𝗣𝗔𝗟𝗘𝗧𝔸𝗦 ── lanki;;♥︎

─ ❛ tercera paleta ❜ (🌴)

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─ Langa estaba preparando su bolso. Joe los había invitado a la casa de Cherry a estar un rato juntos. Aun que sabían que Cherry los iba a poner a estudiar. Pero Langa no tenía molestia en éso, de hecho, ése era su plan. Terminó de guardar todo y tomó el paquete. Ésta vez cambió un poco su táctica; tirando las pelotas sobre su cama y "revolviendo" ahí. Tomó una cualquiera y sonrió de lado al ver su sabor. No era lo más extraño del mundo, pero era rico.

─ Una vez más, se encontraba fuera de su casa, patinando de camino a la casa de Cherry. Seguía riéndose de que Joe tomara el dominio del hogar del pelirosa, como si pagara la renta o algo así. Siguió su camino, Reki le había dicho que llegaría más temprano, así que no se preocupó.

╭⌇♡ : 𝘀𝗸𝗮𝘁𝗲𝗰𝗵𝗮𝘁¡
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─Reki ♥︎
Amor, yo ya llegué.
Avisa cuando estés
cerca, te me cuidas.
(◍•ᴗ•◍)♡

❥Copito de nieve─
¡Limón!♡~

─Reki ♥︎
¿Uh?

¡Oe! No me dejes
en visto, malo.
( ≧Д≦)

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─ Rió. Guardó su celular dentro de su bolsillo para no distraerse y seguir con su camino. En quince minutos ya estaba en el lugar acordado, prefirió tomar un colectivo para no llegar tan tarde. Aparte de que los mensajes de Miya y Reki llovian.

─ Tocó el timbre de.. Ésa casa no casa pero que es una casa, y Joe abrió la puerta. Lo dejó pasar dentro y en la sala se pudo ver a Reki tratando de concentrarse en el libro de biología, mientras que Cherry estaba sentado junto a Miya, explicándole un punto de la tarea que tenía. A simple vista, Joe parecía arbolito de decoración. Salvo a la hora de comer, ya que él les prepararía el almuerzo. Se puso a pensar.. Cómo reaccionaría su madre al conocer su grupo de amigos- Digo, no creo que ninguna madre procese rápido que su hijo tiene amigos que son desde los catorce hasta los veinticinco o más años. Pero bueno, dejó éso de lado y se limitó a saludar a Miya y Cherry con la mano, sonriéndoles. Por último, se dirigió a su novio y robó un beso en sus labios, apretando suavemente su mejilla y sentandose a su lado.

─ Slimes cursis ─ Dijo con un tono de "desagrado", inflando uno de los lados de su mejilla y quejándose al sentir un golpe en su nuca. Haciendo que soltara un agudo chillido ─ ¡Au..! ─

─ Miya, te dije que no molestes. Vamos, a hacer la tarea. ─ Dijo de forma recta el profesor, volviendo a abrir su abanico y haciendo ver su cabello cuál comercial gracias al viento que tiraba dicho objeto. Reki y Langa lo evitaron, pero Joe comenzó a reír a carcajadas.

─ Un rato después, ya estaban sumergidos en la lectura. Langa se acercaba cada vez más a la silla de Reki hasta que ambas chocaron. Pasó una do sus brazos por la cintura del pelirojo, tomándola de forma firma y atrayendolo hacia él. Dejó caricias lentas y suaves sobre los muslos contrarios, haciendo que su pareja se estremeciera en su lugar. No tardó mucho hasta que Cherry le dió una parada bajo la mesa y mantel. Logrando que Langa por el golpe termine cayéndose de la silla.

─  Todos, hasta Cherry, reían de la reciente caída de Langa. Quien parecía una tortuga que dieron vuelta y no puede levantarse, así que optó por darse vuelta para un costado y así pararse, sacándole la lengua a los demás y levantando su silla. Volvió a sentarse con sus brazos cruzados, tenía su ceño fruncido y un puchero en sus labios; cuáles estaban abultados. Reki negó lentamente con su cabeza, se acercó a su novio y lo abrazó, mimándolo. Langa sólo se negaba a sus mimos, ignorandolo y sólo prestando atención a sus apuntes.

─ El pelirojo suspiró. Tomó los apuntes y los sacó de las manos del canadiense. Se levantó de su asiento y se paró al lado del asiento de Langa. Pasó una de sus piernas sobre el regazo del chico, terminando de sentarse sobre éste. Sonrió landinamente ante el nuevo sonrojo que se formó en las mejillas de su pareja, acomodó los apuntes en medio de ambos y se los arrimó al chico.

─¿No ibas a leer, amor? ─ Le dió un suave golpe a la punta de la nariz canadiense con las hojas, dejando un beso por encima. Langa después de haber procesado la información, asintió con su cabeza. Antes de seguir, sacó la paleta que tenía, entregándosela al pelirojo quien la recibió gustoso. La desenvolvió y comenzó a lamer la, llamando la atención del pelinegro de la sala.

─ ¡No se vale!¡Yo también quiero! ─ Agarró con poca fuerza la manga que tenía el abrigo de Cherry, tirándolo hacia él. ─ ¡Yo también!

─ Los niños que no hacen sus tareas no tienen dulces.

─ ¡Mierda!

─ ¡¿Quién te enseñó esa palabra?!

─ ¡El viejo!

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