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Querido diario.

Hoy fue un día revelador. Minho se enteró sobre los mensajes que recibo, ya que cuando me acompaño a casa, ignorando mis quejas, dijo que quería entrar para hablar sobre todo. Fuimos a mi habitación, él se sentó en la cama y yo dejé mi teléfono en la mesita de luz. Fui al baño un segundo y en cuanto volví, Minho tenía mi móvil en sus manos "Me alegro de que hayas hecho caso a la advertencia y te hayas alejado de Lee" dijo leyendo la pantalla. "Yo sabía que algo raro pasaba, por eso ayer no insistí, pero porque no me lo contaste?" preguntó con calma. Yo suspire y mire a otro lado, no sabía qué decir. "Somos una pareja, sé que es difícil y sé que tienes miedo. Pero si no me dices las cosas que te pasan no puedo ayudarte" dijo mientras me tomaba la mano. Sentí una lágrima caer en mi brazo, Minho estaba llorando. "Que pasa?" le pregunté mientras le acariciaba la cara. "No sé qué hacer, no sé cómo ayudarte. Siempre que parece que he solucionado algo este hijo de puta sale con algo nuevo" susurró. Lo abracé intentando calmar su llanto, si hay algo que nunca he sabido hacer es consolar a la gente. "Prometo a partir de ahora contártelo todo" dije. "Te quiero" contestó secándose las lágrimas. "Yo también" sentencié besando su mejilla.


Diario del suicida II MinSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora