발문 ━━━ 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋

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발문 ━━━━━ (𝐍𝐎) 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋

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발문 ━━━━━ (𝐍𝐎) 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋

❝ 𝐄𝐯𝐞𝐧𝐭𝐮𝐚𝐥𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞,
𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚 𝐞𝐥 𝐦𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨
𝐝𝐞 𝐝𝐞𝐜𝐢𝐫 𝐚𝐝𝐢𝐨𝐬 ❞

—Haengbok, deja de correr —le dijo Seungmin a su hijo de seis años recién cumplidos que corría feliz en dirección a la tumba de su padre

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—Haengbok, deja de correr —le dijo Seungmin a su hijo de seis años recién cumplidos que corría feliz en dirección a la tumba de su padre.

—¡Pero quiero llegar ya! —exclamó aburrido con un puchero— Al menos déjame llevar las flores, papi.

—Si no vas a correr, te las daré —el niño asintió extendiendo sus brazos. Seungmin le entregó el ramo de flores de claveles amarillos, el cual acunó entre sus pequeños brazos.

A pesar de haberle dicho a su padre que no iba a correr —aunque en realidad no lo hizo— iba delante de él a paso rápido para llegar lo antes posible. Rió para sí mismo mirando a su hijo, era igual de testarudo que Felix, le solían gustar las mismas cosas que a él y tenía gestos similares, aunque Haengbok nunca llegó a ver a su progenitor, era, sin duda alguna, la diva imagen de Felix.

Perdió a su hijo unos segundos de vista, pero sabía dónde se encontraba. Cuando rodeó un par de lápidas más, se encontró al pequeño Lee arrodillado frente a la tumba, donde ya había depositado el ramo y apartado a un lado las flores de la semana pasada. Acto seguido, sacaba de su bolsillo un dibujo que había hecho en clase de él junto a sus dos padres y lo enterraba en la tierra.

Para Haengbok eran obsequios que le daba a Felix en Navidad, el cumpleaños de Felix o en el cumpleaños de Haengbok, como en este preciso momento, que coincidía con el día de la muerte del australiano.

Seungmin soltó un suspiro cuando estuvo frente a la lápida, viendo al pequeño hacer sus quehaceres tan concentrado como si su vida dependiera de ello. Tal vez Haengbok no conociera a Felix, pero Seungmin le había contado tantas cosas que es como si lo hiciera.

—Feliz cumpleaños para mí —dijo el pequeño terminando de poner toda la tierra en su sitio.

Seungmin sonrió amargamente recordando aquel día seis años atrás. Cuando los enfermeros dijeron que —relativamente— estaba vivo, efectivamente, se trataba de Felix. Rápidamente lo enviaron al hospital, donde pretendían mantenerlo con vida mientras provocaban el parto pues Haengbok también seguía vivo, pero en riesgo por ser prematuro. Aunque fue difícil mantener a Felix con vida, estuvo vivo lo suficiente para dar a luz a su hijo y mantenerlo en sus brazos unos minutos antes de fallecer.

𝐒𝐄𝐕𝐈𝐂𝐈𝐀 ━━ 𝐒𝐊𝐙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora