✨ III ✨

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Importante: WWX se refiere a sí mismo como Lan-Er-Furen en algún momento del capítulo.

¿Segundo Maestro Lan?

Las cejas del mencionado amenazaban con juntarse mientras trataba de concentrarse en la tinta sobre los papeles en su delante. Después de todo, transcribir estos libros era una tarea importante y Wei Wuxian solo era un chico procrastinando en mitad de su castigo.

Usando más fuerza de voluntad de la que le hubiera costado en otra ocasión, se forzó a sí mismo a centrar su mirada en su bolígrafo y no en aquellos ojos plateados desbordantes de travesura.

—¿Lan Wangji?—, continuó el otro, alargando la última vocal de su nombre e inclinándose hasta crear una sombra en los textos.

Si no lo miraba, no existía; si no lo miraba, no existía; si no lo miraba-

—¡Lan Zhan!—, exclamó, depositándose sobre la madera del escritorio, justo al lado de los papeles que su tío le había encargado, ahora imposible de ignorar.

¡Wei Wuxian existía!

Lan Wangji ni siquiera tenía que levantar la mirada para saber que en el rostro de su acompañante se había formado una gran sonrisa, jactándose de haber interrumpido su concentración, tan molesta y presuntuosa y brillante y-

En un acto de valentía, se atrevió a echarle un vistazo a la persona que le estaba haciendo la vida imposible en esos momentos, frunciendo el ceño e intentando lucir lo más imponente posible.

Wei Ying,— murmuró entre dientes, esperando que aquello (no) fuera suficiente para ahuyentar al chico de cabellos oscuros y uniforme mal puesto.

Aún así, las dos lunas en el rostro de Wei Wuxian se iluminaron como nunca antes y sus labios ahora eran parte de una sonrisa alegre. Una mirada dirigida solo para él.

¡Mn! ¡Ese es mi nombre!

Por un segundo, sus rostros se congelaron uno cerca del otro, y Lan Wangji podía sentir la respiración de Wei Wuxian en su nariz.

Ridículo,— afirmó, y regresó a escribir sobre los papeles, recordando que existían.

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Sus párpados aletean al abrirse, despojándose de cualquier rastro de sueño que lo tentara a seguir durmiendo más allá de la hora que su reloj biológico le había impuesto.

5AM. La luz apenas se colaba entre las cortinas y el pequeño gran cuerpo adherido a su pecho no parecía ser molestado por aquello.

Una mata de pelo negro con una pelota de playa color durazno sobresaliendo de ella era una escena habitual ante la cual Lan Wangji despertaba cada mañana. Si no fuera por los suaves ronquidos que provenían de aquella extraña figura, entonces no la podría reconocer como su esposo.

(Mentira.)

Una mano removió con gentileza las hebras cubriendo parte del rostro de Wei Ying, revelando mejillas rellenas y labios partidos, ya desinflamados gracias a una buena noche de sueño después de los acalorados besos que habían estado compartiendo el día anterior.

Le restaban unos meses más en los que no iría a trabajar, al igual que Wei Ying. Lan Wangji los aprovecharía al máximo.

—Mmm.— Un leve movimiento por parte de su esposo llamó su atención. A estas alturas de su embarazo y con un vientre 'del tamaño de un planeta pequeño', como tan elocuentemente lo había puesto Wei Ying, le resultaba cada vez más difícil encontrar la posición ideal en la cual poder dormir con comodidad, a menudo arrastrando a Lan Wangji en sus vigilias a pesar de haberse mantenido callado con respecto a su problema.

Confeti (sobre tus mentiras) | WangXianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora