Entre tormentas y arcoíris (lgbtqia+) (Completa✔️) Publicado por planeta

Lo que tú quieras que sea

🎶To die for - Sam Smith🎶

5 meses y 1 semanas atrás

Estar con ellas era fácil, pero traté de alejarme, sobre todo de Leigh. Luego de haber escuchado su playlist y sentirme como me sentí, estar con ella me producía algo amargo.

Probablemente era vergüenza, porque no debía ser así. No debería desarrollar sentimientos por alguien solo porque era amable conmigo. Era patético y débil, y no era justo. Solo quería una amiga de verdad, alguien en quien confiar, ¿era mucho pedir? ¿Por qué tenía que arruinarlo así?

Dejé de acompañar a Leigh al salón de música, a pesar de que era lo que más me gustaba de estar con ella, pero eran los momentos donde más débil me sentía. Leigh podía decir cualquier estupidez al ritmo de la guitarra y yo creería que era lo mejor del mundo.

Al principio Leigh me dejó, no me insistió cuando le di mis excusas tontas, y yo dije «¿ya está? ¿Eso es todo?», porque en el fondo quería que me buscara, que me insistiera, que me hiciera sentir alguien importante, aunque sabía que no lo era.

Al tercer día apareció en la biblioteca con el ceño fruncido y los brazos en jarra. Había estado quedándome en los recesos con ella y sus amigas, pero evitaba mirarla o que se acercara demasiado a mí. A veces intervenía en las conversaciones de Meg y Zoe, más que nada cuando me hablaban directamente, pero con Leigh evitaba el contacto visual.

Al igual que en ese momento.

—¿Por qué me estás evitando? —exigió saber cuando se desplomó en el asiento frente a mí. La biblioteca no era muy grande, pero tenía unos mesones redondos donde cabían unas diez personas. Nunca se juntaban más de tres personas en un mismo mesón. Leigh estaba lejos—. ¿No te gusto?

Alcé la cabeza hacia ella inevitablemente, pero cuando me encontré con sus ojos mirándome con algo de temor me di cuenta de que no se refería a lo que yo creía. Me avergoncé, pero traté de actuar normal. Lo más normal que podía ser.

—No te he estado evitando, estaba ocupada —me encogí de hombros.

Leigh estaba inclinada sobre el mesón, se apoyaba en sus codos y me miraba fijamente. Su cabello estaba suelto y algo despeinado, imaginaba que por el viento. Estaba vestida completamente de negro, había descubierto que solía vestirse de esa manera. Le queda bien. Todo le quedaba bien.

Tragué saliva y aparté la mirada.

—Estás mintiendo —aseguró, la miré y ella sonrió—. ¿Es porque canto mal? Puedes decirlo, estoy abierta a críticas.

—Tú cantas hermoso —susurré, y era verdad. Su voz era suave y cuando la escuchaba entonar sentía que había un dejo melancólico en ella.

—¿De verdad lo crees? —preguntó, inclinándose un poco más. Sus ojos brillaban. Me gustaba que lo hicieran. Asentí y ella sonrió aún más—. Gracias... Pero sigues sin responder mi pregunta. ¿Por qué me evitas?

—Ya te dije que...

—Y yo también te dije que sabía que estabas mintiendo.

Me comencé a poner nerviosa, y como consecuencia, mis manos comenzaron a sudar.

Me puse de pie y tome mis cosas, dispuesta a largarme lejos de ella, pero Leigh se adelantó y me bloqueó el paso.

—Pajarito —dijo, tomándome del brazo, y por un momento la odié, porque no era justo que esa simple palabra me acelerara el pulso—, honestamente no entiendo por qué te gusta esconderte de las personas.