La mañana comenzaba, la mayoría de jóvenes se dirigía hacia sus escuelas. Como era lógico el instituto Konoha no era la excepción. En la entrada se veía la llegada de muchos alumnos, cada uno con su grupo y conversando amenamente. Pero había una joven que iba muy metida en sus pensamientos, era un dilema que no lograba resolver.
- No sé lo que voy a hacer - se decía Sarada. Una joven de cabellos oscuros y unos lentes rojos, su color favorito – lo que me propusieron es algo que nunca se va a repetir. Sé que ellos lo hacen por mi bien y esta es una gran oportunidad donde puedo demostrar lo buena que soy. – dio un gran suspiro - Necesito que alguien me ayude a tomar una decisión...
Sus pensamientos fueron interrumpidos por un grito muy familiar.
- Sarada!!! - le decía su mejor amiga, Chouchou. La conocía de hace mucho tiempo, ella era alguien muy enérgica y tenía una gran personalidad.
- Hola Chouchou. ¿Por qué gritas? - preguntó algo aturdida por el grito de su amiga.
- ¿Cómo que por qué? - le decía Chouchou algo ofendida- si no lo hago, tu no me escuchas.
- Está bien – Sarada se acomodó sus lentes, avergonzada - pero hay que apurarnos. Se nos hace tarde - alarmada ya que había sonado la campana.
Las dos jóvenes se dirigieron a su salón. En todo el camino Sarada había permanecido callada. Tal vez ella era así con los demás; pero no con su amiga, que la conocía muy bien.
- ¿Te pasa algo? - le preguntaba Chouchou, mientras se sentaba en su lugar, al lado derecho de Sarada - hoy te siento algo extraña.
- ¿Qué? No, no me pasa nada - decía Sarada fingiendo una sonrisa – estoy como siempre.
- Sarada Uchiha - le decía Chouchou insistente, tratando que diera la verdad - tú a mí no me engañas. Dime lo que te pasa o sino...
Pero fue interrumpida por la llegada del profesor. Sarada suspiró aliviada y dirigió su mirada a la ventana. Tenía suerte de sentarse casi al final de la fila que estaba al lado de la ventana. Aunque le tenía mucha confianza a su amiga, no estaba segura de cómo reaccionaría con la noticia.
Mientras miraba por la ventana, a lo lejos vio a un joven de cabellos amarillos corriendo en la entrada del instituto. Un profesor lo detuvo porque había llegado tarde, le llamó la atención unos minutos y lo dejó pasar.
Sarada sonrió divertida al verlo – Siempre te pasa lo mismo. – Pero cambio su mirada, algo más nostálgica.
Este chico era Boruto Uzumaki, su antiguo amigo de la infancia. Sus padres se conocían de hace mucho tiempo, fueron amigos en el instituto y era lógico que sus hijos tuvieran una buena relación. Esto sí pasó cuando ellos eran unos niños, pero desde que ingresaron a la secundaria poco a poco se fueron distanciando. El motivo nunca fue claro, cada uno comenzó a tener su propio grupo de amigos y los cambios de salón impactaron en la amistad que tenían. Este último año del instituto estaban en el mismo salón, pero ya no era lo mismo. Solo se dirigían la palabra si eran necesario para las clases.
Cuando Boruto llegó al salón de clases, el profesor le llamó la atención por llegar tarde. Estaba a punto de no dejarlo pasar, pero otro profesor lo llamó desde la puerta. Él aprovechó el momento y se fue a su lugar. Coincidentemente se sentaba en la último lugar, al otro extremo del salón.
- Alumnos- decía el profesor- hoy tenemos a un alumno transferido, que nos acompañará en estos meses. Por favor, espero que lo traten bien. Pasa. – lo dijo dirigiéndose a la puerta.
Todos los alumnos voltearon a ver quien sería el nuevo estudiante, era raro que alguien se cambie cuando estaban a mitad de año. En esos momentos, se ve a un joven entrando al salón, provocando un gran suspiro.
Sarada estaba tan metida en sus pensamientos que solo escuchó el suspiro y no le tomó importancia.
- Preséntate - le decía el profesor al joven.
- Soy Kawaki Uzumaki– dijo el joven con un tono seco y un toque de superioridad.
Todos se sorprendieron, porque ya tenían a alguien con el mismo apellido en el salón. La mayoría, por no decir todos, voltearon a ver a Boruto. Él solo los miró de forma desinteresada.
Ese apellido despertó el interés en Sarada y levantó la vista. Ella conocía a toda la familia de Boruto, pero nunca había visto a esa joven. Tal vez sea un familiar lejano, aunque no se parecen en nada. – pensó.
- Muy bien, ahora te sentaras en...- el profesor miró todo el salón – mmm... detrás de la srta. Uchiha – concluyó – ¿Srta. Uchiha, puede ponerse de pie?
Sarada se sobresaltó un poco y se puso de pie. Kawaki la vio y caminó hacia el lugar vacío que se encontraba detrás de ella. Mientras avanzaba, no le quitaba los ojos a Sarada y obviamente, ella no se dejó intimidar. – Gracias, puedes tomar asiento – comentó el profesor.
Sarada tomó asiento cuando Kawaki estaba pasando a su lado. Todos estaban muy interesados en conocer al nuevo integrante del salón, pero tendrían que esperar hasta el primer receso para poder conocerlo. Sarada se sintió algo incomoda por la presencia de Kawaki, no estaba segura porqué.
Pero algo la sacó de sus pensamientos. Mientras pasaban una copias que el profesor había entregado hacia atrás, volteo por un momento y se cruzó con unos ojos celestes, como el cielo, que la miraban del otro lado del salón.
Se sintió nerviosa.
Entregó la hoja y volvió a mirar hacia adelante. Desde que dejaron de hablar, Boruto nunca la había vuelto a mirar de esa manera. Esos ojos la ponían nerviosa, más si la miraban directamente. Pero había algo más, su mirada tenía algo de ¿molestia?
// Notas de la autora: Es mi primera historia después un tiempo que dejé de escribir y espero les guste 😊
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Dilemas del Corazón
Fanfiction"Tan grande el mundo y tan corto el tiempo que nos da el destino para poder encontrarte. ¿Qué fácil sería decirle a cualquiera "Eres tú"? Pero, saber que no te equivocaste al tomar esta decisión, ese es el dilema. Dicen que, al enamorarte, eres capa...