1. De principio a fin

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— Eres un imbécil, no me creo que me estés diciendo eso en este momento — Dijo ella alterada y creando un impactante silencio en la sala.

— Oye, escúchame, esto es lo mejor para los dos, esto no podía salir bien y lo sabíamos — Dije alzando mi voz sobre la suya.

En aquel momento, la gente que había en la sala nos rodeó, volviéndonos el centro de atención sin que nos percatásemos de lo que estaba pasando en aquel momento.

— Mira... Esto se acabó y de forma definitiva, ya no hay marcha atrás — Dije mientras que bajaba mi mirada al suelo sin ser capaz de mirarla a los ojos, realmente me sentía un ser despreciable en aquel momento, pero era lo mejor para los dos... O quizás sólo para mí.

Y ahí estaba yo, a punto de volver a romperle el corazón a otra chica. Soy Aiden, y seguramente no sepáis qué está pasando en estos momentos, es por eso que os lo contaré todo desde el principio, desde aquel día en el que me levanté de la cama. 

Eran las 6 de la mañana cuando aquel maldito despertador comenzó a sonar despertándome de mi sueño.

— Tks... Maldita sea... —  Dije alargando el brazo para golpear el despertador, que sonaba en el reloj que estaba en la mesa de noche, y haciendo que aquel sonido parase de golpe.

Abrí los ojos dándome cuenta de que toda mi habitación estaba a oscuras, pero poco me importaba a mí eso, así que me puse en pie y fui caminando hasta mi ventana para hacer que entrase la luz en mi cuarto, cegándome de repente, haciendo que me desoriente y caiga al suelo.

— Joder! — Me levanté mientras que pestañeaba repetidas veces tratando de volver en mí —Puta... —Gruñí y me tambaleé hasta mi armario para agarrar unos jeans de color negros algo rajados y rotos, a su vez elegí una camiseta de mangas cortas y de color negra, para luego agarrar unos calzoncillos limpios —Soy un vago de mierda, pero esto servirá... —Suspiré y agarré una chaqueta de cuero para acto seguido tirarla en mi cama e irme al baño.

Me quedé un largo rato mirándome al espejo, tratando de identificarme en él, hasta que decidí abrir el grifo del agua y meter la cara bajo el grifo, ya que mis intentos de despertarme habían sido en vano. La noche anterior había dormido sin camisa, sólo llevaba los pantalones de un chándal antiguo y mis bóxer debajo de ellos, así que no tendría muchas complicaciones a la hora de cambiarme de ropa.

Salí del bañó ya con la ropa limpia, agarré los bóxer utilizados en la noche anterior y los eché en el cesto de la ropa sucia que estaba en mi cuarto, tomé los pantalones de chándal y los guardé en un cajón de mi mesa de noche, me senté en la cama y agarré mi móvil para chequear si tenía alguna notificación de la noche anterior o algo que se me hubiese pasado revisar. Nada, no daban señales de vida, pero me daba igual, aquel era el primer día del nuevo curso.

Aunque mis padres me hubieran dejado aquí tirado 2 años atrás debido a la brusca enfermedad de mi abuelo paterno, tampoco es que me importase mucho aquel anciano, supongo que por ese motivo me dejaron aquí, pero tampoco es que me importase mucho aquello, ya que desde entonces me organizo todo mucho mejor.

Pasó un rato, y yo había estado tirado en la cama casi media hora, leyendo algún que otro libro en redes sociales, mientras que a su vez actualizaba mi móvil de vez en cuando en la búsqueda de alguna notificación, y nuevamente nada, así que suspiré y me levanté de la cama para luego irme hacia la cocina, y tomar una taza de café para desayunar. Al terminar miré la hora, aún quedaba una media hora para entrar a clase, así que volví a mi cuarto para ponerme la chaqueta y agarrar la maleta.

— Al menos te tengo a ti — Tomé el casco de mi moto junto con las llaves, me fui caminando hacia la entrada de mi casa observando que todo estuviese en orden, acto seguido agarré las llaves de casa y lo cerré todo correctamente para luego montarme en la moto y comenzar a conducir en dirección hacia el campus de la universidad.

The 3am boy (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora