~11~

1.2K 118 106
                                    

Todas las horas de sueño que perdí anoche las recuperé durante el día. Mi cuerpo adormecido se negaba a despegarse del colchón por más que quisiese ponerme en pie y hacer algo productivo con mi vida.

Me salté el desayuno. Me salté la comida. Fue necesaria la intervención de mi prima y Samantha para conseguir que por fin me desvelase.

—¡Pensaba ya que estabas enferma! —Me dice mi prima preocupada.

Sacudo la cabeza en gesto negativo.

—No. Solamente es que no he dormido nada esta noche, y mi cuerpo me ha obligado a recuperar las horas perdidas —Al mencionar esta pasada madrugada, no puedo evitar que algo se remueva dentro de mí; sobretodo al pensar en la manera en la que se marchó Hugo de mi habitación. No sé que bicho le ha picado, y tampoco tengo ni la menor idea de cuanto tiempo va a pasar hasta que se le pase el mosqueo. ¿Le molesto que le restregase que Alessandro siempre es agradable conmigo al contrario que él? De verdad que lo decía en broma. Sí, es bastante molesto a veces; pero ya sé cómo es.

Un pensamiento sale de la nada. No he querido darle muchas vueltas, pero sigue ahí, tan impertinente como hace unas horas.

¿Y si está molesto por mí beso con Alessandro?

Todo mi subconsciente se carcajea de mí.

Improbable, pero en tal caso...

¿Cómo me siento al respecto?

—Eva, te has quedado inmersa en tus pensamientos. Vuelve a la tierra con nosotras —Mi amiga rubia pasa su mano por mi cara. Yo parpadeo varias veces y me concentro en ellas.

—Que te estábamos diciendo que esta noche hay fiesta. Va a ir Alessandro. Así que ponte guapa —Me informa mi prima y me guiña el ojo al decir el nombre del moreno.

Amelia ya ha sido informada de lo que ocurrió ayer, y cuento con que ya se lo haya soltado a Samantha.

—¿Va a ir Hugo? —Pregunto sin pensarlo, y enseguida me corrijo —. Y Fede, y los chicos...

—Ellos no se pierden una fiesta, ya sabes— Responde—. Pero bueno si quieres disfrutar de su compañía tenemos que estar antes de que se pongan a... ya sabes.

Trago saliva. A fumar o otras cosas peores que ninguna queremos mencionar.

Asiento con la cabeza. Espero poder pillar a Hugo antes de que comience tomar sustancias dañinas para su salud. No quiero volver a pasar por una situación tan desagradable como la de la otra vez y que todo empeore cuando las cosas estaban yendo mejor de lo que me esperaba.

Solo me queda esperar a ver que ocurrirá.



Mi prima y Sam insisten en que me ponga los pantalones campana de rayas, con una camiseta corta que deja ver bastante la piel de mi estómago. Personalmente me gusta mucho más la ropa grande y holgada, que disimule mis curvas, pero no tengo nada que hacer contra dos mujeres empeñadas a que haga lo que ellas digan.

Como es verano, es muy raro ver que las fiestas se hagan en una casa. Como la primera vez que pisé el pueblo, la fiesta es a las a fueras, al aire libre.

Reconozco a algunas caras mientras atravesamos el gentío. Mis ojos recorren cada uno de los rostros, en busca de una mirada de ojos verdes y cara de "me resbala todo", que por más que busque, no doy con ella.

La música está muy alta, y las luces de colores parpadean como si llevasen el ritmo de la canción.

Admiro que sea quien sea quien haya organizado esto, debo de admitir que se lo ha currado. Hay un ambiente estupendo.

1982Donde viven las historias. Descúbrelo ahora