casada con mi jefe (naruhina)

Capitulo 5

¡UNA BODA!¡UN MATRIMONIO!

De casi ser despedida a escuchar una propuesta de matrimonio del mismo hombre en menos de 12 horas, esa situación es impactante para cualquiera.

-- ¿Casarnos? -- de verdad-- le pregunté con un hilo de voz, necesitaba estar segura de lo que creí haber escuchado. 

-- Escúchame Hinata, te estoy ofreciendo un matrimonio por conveniencia, me dijo muy serio, quiero aclarar esto, después de casarnos, esperaremos un año para divorciarnos, de esta forma tendremos la custodia de la niña en forma conjunta y te la cederé voluntariamente al momento del divorcio.

Un año de matrimonio.

Esto es increíble no sabía que pensar , al ver todo en perspectiva, el tiene razón pero... ¿casarnos?.

--Yo no... creo que tengamos que ser tan extremistas.  

-- No seríamos extremistas, me refuto. 

--¡Claro que si! ¡Por dios! ¡ el matrimonio no es algo que se pueda hacer y deshacer, cuando uno quiera!, es algo... algo sagrado entre dos personas que quieren compartir su vida; y si, Dime anticuada, pero es lo que pienso-- le dije alterada. ¡Dios! esta hablando de casarnos como si fuera un simple contrato laboral.  

-- me impresiona que  tengas una idea tan anticuada del matrimonio en pleno siglo XXI, me dijo mientras arremangaba las mangas de la camisa y se recostaba en sofá. 

--Escúchame Hinata, necesitas ayuda y yo te la puedo brindar, con cierto beneficio hacia mi persona, tu misma dijiste que harías lo que sea por tu hija, así que dime, ¿ Qué es un año de farsa en comparación con la vida que pasarán juntas cuando todo esto termine?, me dijo, mientras se acercaba más a mí. 

Todo esto me sobrepasa, si acepto, en un año estaré con mi hija muy lejos de aquí, pero va contra mis principios, sin embargo, si no acepto estaré sola sin mi hija, sin trabajo y sin cumplir la promesa que le hice a Ino antes de morir.  

-- Necesito pensar, yo... iré por agua-- Me levante rumbo a la cocina, necesitaba poner distancia de ese hombre. 

La palabra matrimonio se había quedado atorada en mi cerebro.

Saque un vaso y lo llene con agua, necesitaba pensar.

No puedo creerlo de aceptar pasaré de ser una simple diseñadora a ser la esposa de uno de los empresarios mas poderosos. 

Estoy consiente que los medios nunca nos dejarán en paz y no quiero que Hima pase por eso, pero es la única forma, Si no acepto podría perder a mi pequeña y el señor Uzumaki podría demandarme por difamación, y eso sería todo, el estado jamás me cedería la custodia de Hima.

Me estoy apoyando en la encimera, mirando el vaso medio lleno, mientras razono mi respuesta; cuando siento unos pasos acercándose miro a la entrada de la cocina y ahí esta el.   

Mirándome.

--  Y entonces ¿ qué dices? 

Ahora o nunca Hinata.

-- Creo que tiene razón señor Uzumaki, una boda sería la solución más rápida, pero... ¿ Cómo lo manejaríamos?, Me refiero a que, ¿ Tendría que trabajar en otro lugar? o ¿ Dónde viviríamos?...    -- Mis demás preguntas murieron en mi boca al ver que se acercaba a mí y colocaba sus manos a cada lado de mi cadera, nuestros cuerpos no se tocaban pero sentía el calor irradiar de su cuerpo. A estas alturas mis piernas amenazaban con fallarme y no podía articular ninguna palabra. 

-- Si nos vamos a casar, susurro en mi oído, seria mejor que empieces a llamarme por mi nombre, y para responder tus preguntas, mi esposa jamás trabajará para nadie que no sea yo, y considero que sería mejor que se mudarán a mi casa este departamento es muy pequeño para los tres.-- ¡DIOS! este hombre posee una sensualidad brutal, ¿ Por qué no podía ser feo?...