12 Grimmauld Place, un lugar tan deteriorado que parece irreconocible, cuesta creer que fue algún día el hogar de la ancestral casa de los Black.
En una de las tantas habitaciones de este recinto, nos encontramos a un hombre cuyas canas es su cabellera resaltan la avanzada edad del hombre, las facciones duras en su rostro reflejan la dura vida que ha llevado, sin mencionar la reconocida cicatriz en forma de rayo que porta en la frente.
El hombre es Harry James Potter, el mago más poderoso desde que asesino a Voldemort, sus pensamientos moran en los recuerdos de la vida tan extenuante que vivió, particularmente en la segunda guerra mágica, con las personas que perdieron la vida a lo largo de la guerra.
En especial en cómo una vez que la guerra concluyo con la muerte de Voldemort, Harry poco a poco fue abandonado por las pocas personas que aún le quedaban, algunos porque solo buscan dejar atrás la vida mágica tras la guerra, otros porque su mera presencia les recordaba las pérdidas que han tenido, y algunos pocos simplemente se acercaron a el por qué era el elegido y una vez su misión fue completada nada los unía a él.
El hecho que rompió de forma definitiva al antiguo Harry, fue la traición que sufrió por parte del que consideraba su mejor amigo, el cual solo buscaba la fama como la de Potter del cual siempre estuvo celoso, su traición significo el abandono de las personas más cercanas a él como el de la esposa de Ron, la mujer que considera más que los una amiga, a la cual nunca le confeso sus sentimientos una vez que Ron le hizo saber que le gustaba.
Ahora tantos años más tarde él se encuentra completamente solo, recostado sobre un sofá raído por el desgaste de los años, en una casa prácticamente al borde del colapso, Una pequeña risa nostálgica resuena en la habitación, casi como un susurro.
-Supongo que esta vez no volveré- Dijo Harry con una pequeña sonrisa que adornaba su rostro, la cual se desvanecía lentamente al tiempo que cerrabas sus ojos para caer en un sueño eterno del cual él sabía que no despertaría, y eso era justo lo que él deseaba, un fin para un ciclo de caos que lo atormento a lo largo de toda su vida.
Lentamente Harry abría sus ojos en lo que parecía ser un bosque en al cual parecía estar amaneciendo, Harry se levantó abruptamente desconcertado y algo molesto, el pensamiento de seguir viviendo es vida llena de miseria lo atormentaba, pero disfrutaba apreciar la vista que iluminaba el bosque lleno de vida, color de las flores, el aroma de la naturaleza inundando sus sentidos y los disfruto aún más cuando se sentía 30 años más joven, podría jurar que no tenía más de 35 años, su larga cabellera estaba completamente negra una vez más, sus manos habían perdido las arrugas, sentía en el un poder aun mayor al que había tenido en vida, luego sintió una presencia y logro ubicarla en una figura entre los árboles del bosque.
Harry lentamente se aproximó a la figura cuando por fin pudo deslumbrar que era un hombre albino, vestido con un traje negro muy elegante, zapatos formales y un sombrero de copa del mismo color.
-Maestro- Dijo el hombre mientras hacia una pequeña referencia ante Harry.
-Llevo mucho tiempo ansiando por conocerlo- Harry se permanecía estoico ante las palabras del hombre, mientras observaba con mucho detalle los rasgos tan femeninos que poseía el hombre, su larga cabellera blanca, junto con la sonrisa sádica que desbocaba, su respiración tan tranquila que parecía no existir.
- ¿Quién eres? - Cuestiono Harry con firmeza casi sonando como una exigencia, sin bajar la mirada dura, pero con exterior completamente tranquilo.
-Soy su humilde sirviente maestro Potter, puede llamarme como usted quiera, pero muchos me conocen bajo el nombre de "Muerte"- Concluyo en hombre ante la sorpresiva mirada que desvasaba Potter ante tal revelación, que pronto se convirtió en calma y finalmente desboco una pequeña sonrisa en el rostro de Harry que desconcertó un poco a la Muerte.
-Bien, al menos me quito una preocupación de encima, pero dígame ¿porque me llama maestro? - Cuestiono Potter mientras arqueaba una ceja sobre sus lentes, sin borrar su sonrisa.
-Por qué más va a ser mi señor, usted es el único ser vivo que recolecto satisfactoriamente las reliquias que cree, gracias a que usted lo hizo sin estar buscando hacerse con su poder, por esa razón nadie lo había conseguido, tenía que ser un alma pura la que se apoderara de ellas-
-OK, pero dime ¿Dónde estoy? Y ¿por qué razón estoy aquí? - Respondió Harry de manera casual como si no lo tomara por sorpresa las palabras de la muerte.
-Claro maestro, respondiendo su primera pregunta se encuentra en su territorio, un espacio para dioses, un lugar hacho por mi para la estadía del Amo de la muerte, así como de cualquiera que guste traer, y con respecto a su segunda pregunta, es más que claro que es disfrute del lugar en su estadía eterna, pero un cambio en los acontecimientos me he hecho tener que plantearle algo mi señor-
Ante el ultimo comentario Harry desvaneció aquella sonrisa que se había forma mientras su sirviente hablaba, se limitó a hacer una señal con su mano para indicar que prosiguiera.
-Vera mi señor, este espacio fue considerado para albergar muchas personas, por lo que por su cuenta no podría mantearse aquí debido al poder que provee este lugar a las entidades que lo habitan, por lo que le ofrezco volver, a donde todo empezó, y poder cambiar su destino, yo le otorgaría ciertas facilidades para completar su tarea, así como conservar todas sus memorias y su poder actual, el cual ya aumento aún más por convertirse en el amo de la muerte-
Harry permanecía analítico ante la situación, le aterraba la idea de vivir ese infierno una vez más, pero la idea de volver y corregir sus errores era un llamado difícil de ignorar, permaneció en silencio por poco más de 10 minutos.
-Bien, parece una buena oportunidad, pero dime ¿Cuáles son estos regalos? Y ¿en qué momento volveré? -
-Claro mi señor, primero que nada, le daré la versión definitiva de las reliquias, están son una versión mejorada de las que conoció en su vida pasada, le otorgare las facilidades con gringotts para que no tenga problemas con los duendes, lo convertiré en metamorfomagus, le daré la forma animaga del dragón y le otorgare un fénix, y por ultimo una regeneración increíblemente rápida, la cual podrá extender para curar a quien desee pero esto viene con costo que nos lleva a tu segunda pregunta volverás a la edad 9 años, un poco antes de cumplir 10, pero los Dursley son más brutales y aunque las heridas sanaran, las cicatrices permanecerán hasta que aprendas a controlas tus poderes de metamorfomagus.
Harry nunca perdió su actitud estoica ante las palabras de su sirviente y después de un par de minutos más de reflexión suspiro y hablo.
-Supongo que es más que suficiente, así que hagámoslo, acepto. Dijo mientras estrechaba la mano de la muerte como un par de colegas, repentinamente cerro los ojos y siento como si algo lo arrastrara para finalmente despertar.
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Cambiando el destino
FanfictionOk, esta vez va enserio. Luego de una trágica vida llena de soledad y miseria, Harry renace con la intención de cambiar su suerte. Como un mago consumado, lleno de habilidades y conocimiento del futuro, Harry marca un camino distante de aquel que s...