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Sparta fue el primero en despertar al día siguiente. El reloj en su muñeca, el cual no se había quitado para dormir, marcaba las siete con veintiocho minutos, muy temprano para él.

Entonces fue cuando el de ojos verdes se dio cuenta de que había dormido en el sofá del salón de su departamento abrazado de su mejor amigo. Y digamos que le importaba poco, tenían mucha confianza y a pesar de la timidez para tocarse al principio, fue desvaneciéndose poco a poco hasta éste punto.

Luego de estar un rato con los ojos entreabrietos, aún abrazando a su amigo, para acostumbrarse a la luz natural del Sol que entraba por su ventana, el castaño con cuidado de no despertar a su crush se levantó del sofá y se dirigió al baño para lavarse la cara con agua fría y quitarse completamente el sueño de su cuerpo. Seguido de eso, el chico tomó camino hacia su cocina para proceder a preparar desayuno para él y su amigo.

🛫❤[...]❤🛫

Después de terminar ambos desayunos, que eran simplemente huevos revueltos y colacao en una copa, el de rulos se dirigió a dejar los platos y copas en la mesa del salón. Una vez hecho lo dicho se sentó al lado de su crush y pensó en una manera para despertarlo.

Estuvo algo de tiempo pensando hasta que una manera eficaz y rápida vino a su cabeza, hacerle cosquillas, ¿por qué no? Después de todo, sabía que al mayor le encantaban estos contactos con su piel. Obviamente también susurraría su nombre para despertarlo más rápido.

-Raptorcito~ Despierta...~-Decía con una voz dulce y muy baja mientras hacia cosquillas leves en las costillas y estómago de la parte de la cintura de su contrario.

Entonces el falso pelirrojo empezó a reírse levemente mientras despertaba poco a poco.

-Jaja, si sigues haciendome cosquillas no voy a despertar en mi vida, ya sabes que me encantan~-Dijo con una sonrisa abriendo paulatinamente sus ojos acostumbrándose a la luz.

-Jeje, ya, despiertate, hice desayuno.-Paró de hacerle cosquillas a su mayor.

-Vale.

Luego de que ambos desayunaran se pusieron de acuerdo para hacer algo de comer cuando diera la hora. Ambos optaron por sushi, era verdad que al mayor no le gustaba mucho el sushi, pero al saber que al menor le encantaba, podía dejar pasar ese disgusto de esa comida asiática para hacer feliz al menos por unos momentos al menor.

El reloj daba las diez de la mañana con doce minutos, ambos chicos conversaban mientras iban de camino hacia el supermercado más cercano para comprar algunas cosas que hacían falta para preparar el sushi.

-¿Te gusta el sésamo?-Preguntó el menor viendo el condimento dicho.

-Sí, ¿cuántos llevo?

-Dos bolsas de... Éstas.-Señaló las bolsas de condimento más pequeñas.

Mientras se dirigían al pasillo de dulces, puesto que al de mayor edad se le habían antojado unos bonobones, el de ojos verdes grisáceo recibió una llamada a su celular.

-Igual unas go- oh, espera, es mi madre.-Contestó la llamada.-Mamá, ¿qué pasa?

-Felipe, quería saber si podías cuidar a tu hermana, tengo que salir por el trabajo hasta las tres de la tarde más o menos, así que también si podías llevar a tu hermana al colegio mejor.

❤Viaje al Amor❤ [Spartor](en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora