Deudas saldadas

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Dio un fuerte portazo, entrando en su pequeño hogar con la respiración agitada y lágrimas en los ojos, tan cansado.

La vida aún seguía pasándole facturas, el dinero no era suficiente como para pagar todos los errores de su madre y nada parecía ser lo necesario.

Tenía tres empleos, cada uno más pesado que el otro y nada bastaba.

Ahora entre sus manos se encontraban todas esas pesadas deudas, todo el montón de dinero que ni aún en su siguiente vida podría pagar.

De verdad que necesitaba de un milagro, él y su hermano estaban más que jodidos en la miseria.

El delgado doncel tomó asiento en el viejo sofá, suspirando a medio morir. Estaba llorando, tan patético y pequeño, como si se tratara de un niño perdido.

Cada parte de él se estaba consumiendo en la locura y el estrés, y aún así, tenía media hora para prepararse e ir a su turno de mesero en aquel bar.

Tal vez iba a toparse con tipos molestos y atractivo, pero al fin y al cabo, la paga era muy buena.

Seguía sin ser suficiente, pero la menos intentaría.

-Bien, Jimin, sé que tu puedes..- murmuró intentando darse palabras de aliento, levantándose rápidamente de su lugar para ir por un par de cosas antes de partir a su empleo.

Caminó hasta su habitación, se colocó su uniforme y salió de allí junto a la mochila que tenía una muda de ropa, junto a otras cosas más de poca importancia.

Jimininie ya estando listo se dirigió a la puerta nuevamente, esta vez para salir de casa con apuros.

Giró la perilla de la entrada, dispuesto a irse de no ser por la repentina presencia de su hermano mayor, Seokjin.

-Hyung ¿Te encuentras bien?..- se atrevió a preguntar, mirando de un momento a otro a su mayor preocupado.

Como si estuviese al borde del llanto, al igual que él.

-Jiminie, no lo vas a creer. Hoy fui al banco a ver como iban las cuentas y-y yo...Esto es asombro, si-simplemente eso. No sé como pasó pero...- titubeó temblando en su propio sitio.

Seokjin empezó a llorar sin dar razón aparente, balbuceando palabras a medias y sin sentido.

Jimin trató de consolar al otro chico, dándole un gran abrazo cálido, como esos que tanto amaba recibir de su madre, mucho antes de que ella perdiera la conciencia.

El pelivioleta agachó su cabeza, lamentándose el no poder quedarse para ayudar a su hermano. Pero ya sabiendo de la hora y de lo tarde que se le haría, tuvo que salir de la burbuja de emociones.

-Lo siento, hyung, pero debo marcharme rápido. El jefe odia que lleguemos tarde, nos vemos después ¿Si?

-¡Espera!, Ji...min.

No pudo terminar su frase, el menor de la familia salió corriendo de allí, directo al bar de mala muerte al que iba a trabajar en horarios nocturnos.

Seokjin trató de controlarse, pero no podía.

¿Cómo le iba a explicar a Jimin que ya no había ninguna deuda? ¿Cómo le iba a explicar que un extraño pagó todas las deudas de su difunta madre?

¿Con qué cara le diría aquello si estaba a punto de desmoronarse?

 



































💛💛💛

Espero que les guste, perdón si ven algún error.

¿Qué les pareció?

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Por cierto, subí una obra cortita llamada Obvious, por si quieren leerla, es kookv 😭🤝

¡Los amito! Cuidense mucho.

Sempai❤

Generous...[Yoonmin]°[Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora