
FanfictionSu baile de graduación se arruinó. Mikaela no puede culpar a Sam realmente. Eso le dio una de sus mejores noches, una en la cual pudo conocer una mejor faceta de aquel líder Autobot.