Sana mis heridas y cuida de mi corazón

Baptiste

Jean-Baptiste Augustin conocía demasiado bien los horrores de la guerra y la violencia. Había visto a los inocentes que eran impotentes para detener la pérdida de vidas, familias enteras y ciudades desarraigadas y volcadas, y había sentido el deseo de estar en todas partes a la vez, de evitar que todas las personas que amaba adquirieran incluso otro rasguño. las garras de la guerra. La parte difícil para él fue darse cuenta de que no podía salvar a todos, sin importar cuánto lo intentara, y lo intentó; la mayor parte de sus días como adulto joven los pasó estudiando diferentes prácticas médicas, perfeccionando nuevas formas de curar heridas en el fragor de la batalla. Le tomó años de trauma, de culpa y frustración en el mundo, perdonarse a sí mismo y darse cuenta de que las muertes inocentes no fueron su culpa. Eran las fallas de los sistemas de poder sostenidos por tal violencia. Desafortunadamente, todo lo que podía hacer era intentar arreglar el sistema mientras trabajaba con él. Pero no fue culpa suya.

Cuando Baptiste miró a Hanzo, vio a alguien que todavía estaba tratando de estar en todas partes a la vez, que estaba tratando de tener un mundo de culpa sobre sus hombros, y se estaba derrumbando bajo el peso.

Baptiste vio un poco de sí mismo en Hanzo: una persona que había cometido errores en el pasado y había sido utilizado como peón para un juego mayor, pero también una persona cuyo pasado no lo definía (ya sea que Hanzo se haya dado cuenta de eso todavía o no). ). Baptiste todavía se sentía culpable, y a menudo lo mantenía despierto por la noche, carcomiendo su cerebro. Sin embargo, había aceptado que había sido producto de su terrible situación y, en tal situación, la violencia era a veces una necesidad, un dispositivo defensivo que salvaba la vida.

Hanzo aún no había aceptado su pasado, y estaba tratando de expiarlo haciendo... demasiado.

La primera misión en la que Baptiste y Hanzo trabajaron juntos fue la primera vez que Baptiste se dio cuenta de que podría haber alguien en particular a quien Hanzo también estaba tratando de demostrar su bondad: Jesse McCree. Baptiste fue asignado a la misión de reconocimiento en caso de que algo saliera mal y alguien terminara herido, pero no estaba particularmente preocupado. Hanzo y McCree eran ambos luchadores hábiles y observadores; no necesitaban mimos.

Esto fue especialmente claro cuando Hanzo, desde su posición en los tejados de París, se comunicó por radio en todas y cada una de las unidades del Sector Nulo que vio en los callejones dentro de un radio de una milla de la posición de Baptiste y McCree en el suelo. Dejó en claro que se estaba planeando un ataque y dónde se llevaría a cabo, por lo que les quedaba poco por hacer, excepto explorar las áreas que Hanzo había mencionado. Mientras tanto, Hanzo les recordaba qué unidades estaban más cerca de ellos, que tuvieran suficiente munición preparada y que estuvieran en guardia. Y Baptiste pensó que él era un conductor asiento trasero.

Desarrollaron puntos de defensa para cuando el grupo más grande de agentes de Overwatch volara, así como las áreas que necesitarían la mayor protección, y luego estaban listos para reagruparse. McCree solo se rió cuando Baptiste puso los ojos en blanco después de que Hanzo llamó por radio por lo que tenía que ser la centésima vez. "¿Es siempre tan... observador?" Preguntó Baptiste.

"No lo creo", respondió McCree. "Una vez Winston se quejó de que no podía lograr que Hanzo respondiera por su comunicador durante una misión. Aquí lo tenía apagado y estaba dando vueltas haciendo lo suyo y derribando enemigos en todas partes. Creo que lo regañaron después de eso, pero solo lo he visto actuar así ".

Extraño, pensó Baptiste, pero lo descartó como Hanzo fluctuando entre dos extremos para probarse a sí mismo.

"Al menos sabemos que nos está cuidando. Me hace sentir realmente seguro ", concluyó McCree con un movimiento de cabeza hacia los tejados.

"Sí", dijo Baptiste con una media sonrisa. "Hace el trabajo".

McCree no respondió y dejó que la conversación se desvaneciera. Parecía estar perdido en sus pensamientos, pero sus ojos brillaban y una sonrisa se dibujaba en su rostro. Pronto se reunieron de nuevo con Hanzo y compartieron sus mapas y planes antes de llamar a Tracer para que los recogiera. Fue rápido, fue minucioso.

Todo hasta que Hanzo miró por encima de ellos y gritó "¡Francotirador!"

Un ómnico púrpura estaba encaramado en una ventana del último piso de un edificio en la misma calle, con el cañón de un rifle de francotirador apuntado en su dirección. Como en cámara lenta, Baptiste vio cómo Hanzo apuntaba una flecha y disparaba al enemigo, pero no antes de ver el retroceso del rifle por un disparo. Baptiste agarró a McCree del brazo y tiró de él para cubrirlo cuando una bala pasó silbando por donde había estado su cabeza hace un momento.

El francotirador cayó, pero Baptiste vio que el color se desvanecía del rostro de Hanzo mientras su mirada se movía de McCree a la bala encajada en la pared detrás de ellos. Cuanto más miraba el agujero en los ladrillos, más pensaba Baptiste que el hombre podría agacharse y vomitar. Parecía enfermo de culpa porque él era el que no había salvado a McCree, porque incluso había dejado que el francotirador disparara, porque no podía estar en todas partes a la vez.

Mientras McCree se recobraba, Baptiste palmeó a Hanzo en el hombro y sonrió. "Oye, estamos todos bien. No hay nada de malo en tener un poco de respaldo ", dijo. Cuando Hanzo no se veía mejor, Baptiste se preguntó por un momento si toda la guerra y el trauma habían desensibilizado su propia mente. No, decidió. Todavía había miedo en su mente; acababa de aprender de demasiada experiencia para separar lo que había sucedido de lo que podría haber sucedido .

Sin decir palabra, Hanzo suavizó la mirada y miró a McCree, y el vaquero lo miró a los ojos. Hanzo apartó el cabello de la frente de McCree donde, segundos atrás, podría haberse convertido en el hogar de una bala, y dejó que sus dedos se demoraran.

Estoy bien, cariño. Lo prometo ", dijo McCree y le dio una sonrisa tranquilizadora. Hanzo asintió y se alejó, y de repente Baptiste se sintió como una tercera rueda.

Toda la ansiedad de Hanzo y la mirada nostálgica de McCree de repente cobraron mucho más sentido. En serio, la tensión romántica estaba por las nubes. Casi fue suficiente para hacer reír a Baptiste, y solo lo contuvo por cortesía. Sin embargo, lanzó un sarcástico de que eres bienvenido a McCree, quien se rió y finalmente dijo: "Gracias por salvar, Bap".

Se rió junto con el vaquero, pero notó por el rabillo del ojo que Hanzo miraba fijamente a la nada, perdido en sus pensamientos, y él no se unió.

Esté fanfic es traído por el usuario de Twitter "@MesukingSage" que me otorgó el total permiso de traducir su obra originalmente de AO3, vayan a checar su Twitter y AO3 que estarán apareciendo acá abajo.

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Yo soy Pablo Shimada y nos vemos en un próximo capítulo, adiós.