capitulo 24

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Naruto agradeció que Ayame se retirara a la cocina y no escuchara esa conversación.

-Ven, te mostrare la casa- dijo molesto.

Naruto le dio un recorrido por toda la villa, Hinata se quedó extasiada al ver la extensión del jardín posterior, era hermoso; Himawari disfrutaba mucha del paseo, pero en un momento se empezó a remover en los brazos de Hinata para que Naruto la cargara.

El felizmente lo hizo, amaba a su hija, y le encantaba tenerla en sus brazos y a su madre junto a él.

Continuaron el recorrido hasta el pequeño establo, solo se encontraban tres caballos y un pequeño potro.

Hima trataba de tocarlos, pero Naruto no la dejaba.

- ¿Son peligrosos? -Preguntó Hinata al ver a Naruto alejar a Hima.

-No estoy seguro, estos caballos son de los cuidadores y lugareños, algunos de ellos no tienen espacio para sus caballos y cuando compré la villa ya traía el establo, así que se los ofrecí a cambio de vigilancia.

-Es un trato inteligente- concedió únicamente, trataba de no ser tan fría, pero mantenía las distancias cosa que estaba exasperando a Naruto. Odiaba sentirla tan distante.

Regresaron a la casa donde Ayame les tenía la cena preparada, Hinata se negó a comer en la mesa del comedor ya que no quería que Ayame trasladara toda la comida hasta allá.

Así los cuatros comieron en el desayunador de la cocina.

Hinata y Ayame hablaban arduamente mientras Naruto reía de sus ocurrencias, Ayame contó un par de anécdotas sobre Naruto y su fase rebelde.

-Una vez él estaba castigado, pero el niño quería salir; tuvo la brillante idea de saltar de la terraza de su cuarto- contó Ayame.

Hinata estaba disfrutando tanto aprendiendo de su esposo.

-Naruto ignoró la altura y término con un yeso de tres semana-continuo.

-No me lo recuerdes; fueron las peores tres semanas de mi vida.

-Eso sucede cuando eres joven, tengan paciencia, cuando esta pequeña crezca y traiga a más de uno tras sus huesitos... conocerán las dificultades de ser padres...- Ayame dejo la frase al aire al ver la cara de Naruto.

-Falta mucho para eso- dijo el aludido con el ceño fruncido.

Hinata lanzo una carcajada, ver a Naruto en pose de padre celoso le derrite el corazón.

-Bueno, ya es muy tarde, deberían de ir a descansar -les recomendó Ayame.

-Sí, tienes razón- concedió Hinata, a pesar de haber descansado en el avión, aún tenía sueño.

Se despidieron de Ayame y tomaron a Hima. Naruto las guio hacia la segunda planta; él había mandado a equipar el dormitorio de la niña hace una semana y quería ver la reacción de Hinata.

Tenía la leve esperanza que si ella veía todo el esmero que había puesto en esa habitación, se daría cuenta que la amaba y lo perdonara por la estupidez de besar a Sakura.

-Esta es la recamara de Hima - al abrir la puerta dejo que ella entrara primero seguida por él, encendió la luz dejándola impresionada.

Era muy similar a la recamara que tenía en casa, la cuna, una mecedora y el cambiador, pero hoy había más detalles, ella se fijó en las frazadas rosas que adornaban su cuna y en las estrellas pegadas en el techo, estas también se encontraban en la pared pintadas.

Un móvil musical se encontraba sobre la cuna y daba luz para evitar que su pequeña se quedara a oscuras. Dentro de las figuras también había unas pequeñas estrellas.

casada con mi jefe (naruhina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora