Una joven aterrorizada corre a través de los tantos pasadizos de la guarida de la bestia que pretende obtener su sangre, ella corre lo más rápido que puede sin saber exactamente a donde la dirigen sus pies pues la oscuridad no le permite ver absolutamente nada, su única guía es su mano que lleva extendida para tocar el contorno de las paredes del pasadizo, por ello sus manos arden ya que incontables veces se ha encontrado con relieves filosos ocasionado rasgar su delicada piel; aun así ella continua su camino hacia la libertad, sus piernas ardían tanto ya que nunca en su vida tuvo que correr como lo hacía en estos momentos, es mas en su vida jamás tuvo que preocuparse siquiera por sobrevivir, toda su vida había sido una niña consentida llena de sirvientes que hacían todo por ella. Es por eso que no entendía como su vida había cambiado tanto e incluso aun le dolía el corazón por lo que su padre había hecho con ella pero ella se aseguraría de vengarse de él si lograba salir viva de esta.
En varias ocasiones sus piernas la traicionaron ocasionando la inminente caída y por consecuencia ahora sus rodillas dolían y sangraban, el aroma a sangre había despertado a su captor, por lo que un estridente rugido se escuchó a través de la montaña lo que provoco que la joven doncella se paralizara unos instantes por el miedo, el llanto la invadió una vez más ocasionando que su rostro se humedeciera, solo habían dos pensamientos en su cabeza, uno de ellos es que esa bestia acabaría con ella ahora que se había dado cuenta que estaba intentando escapar de sus garras, la otra era que necesitaba salir de ahí si quería vivir lo suficiente para vengarse de sus progenitores, ella había tenido el tiempo suficiente para darse cuenta que su madre también sabía de lo que su padre planeaba hacer con ella, ese rostro atormentado por el dolor cuando la despidió aquel día la había delatado, por eso necesitaba salir de ahí con vida, jamás los perdonaría. Una vez que logro recuperar la cordura continúo su arduo trabajo de salir de ese temible lugar.
A lo lejos pudo vislumbrar una tenue luz, esa era su salida hacia la libertad que tanto añoraba desde que su padre la había abandonado a su suerte en esa horrible montaña, solo habían dos problemas, el primero es que ahora el camino se había vuelto más empinado y su vestido se atoraba entre sus pies cada que intentaba escalar, el segundo es que a lo lejos podía escucharlo acercarse cada vez más.
En más de una ocasión estuvo a punto de resbalar y caer pero con las pocas fuerzas que aun tenia logro sostenerse fuertemente, tal vez si hubiera nacido siendo hombre esto jamás habría sucedido y seguiría resguardada en el palacio o por lo menos le habría sido más fácil escalar y tal vez ya estaría a salvo de la bestia; cada vez más se acercaba a la salida pero también era consiente que la muerte la acechaba cada vez más, el fétido aroma azufre cada vez más se intensificaba, lo que significaba que la bestia estaba cada vez más cerca, por lo que se apresuró a subir más rápido, ella podía sentir el palpitar de su corazón, este parecía quererse salirse de su pecho.
Un impulso era lo único que la separaba de la oscuridad hacia la libertad, tomo una gran bocanada de aire y apoyo su peso sobre sus temblorosos brazos para lograr trepar, arrastro su cuerpo fuera de la cueva y giro su cuerpo para poder admirar la luz del día, nunca más se quejaría de los rayos del sol, la luz la cegó por unos breves momentos pero eso no le importo ya que por unos instantes la felicidad se reflejó en su rostro e incluso pudo escuchar su risa, aunque ahora se escuchaba algo apagada aun así estaba feliz; todo se veía tan vibrante, el pasto parecía ser más verde de lo que ella lo recordaba e incluso esas pequeñas florecillas amarillas se veían sumamente hermosas, no podía creerlo lo había logrado y ahora que podía ver hacia atrás pudo percatarse que el lugar por donde había logrado escapar era sumamente angosto para que la bestia pudiera atraparla, eso la lleno de cierta certidumbre de que podría escapar por completo.
Ahora podía darse cuenta de lo desastrosa que se veía, su vestido que una vez fue de color azul claro ahora era café con algunas manchas rojas sobre todo en donde la tela rosaba con sus lastimadas rodillas, extendió sus manos hacia al frente de su vista y estas estaban terriblemente dañadas e incluso había sangre seca que se extendía a lo largo de sus muñecas que una vez fueron pálidas como la leche pero ahora estaban llenas de tierra y mugre, su cabello que una vez fue de un rubio tan claro ahora se veía opaco y negruzco era más que obvio que necesitaba con urgencia un baño, un estruendoso gruñido la hizo caer sobre sus nalgas, el dolor no le importo ya que no podía creer lo que veían sus ojos, fuego ardiente salía del lugar por donde había salido hace unos instantes, no quiso quedarse averiguar si la bestia podría salir por ese lugar así que se puso rápidamente de pie y corrió sin saber exactamente hacia donde lo que único en lo que pensaba es que necesitaba alejarse de ahí lo más rápido que pudiera.
