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- Te sientes así porque nuestro bebé te ha enfermado Harry - el dice, lágrimas mojando sus mejillas. - Estás embarazado, vamos... Oh Dios, Harry vamos a tener un bebé.

- Louis - Harry llora un poco más fuerte, incapaz de contener su sonrisa.- Lou, voy a tener a tu bebé. Esta dentro, creciendo.

- Lo está, bebé, lo está. Vamos a ser papás, te amo tanto. - las palabras se repiten como un eco en su cabeza.

Comparten pocos besos perdidos entre sollozos de emoción, las manos de Louis acariciando la espalda de Harry. Recordando que es real, que lo han logrado.

- No se supone que tendríamos que enterarnos de esta forma. - se ríe Harry, aún en lágrimas. - Iba a ser romántico.

- Esto es perfecto, amor. Lo es. - Louis promete, sin parar de depositar besitos sobre la frente de Harry, continuando con sus caricias. Entonces mira el reloj, diez pasadas de la media noche - Mira eso... Feliz cumpleaños, amor. Me has hecho feliz cada día por los últimos diez años y ahora vas a darme una familia. - cierra los ojos y le abraza más fuerte.

Y al menos, eso sí que termina por ser perfecto.

Harry pasa su segundo mes envuelto en trabajo.

Poco después de enterarse de su pequeño bebé en camino, las cosas dieron un giro bastante esperando.

Tras quererlo por tanto tiempo, simplemente parecía como si hubiesen estado preparados para ello simplemente a la espera de que sucediera. Louis cuidando a Harry en demasía y este comenzando de forma inmediata con los cuidados prenatales.

Fueron charlas nocturnas de todos los planes que tendrían y tardes perdidas en una tienda en línea de artículos personalizados para bebés.

Louis cumpliendo con los cada vez más presentes antojos de Harry y una larga sesión nocturna donde, con una gran sonrisa en el rostro, se dedicaba horas a aplicar todas las cremas y aceites especiales que Harry insistía en mantener para cuidar su piel.

Detiendose unos minutos extra en su vientre, intentando sentir cualquier cambio presente.

Los primeros días nada sucede, pero pronto comienza a notar como se hincha apenas un poco. Louis podría jurar que cada vez que pasa los dedos puede sentir al menos un milímetro más de crecimiento, y sus palabras terminan por emocionar a Harry a cada segundo.

- Tengo un torso largo, Lou. He leído que puede que no notemos nada por un tiempo. Lo siento.

- Mentiras, Hazza - entonces ponía sus manos con cariño sobre los laureles. - Mira, aquí, se ha curvado un poquito más que ayer. Lo he medido, te lo juro.

Y entonces Harry sonreía para pasar un largo tiempo a la mañana siguiente, acariciando su pequeño vientre. Convencido de que si Lou podía verlo entonces tendría que ser cierto.

Fueron más y más recortes llegando al collage de Harry, pues realmente quiere tener todo planificado antes de comenzar a adecuarlo en su casa. Y decisiones tomadas sobre cuáles serían sus movimientos siguientes.

Ellie casi había llorado de emoción al enterarse que sus pacientes favoritos estaban a la espera de convertirse en padres. Ella había dicho que el primer control prenatal tendría lugar entre las semanas 11 y 14, sería entonces cuando se encontrarían en Londres.

También les mando a comprar una prueba especial para medir cuantas semanas de gestación llevaba cumplidas.

Harry tenía seis semanas. Lo que llenaba a Harry de emoción, explicándole a Louis que
a) entonces si lo habían concebido en su cumpleaños y eso lo hacía jurar que se volvía mucho más especial pues entonces era el regalo de ambos y b) su pequeño embrión ya había comenzado a formar dedos - ¿No es eso lindo, Lou?

 [ 𝗲𝗰𝗰𝗲𝗻𝘁𝗿𝗶𝗰 ] 𖦹 l.s. | m-pregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora