Cuando abrí los ojos, pude sentir el tacto frío de una mano enguantada acariciando mi frente, y como dos ojos verdosos me observaban desde una cara anónima, casi cubierta enteramente por una mascarilla.
- Se ha despertado- oí a lo lejos- traed el maletín de la ambulancia.
- ¿A-ambulancia?- apenas podía articular una palabra, me sentía débil y atontada, aunque eso no me impidió incorporarme. Comprobé tambaleante que me encontraba tendida sobre la camilla de la enfermería y que, a mi lado, otro cuerpo descansaba sobre otra.
- Jean- un enfermero me llamó- ¿Eres Jean Goverman, cierto?- asentí, desconcertada. Sacó una linterna de su bolsillo e iluminó cada una de mis pupilas, en búsqueda de algún indicio de daño que ni siquiera yo podía relacionar conmigo.
- ¿Qué me ha pasado?
- Te caíste por las escaleras- respondió con voz suave mientras me inspeccionaba los brazos- aunque tú tuviste suerte- señaló el cuerpo inerte, y una imagen fugaz pasó por mi mente. Yo bajaba por la escaleras a toda prisa… buscaba a Byron, pero…- él recibió la peor parte de la caída y se golpeó la cabeza, además de la pierna derecha- sin pensarlo, bajé de donde estaba, rezando porque el afectado fuera cualquiera menos él.
Acaricié su cabello castaño conteniendo las lágrimas, imaginándole con sus ojos grises apuntándome con odio y rencor. Sentí cada una de sus respiraciones débiles como agujas clavándose en mis entrañas. “Qué había hecho”.
- Tranquila, se va a poner bien, aunque no jugará las finales- apoyó su mano sobre mi hombro en gesto conciliador- además, tenemos que llevarte al hospital para que te hagan una revisión y comprobar que no has sufrido ninguna contusión grave.
- Pero, yo… no puedo irme, después de lo que pasó…- me negaba a abandonarle a su suerte en aquella sala sin haberle visto abrir los ojos.
- No te preocupes- continuó- va a estar bien, estate tranquila- me ayudó a colocarme sobre la camilla de nuevo y me sacó de allí junto con otro enfermero. Recuerdo que en el pasillo había mucha gente, aunque poco a poco, sus trazos se fundieron en mil colores y se apagaron.
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- ¿Byron Black?- Mayson no daba crédito. Su jugador estrella en el hospital y el partido aún por empezar. Se rascó la cabeza cansado- ¡Espero que no haya sido nada serio, porque, claro, usted sabe, le necesito para las finales!¡Y son dentro de una semana!-.
La voz al otro lado contestó algo entrecortada. Habló de una caída, unas escaleras y una chica, pero nada de eso importó al entrenador más que la última frase. Le costó varios segundos mentalizarse de lo que acababa de escuchar.
- ¿Rotos?- tragó saliva- será una tontería de nada… ya, entiendo- se dejó caer en el banco del vestuario con el ánimo por los suelos y un nudo en el pecho- … rehabilitación… ya, … no se preocupe, yo me ocuparé, gracias- sin siquiera colgar, arrojó el teléfono contra el suelo, deshaciéndolo en pedazos. Por primera vez, y con lágrimas colmándole los ojos, dejó de pensar en su delantero estrella y lloró por el chico cuyos sueños yacían resquebrajados en el rellano de una escalera. Su único futuro se había roto delante de sus propios ojos.
Jamás podría volver a pisar un terreno de juego.
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Taking Back My Love
Fiksi Remaja"Y entonces, cuando oí su voz grave e inconfundible por encima de las demás, supe que me había encontrado". Mi historia no es sencilla, pero podría ser la de cualquiera. Cualquiera que comprenda la delgada e imprevisible línea que separa el amor del...
