Parte 4

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Quedamos de acuerdo que las tutorías se llevarían a cabo en la biblioteca antes de la hora de la cena. Ella y el Dr. Tardigrade llegaron al acuerdo de que ya no le preguntaría nada hasta que se pusiera al corriente. Cuando Sofía se enteró de mi nuevo trabajo, no lo podía creer. Incluso me dio sus condolencias, y me aconsejó renunciar, que ninguna paga valía gastar mi tiempo con alguien tan insoportable y vacía como Emma. Sofía y yo compartimos visiones similares del mundo. Me contó que en el primer día al entrar a la academia Emma estuvo discutiendo con la oficial mayor ,porque, le parecía inconcebible que tuviera que dormir en una litera junto a todas las demás, y exigía una habitación propia.

La primera tutoría fue al día siguiente de la ofrenda del pan pacificador.

—¿Por dónde quieres que empecemos? — me preguntó

—No lo se, qué tal si empezamos con la lección que vimos hoy — contesté

—Esta bien, o mejor, te muestro mi examen para que sepas en donde estoy fallando — dijo Emma mientras me daba su examen

— oh, vaya,— dije, el examen estaba mal, estrepitosamente mal. No tenía ni una sola respuesta correcta.

—Soy un caso perdido, ¿no es así? — dijo

—No, nada de eso. Sabes, a mi me pasaba antes, siempre reprobaba y me iba mal y era porque no estudiaba lo suficiente. Entonces, creo que comenzaremos con trigonometría básica.

—Si, oye, sobre eso tal vez podríamos comenzar con algo mas "básico ". ¿si me explico?

—¿Las tablas de multiplicar? — dije mientras me reía un poco

— No — me reclamó algo molesta.

—¿Ecuaciones simples?

—Si. Es que nunca las vi bien solo un par de veces cuando mucho. Mi madre no consideraba eso como una educación apta para señoritas.

—¿Tu madre?, ¿acaso nunca fuiste a una escuela?.

—No, fui educada en casa junto con mi hermana mayor, mi hermano también estudió en casa. Pero sus materias eran diferentes.

Tenía mas preguntas. Pero mejor decidí concentrarme en las clases,  porque teníamos mucho que aprender si en un mes ella quería aprobar el examen.

Estuvimos estudiando juntos cada día, incluso en los asuetos. Con el tiempo Emma me dejó de resultar desagradable. Nos empezamos a conocer mejor. Descubrí que era divertida y que tenía un humor negro que no me hubiera esperado de ella.  Nunca me lo mencionó, pero creo que antes de nuestras reuniones, ella también tenia un mal concepto sobre mi.  

No puedo decir que nos volvimos amigos del todo. Afuera de la biblioteca solo éramos como antes, en clases no teníamos la oportunidad de hablar y en los ratos libres o en las horas para comer siempre estaba acompañada de Peter Cox o uno de sus secuaces, parecían llevarse bien, mas que bien diría yo. Por el dormitorio de hombres corría la noticia que Cox había reclamado a Emma como su propiedad. No sabia si Emma estaba enterada de esto o si era novia de Cox, pero, en nuestras conversaciones nunca lo mencionaba. 

Planeta del Tesoro. El diario de Jim Hawkins: Academia Interestelar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora