Cuando llegamos a casa de Alvaro me quito los tacones para estar mas cómoda, ademas de que ya me dolian los pies de bailar.
-¿Quieres una camiseta mia para estar mas cómoda?
Miro a Álvaro y no se si aceptar, a ver el vestido es un poco incomodo pero si me voy a quedar aqui a dormir deberia aceptarla no voy a dormir con el vestido.
-Si porfavor.
Me da una camiseta de baloncesto suya y me voy al baño a cambiarme, a ver el me ha visto desnuda...pero no se no es plan de que me vea como me quito el vestido, aunque se que desea volver a verme desnuda en su cama y en sus brazos, la cago y lo sabe, sus ojos me lo dicen, pero...¿Que la puede hacer ahora? Nada, solo esperar a que la herida que me dejo se recomponga y vuelva a ser su amiga, aunque eso no me importa serlo desde ya...nunca me ha gustado llevarme mal con la gente, por mucho daño que me haya echo siempre pienso que merecemos todas las oportunidades que haga falta, hay veces que no somos capaces de darnos cuenta de que lo hemos hecho mal y pedimos una oportunidad aunque no la vayamos a aprovechar bien, asique sera necesario otra mas.
-Muchas gracias
-¿Por que?- Alvaro se ha colocado su pantalon corto de baloncesto que le cuelga de su cadera dejando ver la cinturilla de sus calzoncillos mostrando la marca de este, no se a puesto ninguna camiseta y deja al descubierto un pecho perfectamente definido, tambien tiene en el pectoral izquierdo una rosa con los petalos cayendose, desde el primer dia en el que se la vi me quede hipnotizada era preciosa y a la vez tan triste, nunca le pregunte por que se lo hizo tampoco me lo conto.
-Por haberme traido y haberme dejado que me quede aqui...- Alvaro me tiende una copa con vozka que acepto gustosamente, no me vendra nada mal relajarme y sacarme todas las imagenes que tengo en mi cabeza de Dani, veo como Alvaro se empieza a hacer un porro y le observo, nunca he tenido la curiosidad de fumar de eso siempre me han dicho que esta mal y que es adictivo, claro que tampoco nunca he fumado tabaco, no soy una niña buena pero tampoco me hago la malota por ahí metiéndome de todo para el cuerpo y creyéndome una diosa por meterme en la cama de cualquier tio que se le ponga dura.
-No me tienes que dar las gracias de nada Raquel te he sacado de ahi por que lo necesitabas y a mi sabes que no me molesta tu presencia, es mas tengo que pedirte perdón por como acabamos las cosas no creo que fuera lo suficiente hombre y lo hice todo muy mal, ademas te echo muchísimo de menos y creo que tu tampoco lo has estado pasando muy bien que se diga.
-¿Me das?- le pregunto
-¿De que? ¿Del porro?- Yo asiento- Estas loca.
-Tu si puedes y yo no ¿ o como va la cosa?
-No vas a fumar de esto si ni si quieras has fumado una calada de un cigarro, estas loca si piensas que vas a poder aguantar.
-Me das o me voy tu decides.
-Desesperas muchísimo que lo sepas, eso siempre me ha encantado...joder Raquel- Me pasa el porro e intento fumar, aunque las primeras caladas son en balde ya que empiezo a toser como una loca, Alvaro se ríe - No es tan fácil como la princesita pensaba eh.
Ahí me a tocado mi orgullo, ¿Me ha llamado princesita?
-No, pero ya sabes que todo lo que quiero lo consigo y no me importa cuanto me cueste- Le pego otra calada y siento como el humo pasa por mi garganta y se me queda en los pulmones, lo suelto igual de lento como lo he hecho y todo me da vueltas, creo que ha sido mala idea pedirle un porro sin ni si quiera haber probado el tabaco, justo en ese momento suena la puerta y me empiezo a atragantar otra vez. Alvaro me mira confuso y yo miro a la puerta.
-¿Esperas a alguien? - le pregunto con algo de sorpresa y de curiosidad -No, se supone que estoy en la oficina trabajando hoy- Alvaro se dirige a la puerta y yo le espero en el salon aun con el porro en la mano, creo que deberia de soltarlo ya...tampco me gusta ni su sabor ni la forma en la que me estoy sintiendo, pero es que es darle una calada y sentirme tan bien...y derrepente empiezo a oir golpes, ruidos de cosas caerse y un puño volar hasta la cara de Alvaro.

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Por y para siempre
Roman pour Adolescents¿Que pasaría si en un momento dado tu vida empieza a cambiar avismalmente? Si a Raquel la hubiesen dicho lo que la iba a venir encima no se lo hubiera creído, y es que cuando el hacer el bien y el guiarte por tu corazón son decisiones opuestas uno...