De pronto la tierra retumbo por lo que sus pies tropezaron ocasionando que perdiera el equilibrio una vez más, con el claro terror reflejado en su mirada pudo observar como miles de rocas salían disparadas por el aire y como de aquel lugar por donde había escapado ahora salía una imponente bestia, era la primera vez que podía verla con claridad, era sumamente grande y no le cabía en la cabeza como ese animal habitaba en las profundidades de la montaña, parecía un especie de lagarto o por lo menos su piel lo parecía, de su cabeza salían alguna clase de cuernos, en su hocico habían afilados dientes que fácilmente podían destrozarla de una sola mordida y de su nariz salía humo como si esta fuera una chimenea, lo más sorprendente fue que de sus costados se extendieron unas alas parecidas a las de aquel murciélago que una vez se había metido al castillo provocando gritos por parte de ella y de su madre, de algo estaba segura y es que si su madre hubiera visto lo que ella esta hubiera caído muerta del susto; sus ojos verdosos y llenos de odio la encontraron aun tirada sobre el suelo, ella comenzó a retroceder con el claro pánico palpable en cada parte de su cuerpo, al ver que la bestia avanzaba en sus cuatro patas hacia ella tomo el poco valor que le quedaba y con pasos temblorosos se puso de pie y con las pocas fuerzas que le quedaba comenzó a correr lo más rápido que podía, mientras corría podía escuchar a la bestia acercarse cada vez más e incluso escucho lo que parecía uno risa, el maldito animal se estaba burlando de sus estúpidos intentos por escapar de él.
La vida no podía ser más cruel con ella, ahora comprendía que su destino estaba sellado, ya no había a donde más correr, había llegado a la orilla de lo que parecía un interminable acantilado y detrás de ella la horrible bestia estaba cada vez más cerca, giro su cuerpo hacia la bestia y noto que esta estaba a solo unos pocos metros de ella, por reflejo retrocedió y estuvo a punto de caer pero logro recuperar el equilibrio, la bestia parecía sonreír al ver que ella no tenía otra salida.
La doncella giro su rostro hacia el vacío para después girar su rostro hacia la bestia, si ella iba a morir no permitiría que fuera en garras de ese monstruoso animal, extendió sus brazos y pudo notar en los ojos de la bestia cierta incredulidad y algo de asombro al ver que ella dio un paso atrás dejándose caer en el vacío, ella cerro sus ojos esperando que su caída terminara pronto y con ella su vida, podía sentir como la tela de su vestido ondeaba y como su cabello volaba con el viento, en ningún momento quiso abrir sus ojos, solo esperaba que su cuerpo callera en los fríos brazos de la muerte.
Me despierto de un sobresalto con el corazón acelerado y mi cuerpo esta bañado en sudor, esa maldita pesadilla la he tenido varias veces desde hace tres meses, pero nunca la había soñado completa, siempre habían sido partes pero esta noche tuve la pesadilla completa, no entiendo el porqué de esos malditos sueños pero lo que más me estresa es que la joven de mi sueño se parece bastante a mí, e incluso podría pensar que soy yo pero las ropas que ella lleva en el sueño son de otra época.
Todo esto comenzó desde aquel día que encontré ese maldito medallón, me incorporo lentamente de la cama y abro el pequeño cajón de mi buro y saco el maldito objeto, observo el grabado del dragón en este y con mi dedo acaricio la gema que parece ser real, aunque siendo mi padre un historiador reconocido en varios países, tal vez esta cosa sea realmente real.
Tal vez sea momento de regresarle el medallón a mi padre, jamás debí sacarlo de la caja donde él lo guardaba, pero no pude evitarlo ya que me causo demasiada curiosidad e incluso dije que lo limpiaría pero aún no lo he hecho ya que desde que comencé con las pesadillas me había dado tanto miedo vuelto a sacar, lo vuelvo a guardar en el cajón y me dirijo al baño para alistarme para ir a la universidad.
Estoy frente al espejo viendo mi reflejo y definitivamente hay un gran parentesco con la joven de mis sueños a excepción del color de ojos, los de ellas eran de un tono más verdoso mientras que los míos son de un verde claro, hay una tonta idea en mi cabeza, ¿será posible que exista la reencarnación?
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KUKULKÁN
General FictionHay leyendas que jamás deberían volver a despertar. Ellos están aquí para recuperar lo que les pertenece.