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Golpeó con fuerza la mesa de mármol dispuesta en medio del salón. Sentía la ira burbujeando en su sangre, generando un calor sofocante que no era capaz de aliviar. Maldijo mil veces a la testaruda Diosa del Agua, aún cuando no lo intentaba solo le causaba disgustos. Después de mirar a la niña de la lluvia una primera vez, siguió vigilándola durante varios días, incluso cuando pasó tiempo con su hermano Gajeel. No obstante, luego de que Acuario discutiera con él, la niña había desaparecido de su vista.
En primera instancia creyó que la causa era solo un mal funcionamiento del orbe de cristal que recibió de manos de Meredy, por lo que encargo a Ultear la misión de encontrar otra forma de localizar a la pequeña Diosa. Uno a uno cada método fue desechado después de fallar miserablemente. Estaba realmente furioso ya que si no podía encontrar a la hija de Acuario todos sus planes eran inútiles.
Su fría ira congeló la mesa y el suelo bajo sus pies como resultado de su frustración. Se negaba a pensar que Acuario hubiese averiguado sus planes, ya que era tan soberbia que ignoraba a cualquiera que no se arrodillara a sus pies y por ende, era él, uno de los principales objetivos de su desprecio. Por tal razón creía firmemente que no era consciente de su intensión.
Sin embargo, sabía que era a causa de ella su imposibilidad de ubicar a su objetivo. Desconocía el cómo lo había logrado, mas estaba convencido de tal creencia.
— ¡Ultear! — clamó el nombre de la única persona, además de sí mismo, que residía en el inframundo.
La mujer apareció tan silenciosamente como era propio de ella. Su expresión también estaba vacía, al igual que su reino.
— Sigue vigilando — ordenó sin intentar ocultar su molestia. De esa forma comprendería que era una tarea que debía hacer correctamente o tal emoción caería sobre ella.
— Como ordene, mi señor.
La fémina se inclinó ligeramente con la mano derecha sobre su pecho, postura adecuada para un sirviente.
— Notifícame en cuanto la veas — añadió antes de salir por la gran puerta plateada que comunicaba el salón con el pasillo que lo guiaría hasta sus aposentos. — Acuario no podrá ocultarla por siempre de mí.
Sin importar cuánto se esforzara no habría diferencia, ya que su paciencia era basta, pesé a que su ira se expresara con notable libertad. Esperaría hasta que Acuario cometiera un error y entonces le arrebataría aquello que más amaba.
— ¿Creíste que podrías esconderte para siempre, niña de la lluvia? — pronunció aquellas palabras mirándola fijamente.
Después de meses de espera por fin la tenía a su merced. La chica tembló en cuanto terminó de hablar, se notaba que temía de él, lo cual era beneficioso para su tarea. En cuanto puso un pie sobre la tierra verde, la fémina se levantó e intento correr de regreso a la playa, probablemente para volver al regazo de Acuario. Por ello la detuvo enseguida, tomándola bruscamente de la muñeca mas siguió tratando de escapar, masculló molesto al notar que la niña no iría tan dócil como creyó. La atrajo hacia sí mismo, solo para poder dedicarle unas palabras.
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I can only be happy in hell
FanficUA Mitología Griega • Ella era una Diosa novata que vivía bajo la estricta mirada de su madre. Resignada a vivir como un ave enjaulada, siendo admirada solo por la Diosa del Agua. Él era el Rey del Inframundo, destinado a vivir en la oscuridad y la...